Capítulo 4.

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Narra Erin.

Cuando por fin pienso que empezaré a quedarme dormida, fuertes gemidos hacen que piense que no, que no voy a quedarme dormida y que le voy a cortar los huevos a ese idiota para que deje de follar como los conejos.

- ¡Que pare ya! -Dice Chloe gritando.

- ¡Lo voy a matar! -Dice Alex desde su habitación.

- ¡Erin, haz algo! -Dicen ambos a la vez y me levanto muy a mi pesar.

Empiezo a aporrear la puerta de Jayden tal y como llevo haciendo tantas noches, pero hoy algo cambia, a pesar de que grito todo tipo de enfermedades que puede contagiarle Jayden, la chica no para.

Mierda, no me jodas que se está acostando con una tía inteligente que sabe que con un preservativo no puede pegarle nada malo. Porque después de las ochenta y siete tías con las que ya se ha acostado que no sabían eso, pensaba que jamás estaría en esta situación.

- ¡Erin! -Dicen mis hermanos.

- ¡El puto no va a dejar de hacer ruido hasta que no acabe! ¡A dormir! -Grito enfadada y empiezo a bajar las escaleras para tomar un vaso de agua.

Los gritos empiezan a llegar a su fin y es ahí cuando sé que ambos han acabado y por fin podremos dormir en paz. La chica de la habitación de Jayden baja a la cocina solo en ropa interior y yo la miro con una ceja alzada.

- ¿No te vas a ir? -Pregunto.

- Aún no, querida, creo que aún quedan algunos polvos esta noche.

Hago una mueca de asco cuando la veo coger la nata de la nevera.

- Lo siento si hacemos mucho ruido. -Dice maliciosamente y luego se va por donde ha venido.

Odio a las chicas que son medianamente inteligentes. Se creen más listas que yo cuando no sabe que puedo llegar a ser la persona más molesta que haya llegado a conocer en su vida. Aunque por ahora, el que va a tener que suplicar mil veces mi perdón va a ser Jayden, porque después de esto, le voy a hacer la vida imposible. ¡Mis horas de sueño son sagradas!

Cojo mi teléfono y marco el número de Emily.

- ¡Erin, qué tal! -Dice mi amiga a través del teléfono y de pronto los gemidos de la habitación de Jayden vuelven a escucharse por toda la casa.

- ¡No puede ser! -Digo enfadada.

- Oh, tu niñero está haciendo cosas sucias... -Dice riéndose. -¿Le has dicho a la chica alguna enfermedad sexual que supuestamente tiene Jayden?

- Sí, pero al parecer esta chica es lista y sabe que con el preservativo no se pueden contagiar.

- Pobre Jayden, estando sanísimo y media población femenina piensa que tiene distintos tipos de enfermedades sexuales. -Dice riéndose.

- Pues a mi no me da pena, y menos hoy.

- ¿Por qué no? Sabes que siempre echa un polvo y la chica se larga.

- Esta no. Ya han echado uno y sin embargo, la chica ha bajado en ropa interior a mi cocina y ha cogido la nata de la nevera. ¿Sabes el puto asco que me da eso?

- ¡Yo también quiero hacer cosas sucias con tu niñero! ¿Dónde tengo que apuntarme?

- Eres idiota. -Digo muy cabreada.

- Mira cariño, mañana vas a una tienda, compras tapones para ti y tus hermanos, y que Jayden se hinche a echar polvos allá donde quiera. Pero por lo menos a vosotros no os va a molestar.

- Tienes razón.

- Claro que la tengo, como siempre. -Dice y pueda imaginármela sonriendo con autosuficiencia. -Por cierto, ¿qué tal tu cita con Peter?

- ¡Perfecta! Ha sido perfecto, me ha dicho que le gusto mucho y que quiere quedar conmigo más veces, me ha acompañado a casa y ¡me ha besado! ¿Me oyes! ¡Peter me ha besado! -Digo muy emocionada y escucho un gritito de mi amiga.

- ¿Qué se siente al besar al chico más guapo del instituto?

- Ha sido el mejor beso de mi vida.

- Seguro que sí. -Dice riéndose.

- Bueno, te dejo, voy a aporrear un par de veces más la puerta del puto a ver si hay suerte.

- Vale, suerte y nos vemos mañana.

- ¡Hasta mañana!

Subo las escaleras después de cortar la llamada con Emily y me paro enfrente de la puerta de Jayden. Empiezo a aporrear otra vez la puerta y escucho como su segundo polvo llega a su fin. ¡Por fin! Escucho un gruñido por parte de Jayden y la puerta de su habitación se abre de golpe.

- ¿Puedes dejar de aporrear la puerta? -Dice.

Pero casi ni puedo escucharlo, porque lo tengo enfrente y solo tiene una sábana que le cubre sus partes... Y tiene nata en el cuello... De verdad lo han hecho.

- No me da la gana. Son las tres de la mañana y tú sigues follando como si fueras un maldito conejo. ¡Hay muchas horas en el día como para que siempre tengas que hacer esto cuando todos estamos en casa y encima durmiendo!

- ¡Es que tú a mi no me dices lo que tengo o no tengo que hacer!

- ¡Es mi casa!

- ¡Me importa una mierda si es tu casa o si es la casa de una piedra! Vete a tu habitación y deja de incordiar. -Dice gritándome.

Es la primera vez que Jayden me grita en tres años...

Le miro dolida y cuando empiezo a caminar a mi habitación me llama.

- Erin, lo siento. -Dice siguiéndome.

- Déjame idiota. -Digo con las lágrimas saliendo de mis ojos sin control alguno.

- No llores.

- Lárgate. -Digo y cierro la puerta de mi habitación de un portazo.

- Perdóname... princesita. -Dice susurrando y eso hace que mis ganas de llorar aumenten.

Escucho como Jayden echa a la chica de la casa y la chica se enfada y empieza a decir muchas cosas sin sentido y me llama niñata, eso hace que Jayden empiece a gritarle y a defenderme y la chica se marcha.

Jayden, esto ya no lo vas a arreglar...


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Vaya... una pelea de estos dos podría reventar una ciudad entera. Esperemos que no se comporten así muchas veces, porque sino... todo el mundo corre peligro jajajajaja.


¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Entendéis el comportamiento de Jayden con Erin? 


Bueno, nos vemos en el próximo capítulo.


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