8.Relación

2.6K 184 7
                                    

Capítulo 8. Relación

Andrew

13 años

5 de junio del 2003

Estaba decidido, después de haber hablado con mi padre ya no siento tanto miedo como antes, me dio la fuerza que necesitaba para poder atreverme hacer lo más osado que he hecho en mi patética vida.
Siento como mi pulso se acelera tanto como para poder decir que en cualquier momento mi corazón explotara. Entre más me acerco a mi destino mis nervios van en aumento, mis manos sudorosas no pueden dejar de temblar, no saben cuan tonto me siento, pero no lo puedo evitar, de tan solo pensar que tal vez me diga que no, el simple hecho de pensarlo hace que mi corazón se estruje.

Al verla sentada en la banca en la que nos quedamos de ver mis nervios explotan, mi paso va disminuyendo cada vez más, siento que en cualquier momento mis pies me fallaran, sigo sintiendo ese temor que cada vez se va haciendo más fuerte pero trato de hacerlo a un lado, ha pasado un año desde que ella me hablo, un año desde que nos empezamos a conocer y un maldito año desde que me di cuenta que ella era la persona con la que quería estar toda mi vida. Cuando la empecé a conocer más me di cuenta que no solo era hermosa en lo referente a la imagen sino que también internamente la niña más perfecta que he conocido.

Muchos piensan que es patético que un niño de tan solo trece años piense de esa forma, que es tonto de mi parte enamorarme a tan temprana edad, que después de que haya andado con ella mi capricho y el supuesto amor que tenía se desvanecerán, y que terminare dejándola. Pero sé que no solo es un capricho, escuche una vez que siempre uno va a saber quién será la persona con la que pasaran su vida entera, no es que lo hayan estudiado si no que el instinto más profundo de nosotros lo sabe, es una alarma que se activa siempre que esa persona se acerca, aun si no la conoces del todo, para ti... ella es perfecta aunque para vista de todos esa persona es la más imperfecta que han conocido.

Retome mi camino con paso decidido, una vez que estuve enfrente de ella cerré los ojos y me arrodille, sentí como mis ojos empezaban aguadarse por el temor. Forme un puño en ambas manos, justo antes de hablar ya sabía perfectamente que mi voz seria temblorosa.

-Bueno... yo-trague saliva-yo... quería ver si tu-negué repetidas veces con la cabeza, no quería abrir los ojos sabía que ella me estaría viendo expectante a mis movimientos-quería preguntarte una cosa...

-Lo sé-abrí ambos ojos sorprendidos-y la respuesta es sí-sonrió a mas no poder y se acercó a mí, deposito un casto beso en mi mejilla, vi como sus pómulos empezaban a tornarse de un rosa pálido.

-Pero... yo, ¿cómo?-no estaba entendiendo absolutamente nada de lo que acababa de pasar, seguía arrodillado enfrente ella.

Se limita a reír a la vez que se encoje de hombros inocentemente, esto no está bien, se supone que sería sorpresa, vaya que ni siquiera tuve que articular ni una palabra.

-¿Podrían dejar de seguirme a todas partes?-la miro extrañado, su ceño de frunció y cruzo ambas manos sobre su pecho indignada.

Veo como cuatro personas salen detrás de un enorme arbusto, se miran sorprendidos puesto que no pensaban que Julieta los cachara, cambian rápidamente sus facciones sorprendidas a unos completamente serios.

-¿Cómo quieres que no te sigamos si estas en un parque sola con un niño que podría violarte?- el mayor de ellos habla.

-En primer lugar no estoy sola y en segundo él no es un extraño, es mi novio-esa última palabra hizo que mi corazón estallara de la emoción, los cuatro hombres la miran incrédulos.

-Estas muerto-el menor de estatura me mira fijamente-, y no por nosotros, mi padre te matara-trago con dificultad.

-Por dios Doug deja de espantarlo-lo riñe Julieta.

-Bueno antes de que mueras en manos de nuestro padre, ¿quieren ir a comer?, tómalo como una recompensa por lo que mi padre te hará.

-Estefan callate tú también.

4 años después

17 años de edad

-Tenías razón-Julieta sonrió y beso mi cachete-quien lo diría.

-Han pasado cuatro años-suspire, la rodeo con mi brazo y la pego más a mí-, sigo sin poder creer que tu padre me dio una taza de café a los trece, ni mucho menos que me haya dejado ir de tu casa hasta las dos de la mañana solo para hacerme preguntas.

Bostezo, ciento como mis parpados se van cerrando, su risa hace que no cierre por completo mis ojos. Antes de caer profundamente dormido siento como se acerca más a mí, sus manos se encargan de acariciar mi pelo, siento su respiración demasiado cerca.

-Fue Michael-susurra contra mi oído, antes de acomodarse de nuevo a mi lado y dormirse, al principio no llegue a comprender que quería decir, pero después me di cuenta.

Michael fue quien le dijo. Rió mientras niego, si tan solo él estuviera aquí, si tan solo ese día yo hubiera estado con él nada de aquello hubiera pasado, nos hubiéramos ahorrado el sufrimiento que pasamos al ver las grabaciones.

Acosadora (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora