Capítulo 16. Locura desatada.
La mirada de Connor sobre mí empezaba a preocuparme, sabía que era una locura pero la parte ingenua y llena de esperanza seguía como un pequeño foco encendido en el centro de mi cuerpo. Me remuevo dudosa, era como si, tan siquiera al respirar me juzgaría.
Anhelaba que su respuesta fuera afirmativa junto con una de sus bonitas sonrisa que solían enamorar a cualquier.-Julieta, no creo que eso sea lo mejor-un pequeño enojo bullo en mi pecho, sintiéndome incapaz de mencionar algo, empuño mis manos que estaban sobre mi regazo-, no puedes tomar lo que quieras cuando lo deseas. Esto no funciona así, eso deberías saberlo.
-Él no la quiere, él no...
-A veces no necesitas amar para sentirse estable alado de esa persona-me interrumpió, un suspiro pesado y lamentoso brota de sus labios algo resecos, tomando mi cámara entre sus manos, una pequeña sonrisa barre su rostro-, mi pequeña acosadora, deberías entender que perdiste.
Lo sabía, pero quería olvidarlo. Quería intentarlo y no tener que lamentarme. Porque de alguna manera no me sentía lista para dejar de lado todos los sentimientos que seguían arremolinados en mí. Como una tortura.
-No quiero perderlo, no estoy lista-susurro después de unos minutos, deja la cámara sobre la mesita de centro para después levantarse del sillón y quedar frente mío, sus botas tocando la punta de mis pantuflas-, porque entre más lo pienso, entiendo que estoy sola, mi familia me detesta y Andrew está apunto de casarse. No tengo nada-hablo sin parar, mis ojos nublandose por las lágrimas que no tardarán en recorrer mis mejillas, la quemazón en mi pecho empezaba a doler tanto como si me faltara el aire, me aterraba no poder seguir adelante y estar estancada.
-¿Y yo que soy Julieta?-su pregunta sale con aquel tono indignado que me hace reír, se acuclilla hasta que su rostro queda a la altura del mío, pasa una de sus manos por mi cabello, peinándolo con cuidado y con cariño, en esos instantes me sentía como un cachorro abandonado-, sé que vas a poder, eres Julieta Jefferson.
Mis pensamientos e ideas se habían esfumado por completo de mi cabeza, no hago nada más que pensar en él. Todo mi cuerpo me pide a gritos que vaya con él, que no importe las consecuencias con tan solo volverlo a tener junto a mí. Pero las palabras de Connor eran mi freno, está egoísta y lo quería devuelta como si fuera un juguete.
El sonido de la puerta al ser golpeada suavemente me deja desconcertada por un momento, por unos instantes pienso en Connor. Dejo de dar vueltas por la sala y me dirijo hacia la puerta.
-Estaba a punto de irme-dice melodiosamente apenas abro la puerta, reprimo mis ganas de cerrar la puerta en su cara y contarle todo sobre su prometido. Tomo con más fuerza la perilla de la puerta que por un momento pensé que con tanta fuerza esta se podría romper.
-¿Te puedo ayudar en algo?- pregunto secamente, me obligo a sonreír aun cuando se que parecía más una mueca, ella no tiene la culpa de nada, ni siquiera debe saber de mi existencia.
-La verdad no tenía con quién hablar- sonríe débilmente-pensé que tu...
-Pasa-no la dejo terminar, me hice a un lado para que esta pudiera entrar, me regañó mentalmente por lo estúpida, escupí la invitación sin antes pensarla.
Por más que no soportará estar cerca de ella, quería averiguar un poco por lo mínimo que fuera. Sé que no tiene la culpa pero no puedo reprimir las ganas que tengo de gritarle toda la verdad y un sin fin de cosas.
-No sé qué hacer-tapa su cara con ambas manos amortiguando un poco el sonido de su voz -, él se está comportando raro-la mire, por un momento no tenía ni idea de quien hablaba, pero después comprendí que hablábamos de ese él.
Se deja caer derrotada sobre el sofá, escucho un leve sollozo que escapa de su boca y no puedo evitar sentirme mal, porque sé que todo es mi culpa, soy la culpable que se comporte así.
-Cuando me acerco aunque sea un poco él se aleja, no sé qué le pasa hace unos días estaba feliz por lo de la boda pero ahora pareciera todo lo contrario-ríe secamente mientras niega con la cabeza-en las noches cuando duerme, siempre repite el nombre de ella.
"Siempre repite el nombre de ella"
-No entiendo por qué me cuentas esto-quería esconder la felicidad que me causaba escuchar todo aquello, quería gritar y saltar de la emoción por toda la casa.
-No sé -se encoje de hombro-realmente no lo sé, desde la primera vez que te vi supe eras una gran persona, me inspiras confianza.
Tiene toda la razón Margot soy una perra sin corazón.
¿Es tan malo que no sienta ni una pizca de culpabilidad?
-¿Quién es ella?-pregunto, tenía curiosidad de que tanto él le había contado de mí.
-Es algo gracioso, ¿sabes?-ríe sin ninguna pizca de gracia-se llama igual que tú, era la novia de Andrew, a decir verdad fue su primera novia-corrige, veo como al pronunciar cada palabra su tono es más serio que el de hace unos momentos, todo su cuerpo irradia inseguridad y tristeza-, anduvieron por ocho años, ¿cómo se supone que haga para que la olvide?, estuvo con ella desde los trece. Cuando conocí Andrew no importaba cuan destrozado estaba siempre hablaba de ella como si fuera la mujer más perfecta del mundo como si de una diosa se hablara.
Algo dentro de mí se remueve, unas leves cosquillas se instalan en mi estómago y soy capaz de sentir como se siente, no es que me sienta mal por ella, si no que todo su persona demuestra cómo es que se siente.
-¿Y qué paso?-la animo hablar, es la primera vez que escucho que fue de Andrew desde que me fuí.
-Lo dejo-niega con pesadez-, al principio decía que él tuvo la culpa, que él había hecho algo mal, que tal vez no fue lo suficientemente bueno-claro que lo fue, siempre lo fue-, trato de buscarla y cuando se enteró que se había ido-veo como unas gruesas gotas de agua se esparcen por sus mejillas-se puso tan mal que no sabía qué hacer, era todo un caos. Se perdió.
-Tal vez ella lo dejo porque quería sentir algo diferente a lo que estaba acostumbrada.
-Eso no excusa, si en verdad lo amo porque entonces pensar en si quiera engañarlo.
-Para ella ya no era igual, pero para él seguía siendo lo mejor de su vida, ¿no?- digo.
Asiente.
-Él fue sincero conmigo, y lo entiendo después de todo quien puede olvidar a su primera novia con la que paso tantos años
Nadie.
-La intente buscar-habla nuevamente-pero lo único que tenía era un foto de ella vieja, así que no di con ella, pensé que tal vez encontrándola y llevándola con Andrew, él mejoraría. Pensé en rendirme, ¿para qué luchar contra algo que es más fuerte que tú? Siempre pensé que ella lo volvería a buscar pero no fue así. No sé si rendirme ahora, pareciera que él se niega a dejarla a ir, que solo está conmigo porque me quiere como compañía, como un objeto.
-¿Qué pensabas decirle si la encontraras?
Justo en estos instantes soy como un huracán pero lleno de emociones demoledores, estoy hablando de más y no puedo evitar reprocharme por mi actitud estúpida.
-Gracias
-¿Gracias?-enarco ambas cejas, espera algo realmente diferente no un gracias.
-Gracias por darme la oportunidad de conocerlo, por convertirlo en lo que es. Pero también le diría que es una idiota por dejarlo ir, por dejar a un chico grandioso que toda mujer sueña tener con ella.
Parpadeo repetidas veces para ahuyentar las lágrimas que amenazan con salir. Tal vez deba dejarlo.
-¿Y si ella apareciera y quisiera luchar por él? -susurro la pregunta, la dejo salir a pesar del nudo formándose por mi garganta.
-Pues tendrá que demostrarme lo que tiene, porque yo no pienso rendirme. Lo que no te mata, te deja herido y dejame decirte que él ya está roto.
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Acosadora (Libro #1)
Novela JuvenilCada día desde mi ventana observo al otro lado de esta, esperando el momento. Todos los días a la misma hora, observo cada detalle de lo que hacen, cada pelea, cada golpe, cada beso, es como si fuera una relación de tres, aunque ellos no noten mi pr...