Capítulo 5.

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Narra Erin.

Me levanto a la mañana siguiente muy cansada, voy al baño y me miro al espejo, tengo ojeras y la cara más pálida que de costumbre. Y todo porque de tanto llorar como una tonta me dio insomnio y he dormido fatal. Lo odio.

Me visto muy despacio al contrario que otros días y bajo las escaleras sin ganas con la mochila arrastrando.

Entro en la cocina ganándome las miradas de todos los presentes pero prefiero ignorarlos, cojo un vaso de agua y una pastilla para el dolor de cabeza.

- ¿Te encuentras bien? -Pregunta Jayden acercándose a mi.

Me alejo de él sin contestarle y me tomo la pastilla.

- Oye Jayden, ¿por qué ayer hiciste más ruido del que haces habitualmente? -Pregunta Alex con una sonrisa.

Miro a Jayden esperando una respuesta pero se mira los pies y niego con la cabeza decepcionada.

- Me voy a clase. -Digo y Jayden hace el intento de decir algo pero me voy antes de que pueda decir nada.

Salgo a la calle y me sorprendo al ver a Emily esperándome con una sonrisa.

- Estás hecha un asco. -Me dice. -No te preocupes, yo te ayudaré a matar al puto.

- No me apetece hablar de él ahora mismo... -Digo sin ánimos.

La cara le cambia por completo a una más cabreada.

- ¿Qué te ha hecho?

- Cuando hice el intento de que se callase otra vez, salió de su habitación muy cabreado y empezó a gritarme, nunca me había gritado. -Otra vez notaba las lágrimas picándome detrás de los ojos y me sentía como una niña de seis años a la que le han quitado su muñeca.

- ¿Qué te dijo cuando te gritó?

- Me dijo muchas cosas, aunque una de ellas fue que dejase de incordiar y me fuese a mi habitación.

- Ese chico es un imbécil.

- Antes era más simpático.

- ¿No ha intentado pedirte perdón?

- Después de gritarme que me fuese a mi habitación me pidió perdón y esta mañana ha intentado hablar conmigo pero le he ignorado.

- ¡Muy bien hecho! Aunque yo le hubiese dado una patada en las bolas y lo hubiese dejado medio inconsciente en el suelo. Me extraña que tú no hayas hecho eso.

- Al fin y al cabo es... no sé, como alguien más de mi familia supongo, no puedo hacerle daño, al menos no conscientemente.

- Ya... -dice y de repente vuelve a sonreír. -¿Y que tal besa Peter? Es algo que no te pregunté por teléfono.

Me sonrojo.

- Bueno, pues...

- Sí, yo también quiero saberlo, ¿cómo beso? -Pregunta una voz a mis espaldas y me sonrojo aún más.

- Hola Peter. -Digo nerviosa.

- Hola preciosa. -Me da un beso en la mejilla y noto como empiezan a temblarme las piernas.

Putas hormonas.

- ¿Qué tal besa mi amiga, Peter? -Pregunta Emily.

- ¡Emily! -Digo en señal de reproche.

- Besa muy bien. -Dice Peter cogiéndome de la mano.

- ¡Me alegra oír eso! -Dice mi amiga emocionada.

Quiero que la tierra se abra bajo mis pies y me trague. Así, literal.

Seguimos caminando un rato más mientras que Peter y Emily hablan sobre mi y me alegro muchísimo cuando llegamos a la puerta del instituto, pensé que jamás me alegraría por llegar a este sitio.

- ¡Erin! -Esa voz... -¡Tenemos que hablar, espera Erin! -Me doy la vuelta y veo a Jayden corriendo hacia mi.

Empiezo a correr en dirección al edificio porque una vez dentro, él no podrá encontrarme ya que, no tiene permiso para pasar al centro.

- ¿Por qué corres de tu niñero? -Dice Peter corriendo a un lado mío.

- No quiero hablar con él ahora.

- ¿Te ha hecho algo?

- No exactamente.

- Cuéntame.

- ¡Quizá luego!

Sigo corriendo y entro a la clase correspondiente.

- ¿Quedamos esta tarde? -Pregunta Peter cuando ya estamos sentados.

- Claro.

- Te invitaré a comer.

Iba a decirle que no hacía falta que gastase dinero en mi pero se fue antes de que pudiese decirle nada.

- ¡Jayden ha venido a buscarte! ¡Qué guay! -Dice Emily sentándose a mi lado.

- No sé donde le ves lo guay.

- Ese chico definitivamente quiere algo contigo.

- Claro que sí Em, sigue soñando. -digo rodando los ojos.

- Soñar es gratis.

- Pues por eso.

- Se preocupa por ti.

- Lo sé. Es mi niñero, es su trabajo.

- Sabes que él ya no os quiere por un simple trabajo, os ha cogido muchísimo cariño.

- Dejemos este tema, ¿vale?

- Está bien, pero esta noche tendrás que contarme qué tal tu cita con Peter.

- Claro.

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Yo no sé vosotras, pero tengo un serio problema en cuanto a elegir un bando en las novelas. Siempre están las chicas que llevan la razón y los chicos que la han cagado de lo lindo, y aún así, me pongo de parte de los chicos, ¿es normal? jajajajajajajaja.


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