18. Encuentros arruinados

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Capítulo 18. Encuentros arruinados

El sabor dulzón del café me invade apenas el líquido resbala por toda mi boca, sin dejar pasar un segundo más levanto la cabeza, Connor me observa con una sonrisa deslumbrante, la diversión pintando sus facciones al darse cuenta de la mueca que se va instalando sobre mis labios.

—Lo necesitabas—la excusa barata sale sin la pregunta pero era una de esas tantas veces que no era necesaria expresarla, pues estaba segura que mi cara dibujaba mi descontento. Tragandome la maldición, vuelvo a tomar de la taza.

Dando mi silencio como una tregua, con su propia taza en manos se sienta con garbo sobre el sillón. Mirándome con desdén y de forma inquisitiva, chasquea la lengua al final de su examinación.

—No soy un maldito adivino para saber que te ocurre Julieta— la voz irritada de Connor hace que desvié mi mirada hacia él, el enojo era palpable como el azúcar en mi paladar que no pude evitar que la vergüenza se asentara en mi estómago.

—Tengo un plan—suelto sin medir las consecuencias pero el nudo en mi garganta me hizo soltar aquello como vómito verbal, necesitaba decirle a alguien a quien contarle mi locura.

—¡Excelente!—dice maravillado, sus ojos se iluminan de manera espeluznante que por unos momentos me quedé sorprendida, obviando si respuesta sabía que no hablábamos de la misma cosa— porque ya no aguanto a tu maldito vecino del 308, ¿estás segura que no es gay?—pregunta.

—No ese clase de plan idiota—murmuro, sus ojos me ven con atención y la ternura se instalan en ellos a la espera de que aclare la situación—hablo sobre Andrew.

—Joder, yo que pensaba que por fin nos libraríamos del pervertido del trecientos ocho— maldice unas cuantas veces antes de volver a poner toda su atención en mi— ¿Y bien... cuál es tu plan novia ?—sé que todo esto le parece divertido por su sonrisa socarrona que se encarga de adornar su cara.

—Seducirlo.

—Buena amiga yo digo que le lancemos huevos cuando salga, sabes el del trecientos ocho siempre atenta ante mi privacidad personal, siento que en cualquier momento me va a secuestrar—esquiva rápidamente el tema.

—Connor—lo fulmino con la mirada, mi corazón bombea furioso contra mi pecho y me preparo para su respuesta negativa.

Suspira pesadamente antes de volver hablar.

—Pulguita, siempre he sido yo quien hace las estupideces en nuestra relación por favor no cambies esto, me gusta tal y como estamos.

—Hablo enserio.

—Yo también hablo enserio—dice seguro—pero sabes que te voy apoyar en todo Julieta así como tú lo hiciste conmigo y mis borracheras constantes, y aunque sé que tu plan es una completa locura no pienso abandonarte, sé que él es importante para ti y por eso entiendo esas ganas que tienes de luchar por él, pero no quiero que hagas una cosa de la que te vayas arrepentir.

Mi sonrisa se ensancha a más no poder, dejo con un golpe sordo la taza sobre la pequeña mesa del centro para después correr rápidamente hacia él, mis brazos lo envuelven  lo más fuerte que puedo.

—Creo que moriré si me sigues abrazando así pulga, me dejas sin respiración— dice entre cortadamente, rápidamente me separo de él inmediatamente empieza a toser sin control.

—Lo siento—digo avergonzada—bueno novio falso, necesito que vayas a comprar algunas cosas por mí—entrecierra sus ojos y niega.

—Si son condones olvídalo—golpeo juguetonamente la parte trasera de su cabeza ocasionando que este ría.

—Eres un idiota.

—Bueno dejando a lado que soy un idiota y que tú quieres condones, enserio deberíamos pensar seriamente sobre el vecino tuyo del trecientos ocho, la otra vez lo cache viéndome la parte trasera de mi hermoso y escultural cuerpo—esta vez soy yo la que ríe.

—No me sorprendería que al día siguiente no aparecieras—abre de par en par sus ojos al escucharme.

—Demonios Julieta—me reprime—ahora ya no podre salir tranquilo de mi casa.

—Descuida—digo despreocupada—sólo te querrá por un rato.

—Por favor dios quiero seguir siendo virgen— junta ambas manos y cierra sus ojos mientras susurra infinidades de cosas que no soy capaz de comprender.

—Pero si ya no eres virgen—comento divertida.

—Sabes que no hablo en ese aspecto de ser virgen, sabes pequeña e inocente Julieta los hombres también pueden tener sexo—lo miro asqueada ante su comentario.

»Por si no lo sabias hay una parte de la cual todos contamos y...

—Cállate—tapo ambas orejas con mis manos tratando de amortiguar su voz, salgo rápidamente de mi departamento al mismo tiempo que la puerta de mi vecino de enfrente se abría.

Genial, pensé.

—Julieta...

—¡¿Entonces tu compraras los condones?!—grita Connor desde adentro.

Andrew arquea ambas cejas hacia mi dirección.

Pero qué suerte tengo.

Acosadora (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora