Capítulo 23.

3.2K 221 3
                                    


Narra Jayden.


Veo como la cara de Erin cambia sus expresiones constantemente. Pasa de estar muy seria, a estar sorprendida y luego empieza a discutir consigo misma. Y así un par de veces hasta que levanta la cabeza para mirarme.


- ¿Qué? -Pregunta.

- Erin...

- ¿Tú... tú...? -Empieza a decir.


Erin empieza a dar vueltas en círculos y me pregunto qué debe estar pasando por su cabeza en estos momentos.


- Erin, relájate. -Digo.

- ¿¡Que me relaje!? Eres un completo imbécil, ¿a quién se le ocurre hacer esa mierda?

- ¿De qué hablas?

- ¿¡Por qué me ocultaste que sabías que eso había pasado!? ¿¡Por qué te hiciste el loco con respecto a ese tema!? Jayden... he tenido unas semanas penosas. Pensaba que tú realmente lo habías olvidado.

- ¿Pensaste que realmente no me acordaría?

- Quería que no te acordaras al día siguiente. Realmente no quería, pero...

- ¿Qué?

- Cuando vi que no recordabas nada, eso me rompió el corazón prácticamente.

- He estado esperando a que tú me dijeras lo que pasó esa noche. Pero no hablabas, ¡claro que yo lo recordaba! Jamás podría olvidarlo.

- ¿Por qué?

- ¿Cómo que por qué?

- ¿Por qué no lo podrías olvidar jamás? -Dice casi susurrando.

- Yo... Erin, llevo tanto tiempo intentando que comprendas todo.

- Pues no entiendo nada. Nada. Ayúdame a entenderlo.

- Erin...

- Jayden por favor.


Y la parte más difícil comienza... ¿Cómo consigo hacerla entender de que la quiero pero que esto es una maldita locura?


- Recuerdo a una pequeña niña... una niña de trece años sentada en un sofá haciendo muecas mostrándole a todos lo molesta que se sentía. Esa niña estaba enfadada. Miraba a sus hermanos corretear y se agobiaba con solo verlos... y esa niña me preguntó que si yo no me agobiaba. ¿Sabes algo? Mientras correteaban a mi alrededor, yo solo podía observar a esa niña. Cada vez que suspiraba o cada vez que decía cosas por lo bajo. Que sí, que era muy pequeña y que yo tenía dieciséis años, pero era la chica más guapa que había visto nunca, eso sin dudarlo. Me parecía una niña preciosa, como una princesa pequeña. Como una princesita. Empecé a llevarme bien con ella, y eso, solo era una niña, ¿qué más podía hacer? Y empecé a ser bastante idiota cuando después de un año empecé a liarme con chicas a diestro y siniestro. Pero es que había una persona que cuanto más crecía, más me enloquecía. Era prácticamente imposible pasar de ella, me era imposible conseguir apartar la mirada cuando la veía. Me encantaba. Esa princesita se estaba convirtiendo en una mujer. Una mujercita. Dios, solamente de pensar en todos esos días... He avanzado mucho, ¿no crees?


Erin me mira boquiabierta.


- Sé que es algo muy... ¿repentino? ¡Erin, no me mires así! Te lo estoy diciendo lo más pronto posible.

Next To You.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora