Prólogo.

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Narra Erin.

Había un caos terrible por todas partes. Solo existía la oscuridad excepto por algunas luces que emitían muy poca luz. Estaba sola, o al menos eso creía. Intenté escabullirme un poco más rápido para poder salir de aquí con vida. Pero, por desgracia, no lo conseguí.

- ¡Já! He ganado Erin. -Dijo mi hermano después de encender las luces de la casa.

- ¡No vale! Me has dado en la cabeza con la bala.

- Es de plástico, te jodes si te he hecho daño.

- ¿Has conseguido encontrar a Chloe?

- Sí, pero se había quedado dormida en el sitio donde estaba escondida, así que... Game over para ella también.

- Eres terrible, Alexander.

- ¡Te he dicho dos mil veces que no me llames Alexander! Alex para ti.

- Te llamaré como yo quiera.

- Eres como un grano en el culo Erin.

- Igual que tú.

- ¿¡Pero qué es todo este desorden!? -Mamá gritó y... Alex y yo nos miramos asustados.

- Mierda, nos ha pillado. ¿Qué hacemos, qué hacemos? -Dijo mi hermano dando vueltas por la habitación.

- Relájate, tú déjame a mi. -Dije. Mi madre entró a la habitación con la cara descompuesta.

- ¿Qué habéis hecho? ¡Habéis destrozado todo el salón!

- Mamá, nosotros no hemos sido. Ha sido la lista de Chloe, si vas a su habitación vas a ver que está escondida y dormida en su escondite. Nosotros estábamos haciendo deberes. ¿Verdad que sí, Alex?

- Por supuesto.

- Hubiese sonado más creíble si no hubiéseis dicho lo de los deberes.

- ¿Por qué?

- Nunca los hacéis. Y tienes muy poca paciencia como para hacer deberes con tu hermano. -Dijo señalándome.

- Bueno...

- Recogerlo todo, el niñero debe de estar a punto de llegar.

- ¿¡Niñero!? -Dijimos Alex y yo a la vez.

- Sí, niñero.

- ¿Para qué necesito yo un niñero! Mamá, ya tengo trece años, ¡sé cuidarme muy bien solita!

- Pero resulta que tus hermanos son más pequeños y que tú no puedes estar a cargo de ellos.

- Soy responsable.

- Te desharías de ellos a la primera de cambio. Sé las ganas que tienes de echarlos a patadas de esta casa.

- Eso es lo normal, es amor de hermanos.

- Bueno, me da igual lo que me digáis, recoged, quiero que el chico se lleve una buena impresión.

- Ojalá se asuste y salga corriendo... -Dije susurrando. Pero seguro que mi madre tuvo que escucharme porque me asesinaba con la mirada.

- No quiero un niñero Erin.

- ¡Todo esto es tu culpa y la de Chloe!

- ¿Qué culpa tengo yo de qué? -Chloe apareció en la puerta mientras se frotaba los ojos, claro, aquí todos en una crisis familiar y ella durmiendo.

- ¡Vamos a tener un niñero!

- ¡Qué guay! ¿Podré jugar con él? -Dijo ella emocionada. Me di un guantazo en la cara.

- ¡Es terrible! ¿Cómo puede ser que te emocione la idea?

- Porque no soy una amargada como tú. -Se dejó caer en el sofá y yo la miré mal.

- ¡Recoged ya! -Dijo mi madre gritando.

- Vamos a recoger Alex, será divertido. Ignora a la amargada.

Mis hermanos se pusieron manos a la obra. El salón empezaba a volver a ser espacioso de nuevo, y ellos cada vez iban recogiendo más rápido. No entiendo cómo les puede emocionar la idea de tener un niñero. Claro, es que ellos son críos, pero yo ya tengo trece y soy mayor.

Cuando mis hermanos acabaron de recoger el salón, quedé impresionada de lo rápido que lo habían hecho. Cuando quieren todo lo hacen más rápido.

- Chicos, os presento a Jayden. -Mi madre entró al salón seguida de un chico. Un chico guapísimo. -Él será vuestro niñero. Jayden, ellos son Alex, tiene seis años. Ella es Chloe, que tiene nueve. Y aquella de allí, es Erin, que tiene trece. -El chico sonrió ampliamente y mis hermanos se acercaron a él rápidamente.

- ¿Cuántos años tienes? -Preguntó Alex saltando a su alrededor.

- ¿Tienes novia? -Preguntó Chloe. Rodé los ojos.

- Tengo dieciseis y no, no tengo novia. -Me miró y me sonrió. No sé por qué, pero le devolví la sonrisa.

Mis hermanos seguían revoloteando alrededor del chico. Si yo fuese él les hubiese puesto la zancadilla y se hubiesen caído de boca. ¿Cómo puede tener tanto aguante? No lo entiendo.

- ¿No te cansas de que estén alrededor tuya todo el tiempo?

- No, hay veces que agobia un poco, pero ahora mismo estoy bien.

- Yo ya estoy agobiada de solo verlos.

- ¿No haces nada por evitarlo?

- No.

- ¿Por qué?

- Que disfruten de su felicidad mientras les dure.

- Pareces una princesita. Enfadada, pero princesita al fin y al cabo. -Y volvió a sonreír.

- ¿Cuánto tiempo te quedarás con nosotros?

- Probablemente, mucho tiempo.

- Te aburrirás de nosotros. -Le dije dejando escapar una pequeña risita.

- Lo dudo, princesita.

Supongo que exageré demasiado cuando pensé que tener un niñero sería una de las peores cosas que me podrían pasar, es decir, míralo, parece majo. Y es guapo. Y piensa que soy una princesita. Puede que nos llevemos bien. O al menos, espero que sí.

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¡Pues aquí está el prólogo de ''Next To You''! Probablemente no sea un buen título, y soy consciente de que la portada no está bien hecha, pero no es una portada definitiva, porque una amiga y yo estamos trabajando en una mejor.


A los que le esteis dando una oportunidad a esta novela, mil gracias.


¡Espero recibir votos y comentarios! :)

Next To You.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora