Julieta
19 años
8 de abril del 2003
—¿Segura que no quieres ir?— pregunta nuevamente Andrew que se encontraba a mi lado.
—Estoy cansada— me limite a decir, tenía otros planes y obviamente Andrew no estaba en ellos.
—De acuerdo — se encogió de hombros antes de acercarse a mí y dejar un casto beso en mis —, nos vemos mañana amor.
No dije nada, realmente no quería y mucho menos tenía las ganas para hacerlo, así que simplemente asiento con la cabeza.
Tan rápido como Andrew sale por la puerta corro inmediatamente a mi habitación para cambiarme. Trevor dijo que vendría por mí y sé que no es uno de esos chicos que le gustan esperar por alguien y mucho menos por una chica que apenas acaba de conocer.
Sé que debería sentir remordimiento por hacerle esto Andrew pero justamente en esos instantes no lo sentía en lo absoluto, o eso es lo que trato de hacerme creer. A decir verdad, no podía entender como es que llegue a este punto, un lugar que me dejaba a la deriva sobre lo que estaba bien y lo que no es.
El constante ruido que produce mi celular provoca que deje de verme por un momento en el espejo y ponga mi total atención en aquel aparato. Por un momento, solo por uno, he sentido ese miedo que me provoca cuando se trata de él.
Tomo con sumo cuidado el aparato entre mis manos sintiendo que, con tan solo tocarlo este dejará de producir aquel ruido, temía que no fuera él, pero al ver el identificador de llamadas y observar aquel nombre falso que había inventado, hace que una sonrisa se asome por mis labios.
—Estoy afuera— su voz rasposa y grave fue lo primero que oí al tomar la llamada—, no me hagas esperar—como si esas palabras fueran una amenaza de vida y muerte salgo disparada de mi habitación, le había dicho a mi madre que saldría con Andrew por lo cual no pregunto nada cuando me vio salir de la casa.
Sonrío a más no poder cuando visualizo a Trevor recargado sobre su coche, lo oigo gruñir incluso antes que llegue estar a su lado
—Estuve a punto de dejarte— dice sin dignarse a verme.
—Lo sé—susurro, por alguna extraña razón siempre que me encuentro cerca de Trevor, mis nervios explotan y mi torpeza sale a flote, he de admitir que no es lo mismo que cuando estoy con Andrew y eso hace que haya un poco de incomodidad entre los dos.
—Vamos— camina con agilidad hacia el lado del conductor, sé que no tengo esperar de Trevor esas acciones que nosotras llamamos "caballerosidad", eso no va con él y eso me lo confirmo el primer día que salimos, así que sin esperar ninguna atención, abro la puerta del copiloto lo más rápido que puedo y me adentro en él.
—Antes de que vayamos tengo que advertirte que este no es un lugar como los que hemos ido, Julieta — vuelve hablar, sus palabras no me afectan, hace mucho que dejaron de intimidarme—, por ninguna circunstancia te separes de mi—a pesar de los ligeros nervios, me limito asentir repetidas veces con la cabeza.
No sé cuándo fue que me adentre tanto a este mundo del que tanto mi padre temía que conociéramos, pero es algo que siempre provoca un cosquilleo en la boca de mi estómago y una inevitable adrenalina que recorre todo mi cuerpo al ver aquellos lugares.
—No te preocupes, ya sé que hacer— sonrío provocando que él haga lo mismo, coloca una mano sobre mi rodilla y le da un leve apretón.
***
—¿No crees que exageraste?— me reprime Trevor cuando ve que no puedo mantenerme de pie por mis propios medios.
—Solo inhale un poco— trato de aminorar la situación.
—Tus padres no son idiotas Julieta — me acerco a paso lento y tembloroso hacia él, rodeo su cuello con ambas manos y dejo un casto beso sobre sus labios antes de hablar.
—¿Podrías calmarte?—digo sin despejar demasiado nuestros labios—, les puedo inventar cualquier cosa y aun que sea la más absurda te puedo asegurar que me creerán— las esquinas de su labio se curvan hacia arriba mientras este niega con la cabeza.
—Siento que te estoy llevando por mal camino— río.
—¿Sientes?— arqueo ambas cejas.
—Bueno, bueno — levanta ambas manos a cada lado de su cuerpo —, será mejor que te vayas, tu mamá puede ser capaz de salir a la calle y sabes que eso nos traería muchos problemas.
Suspiro sonoramente, no me atrevo a contradecirlo porque sé que tiene razón.
—Te espero mañana — dice antes de empezar a caminar hacia su carro que se encontraba a una distancia prudente de mi casa.
Caminando la cuadra restante, respiro con profundidad antes de introducir la llave de la casa.
—¿Y Andrew?—pregunta mi madre si bien a penas pongo un pie adentro.
—Tuvo que irse— miento, intento caminar rápidamente y con paso seguro hacia las escaleras, pero patéticamente fallo.
—Que raro, el siempre viene a dejarte aun cuando se le hace tarde— comenta acercándose hacía mí.
—Es muy tarde, él también tiene una madre, ¿recuerdas?—rezo para que no dé un paso más hacia mí, sé que si llegara a verme se daría cuenta que me encuentro ligeramente drogada.
Al ver que no decía nada más subo los escalones restantes mientras siento como cada uno de mis músculos se relajan, por poco y este sería mi final.
No puedo evitar sonreír cuando por fin me encuentro en mi habitación, sin duda nunca me cansare de esto.
•
Si hay errores, no duden en decirme.
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Acosadora (Libro #1)
Teen FictionCada día desde mi ventana observo al otro lado de esta, esperando el momento. Todos los días a la misma hora, observo cada detalle de lo que hacen, cada pelea, cada golpe, cada beso, es como si fuera una relación de tres, aunque ellos no noten mi pr...