Capítulo 11. Una pequeña mentira
Julieta
17 años
18 octubre del 2007
Después de unas largas horas en las que simplemente mis ojos estaban cerrados y mi mente divagando en cualquier cosa logre dormirme, aún cuando la opresión en mi pecho seguía ahí, me obligue a no pensar en ello, sabía a la perfección, que si seguía de aquella forma volvería a llorar y a lamentarme. Para ser sincera, nunca creí en los engaños, en mi familia nunca ha sucedido algo como eso y ahora que, en forma poco literal me sucedió enfrente de mis narices, no tenía ni la más mínima idea de que hacer o cómo actuar.
Realmente no fue como tal un engaño porque se la verdad, pero eso no quita el dolor que me causa cada vez que esa imagen vuelve aparecer en mi cabeza, atormetandome y desestabilizandome.
"Estúpido Andrew" "Estúpida su bondad"
Cerré con fuerza mis ojos al escuchar un sonido proveniente de mi ventana, por un momento me permití pensar que el causante eran las ramas del árbol que se encontraba justo alado de mi ventana las que estaban chocando contra esta, pero al agudizar mi odio me di cuenta que eran unas pequeñas piedras las que hacían aquel ruido.
Me levanto con pesadez de mi cama era una de esas veces que por más que quisiera todas mis extremidades se sentían pesadas y pedían a gritos un descanso, paso ambos manos por mi cara, restregandolas un poco con la ilusa idea de poder despejarme un poco más, al estar justo enfrente de la ventana di un respingo cuando una piedra más grande que las otras choco contra esta y con más fuerza. Rápidamente abrí la ventana rogando que ninguna piedra me llegara a tocar.
—¡¿Joder que haces aquí?!—grite lo suficientemente bajo para que nadie en mi casa se despertara, este desvío su mira de las piedras que se encontraban en una de sus manos hacia mí.
—Oh Julieta— Andrew se acercó más hacia la pared con una enorme sonrisa en el rostro, lo mire ceñuda, este se encontraba totalmente despeinado y con su ropa mal puesta—, no te cito a Shakespeare porque realmente no sé nada de él, pero mierda te citare lo que me diga mi mente y mi jodido corazón.
—¿Acaso estas borracho?—pregunte divertida, no me culpen, Andrew nunca se había emborrachado esta es la primera vez que lo hace y resulta totalmente gracioso, pero al acordarme que supuestamente estaba enojada me pongo seria.
—Claro que noooo—este niega rápidamente—mirra sé que esto es una toootal mierrda pero joder muñeca me tienes que escucha...—se ve interrumpido por un pequeño hipo que salió inesperadamente de su boca—, ella me beso—suekta con sinceridad, este se había puesto totalmente serio y sus manos se movían sin sentido alguno—no tuve nadaaaa que ver y sé que tal vez no me creerass— otro hipo interrumpió su discurso—ya que los hombrres estamos tachados como unos estúpidos y cualquieras perro yo no soy igual—me mira y veo como estos muestran una increíble sinceridad—, te amo Julieta, te amo tanto que temo que cuando me llegues a dejar moriré.
Este cae de rodillas sobre el paso y levanta su cabeza para poder verme.
—Lo siento—veo como sus ojos empiezan a humedecerse—¿serías capaz de perdonar a este estúpido jodidamente enamorado?
Sonrío levemente, me aparto de la ventana y salgo corriendo hacia afuera, una vez que me encuentro en la parte trasera salgo disparada hacia Andrew que me recibe con los brazos abiertos cargándome y haciendo que enrolle mis piernas en su cintura.
—Eres un idiota—susurro contra sus labios al darme cuenta que no huele a ninguna pizca de alcohol.
—Vamos nena—ríe divertido—tenía que hacerlo creíble, no siempre dicen que los borrachos y los niños dicen la verdad—enarca ambas cejas—, y además fue un cliché de los que tanto te gustan.
—Cierto—lo beso, sus labios gruesos y suaves sin duda son mi perdición—¿enserio no sabes nada de Shakespeare?
—No, todo lo que dije fue verdad, incluso eso—se encogió de hombros—, Romeo y Julieta nunca me llamo la atención, pero pensándolo mejor me podría cambiar mi nombre por Romeo y joder nena seríamos las versiones verdaderas del libro.
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Acosadora (Libro #1)
Ficção AdolescenteCada día desde mi ventana observo al otro lado de esta, esperando el momento. Todos los días a la misma hora, observo cada detalle de lo que hacen, cada pelea, cada golpe, cada beso, es como si fuera una relación de tres, aunque ellos no noten mi pr...