15. Un recordatorio

2.3K 163 14
                                    


Capítulo 15. Un recordatorio

Julieta

17 años

25 de marzo del 2007

-Sigo sin entender del todo-dije por fin después de unos minutos dejando atrás el silencio que embargaba el pequeño espacio que había entre nosotros después de que Ludwig terminara de hablar.

-Es muy sencillo-se encoge de hombros-a veces no todo va de maravilla, la vida es un sin fin de problemas creando caos en ti-me mira por un momento antes de volver su mira hacia enfrente-, haciendo que tú mismo te vuelvas un problema para los demás, y para aminorar esa culpabilidad que tienes intentas hacer cualquier cosa que te cause por lo menos un poco de dolor.

-¿Tus padres nunca se dieron cuenta?-me atrevo a preguntar, sé que sacar ese tema para él es muy delicado, pero no puedo evitar pregunta por ellos.

-¿Que me cortaba o me drogaba?-suelta con enojo y tristeza-estaban más preocupados por su trabajo que por mi Julieta, casi muero y ellos... nunca se dieron cuenta si no hubiera entrado la que hacia la limpieza en mi habitación-dijo con un hilo de voz-ese día me drogué más de la cuenta y tomando en cuenta que cualquier tipo de droga y el alcohol al combinarse no son muy buenas-niega con la cabeza, una risa sarcástica sale de sus labios y sé que lo hace más para no derrumbarse justo ahora que para alivianar la situación.

-Lo siento tanto-digo apenada-yo no quería que... lo siento Ludwig.

-Ya no importa-me regala una sonrisa-, tu no sabías, además eres algo parecida como una hermana para mí no veo el problema de contártelo.

Nos quedamos en silencio, sé que necesita un poco de tiempo para pensar. Hace más de una hora que sacamos el tema y sé que es difícil para el hablar sobre ello así que solo me limite a escucharlo. No es como si fuéramos los mejores amigos pero si lo suficiente para contarnos este tipo de cosas.

-Por cierto-vuelve hablar, hay algo en el cambio del tono de su voz que me recuerda mucha al de Andrew cuando se emociona por sus caricaturas-, ¿recuerdas que en el verano estuve trabajando en una librería?-cuestiona con una sonrisa, asiento-bueno conocí a alguien-sus mejillas se colorean de un rosa pálido, adorable.

-Por lo que veo es alguien importante-arqueo ambas cejas sugiriendo algo que lo hace reír,

-Supongo-duda-al grano, cuando comencé a trabajar me llamo mucha la atención alguien que iba todos los días a leer el mismo libro y si te soy sincero estaba muy buena-niego divertida al escuchar lo último, tenía que ser hombre-, no pude evitar un día acercarme un poco a donde se encontraba ella siempre, así que agarre un libro cualquiera que creo que era de las células-ríe.

» La verdad no me importo solo quería estar un poco cerca de ella para verla mejor, en fin, estaba tan perdido que no me di cuenta que esta se encontraba alado mío y cuando me di cuenta ella ya se encontraba más cerca de mí de lo que estaba hace unos momentos, no me atrevía a mirarla pero cuando lo hice supe algo que me avergonzó hasta los huesos.

Se detiene y mira expectante ambos lados de donde nos encontramos sentados.

-No hay nadie-digo algo obvia-todos están en clase, fuimos a los únicos que el maestro Farres saco.

-Como sea-acerca su boca a mi oído haciendo que los pelitos de mí nunca se erizaran por su cercanía, sentía su respiración prácticamente pegada a mi cara y su boca se encontraba a unos pequeños centímetros de mi odio-, era hombre-susurro lo suficientemente bajo para que yo solo escuchara a pesar de que no había nadie al rededor.

Tape mi boca con mi mano para evitar reírme, era un situación muy graciosa sabiendo que Ludwig se había interesado por es "chica".

-Joder Julieta te cuento algo totalmente penoso en mi vida y te ríes-me reprime-, enserio deja de reírte, cuando me hablo me sentí tan apenado que no sabía que contestarle así que no dije nada y solo nos quedamos viendo, sentí literalmente como mi cara ardía y cuando por fin hable este se empezó a reír-niega con pesadez.

-O dios santo-volví a reír, debo admitir a estas alturas que mi risa no era para nada angelical y silenciosa.

-Pero después eso-se puso serio-, cuando por fin hablamos bien me di cuenta que en cierta forma se parece a mí. Ninguno de los dos somos aceptados por nuestros padres, solo somos un problema para ellos-suspira, deja salir una risillas- y ese día, justo ese día me di cuenta que este mundo no se merece a personas como nosotras, personas diferentes-me mira-por que la sociedad solo quiere personas iguales por miedo a cambiar.

Sonreí, siempre he pensado que Ludwig tiene una forma de pensar muy diferente al de todos los demás, no piensa lo que dice simplemente las palabras brotan de su boca sintiendo cada una de ellas mientras las dice, hay personas que te hacen pensar pero Ludwig te hace reflexionar hasta la más mínima cosa.

-Por esa razón-se levanta la manga se su suéter, sin entender muy bien del todo observo su brazo y soy capaz entonces de distinguir una pequeña líneas que forman una equis, lo miro con tristeza, me había dicho que nunca más lo haría, su piel es tan blanca que las cortadas que se encuentran en su muñeca no se distinguen muy bien del todo, apenas son unas perceptibles líneas delgadas.

-Me prometiste que ya no lo harías-susurro, este toma mi mano entre las suyas, desvió mi mira del césped hacia él.

-Esta es diferente-sonríe ligeramente-es algo así como un recordatorio que entre el mundo y yo siempre vamos en direcciones opuestas aunque nos crucemos en un punto.

Entonces lo entiendo.

Soy capaz de entender por primera vez a Ludwig.

-Gracias-lo miro sonriente.

-De nada-me abraza y se separa de mí, se para con dificultad del suelo y me tiende una mano para ayudarme a parar -, será mejor que ya te vayas alguien te espera-su mira se dirige a un punto detrás de mí, sonrió al saber de quién se trata-hay personas que comenzamos en el mismo punto de inicio, pero después de un tiempo cada una toma su camino-frunzo mi ceño.

-¿De qué hablas?.

-Nada, olvídalo-niega distraído-me saludas a Andrew-se aleja de mí no antes de regalarme una mirada diferente a las que antes me había dado.

-Ludwig te manda saludos-digo por fin cuando llego alado de Andrew

-Me cae bien-me sonríe mientras coloca ambas manos sobre mis mejillas presionándolas haciendo un enorme puchero con mi boca-es el único chico con el que no me da celos verte y con el que no me da ganas golpearlo por estar tan cerca de ti.





Acosadora (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora