3.Mi vecino del 308

4.4K 281 30
                                    


Capítulo 3. Mi vecino del 308.


Estaba realmente agotada, mis piernas apenas si podían sostenerse por sí solas, corrí más de cinco cuadras seguidas lo que, para mí era un gran logro. Tal vez mañana no me pueda ni parar de mi cama, pero sé que a veces el dolor hace bien. Mi suéter cuelga de mi cintura haciendo que a veces choque con la parte de atrás de mis piernas mientras subo las escaleras del edificio, para ser precisa vivo en el cuatrocientos nueve y por desgracia mía no había un elevador. Justo cuando llegue a vivir aquí estaban cooperando para que pudieran construir uno, pero Eugenio fue asaltado o eso es lo que nos hizo creer a todos.

Creo que ha pasado como quince minutos desde que estoy tratando de llegar a mi departamento, pare en los edificios que iban del trecientos dos hasta el trecientos ocho, esto era realmente fastidioso y cansado, además tengo que soportar al egocéntrico de Jairus. Tenía la esperanza que por primera vez no asomara su cabeza castaña por aquella puerta para ver si ya llegue, pero digamos que la vida sea vuelto siempre un karma para mí.

-En tres, dos...-pensé mientras pasaba alado de su puerta -uno-finalmente dije mientras me apoyaba sobre la pared y cruzaba mis brazos sobre mi pecho esperando a que Jairus abriera su puerta.

-Pero mira nada mas-hay dios, ahí vamos de nuevo-nunca me cansare de verte cariño, eres toda una escultura-revoleo ambos ojos, abrió por completo la puerta dejando dándome una buena vista de lo asquerosa que se encontraba su departamento, no me sorprendería que vivieran ratas ahí-porque no entras y platicamos un rato-una sonrisa cínica no tardó en aparecer sobre su rostro, reí irónicamente.

-Se perfectamente en que se basan tus "platicas" -hice énfasis en la última palabra -y créeme no estoy dispuesta, búscate alguien más Jairus.

-Te la pasaras perfectamente-se recargo en el marco de la puerta-nunca haría algo que no quisieras -alce ambas cejas incrédula, ¿acaso me cree idiota?

Ni aunque hicieras algo que quisiera entraría a ese departamento, pensé.

Lo miro con tal desagrado, Jairus es guapo lo admito, pero su personalidad arruina todo, absolutamente todo, es egocéntrico, mujeriego y todo un niño inmaduro, no digo que yo sea la persona más madura, pero si mucho más que él.

-Vamos-dice mientras se adentra a su departamento-tener algo de sexo por un solo día no te hará daño cariño, al contrario te ayudara-sentí como mi pansa se revolvía y las ganas de vomitar eran inevitables, de tan solo pensar que podría pasar algo entre nosotros dos me da dolor de cabeza.

-Tu y yo, ¿sexo?-rio por su ocurrencia, como ya dije es un niño inmaduro-¿en serio?-preguntó mientras negaba con la cabeza repetidas veces para después despegarme de la pared y seguir subiendo el poco tramo de escaleras que faltan para mi bello departamento-. Adiós Jairus-me despido perezosamente.

-Si me necesitas estaré esperándote-grita para después cerrar la puerta, rio, realmente aunque no lo quiera admitir Jairus hace que mis días sean un poco más divertidos, si tan solo Andrew estuviera aquí creo que nunca Jairus se hubiera acercado o incluso dirigirme la palabra.

Cuando por fin llego y entro, un gran suspiro sale de mis labios, y si señoras y señores esta es la fabulosa vida de Julieta Jerffenson, siempre es la misma rutina.

Dejo que todo mi cuerpo caiga sobre la puerta, siento un torbellino de emociones dentro de mí, su recuerdo me invadió de repente y el dolor volvió a surgir, si tan solo hubiera hecho las cosas bien todo esto nunca hubiera pasado, siempre me imagine que todo esto lo compartiría con Andrew, que iríamos a distintos lugares, que me protegiera de tipos como él del trecientos ocho, que haríamos de este departamento nuestro hogar en donde nuestros hijos vivirían, en donde envejeceríamos juntos. Todo este sueño que estoy viviendo es gracias a él, porque hace algunos años no sabía ni qué hacer con mi vida. Gracias a él soy quien soy ahora.

Acosadora (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora