29. Todo fue un sueño.

1.4K 136 6
                                    

Capítulo 29. Todo fue un sueño

Todos me miran como si de un loco se tratase, aun cuando les he repetido el nombre de Connor ellos insisten en que no existe, pienso todo lo contrario. No pudo haber sido un sueño. Porque todo se sintió tan real, porque imaginarme un mundo sin Connor hace que mi corazón estalle en miles de fragmentos. Quiero llorar, correr lejos de aquí, demostrarles a todos que Connor si existe, que no es producto de mi imaginación, que tengo una vida en Australia.

El doctor ha dicho que pudo haber sido producto del choque, que los pacientes que suelen tener este tipo de accidentes producen una vida dentro de ellos para sentirse seguros y no estar solos y, todo tomo sentido para ellos, poniendo tal excusa que no le tomaban importancia a lo que ahora decía.

—Amor, te aseguro que no hay ningún Connor—me mira tiernamente, sé que está cuidando sus palabras, tiene miedo a lastimarme, pero no saben que con tan solo decirme que él no existe me lastiman más de lo que imaginan—, no sé qué ha pasado dentro de esta cabecita—su índice golpea suavemente mi cabeza—pero créeme cuando te digo que confíes en mí, nunca te mentiría.

Las lágrimas que trate de retener hace unos instantes salieron sin más, porque todo era mentira, porque Andrew dice la verdad, él no mentiría.

Todos mis hermanos depositan un suave beso en mi frente antes de salir de mi habitación, cada uno de ellos tenían unas pronunciadas ojeras, su cansancio se notaba a kilómetros y, no hace más que sentirme más culpable. Richard me mira y sonríe:—Tu habitación sigue intacta, enana.

Mis padres no han dejado de hablar ni un instante con el doctor, incluso salen del cuarto.

—Y-yo...—Andrew arquea ambas cejas.

—Está bien—sonríe antes de depositar un casto beso en mi sien—, no es momento de agobiarse amor, tienes que descansar.

—Tengo miedo.

—Te aseguro que cuando despiertes estaré justo aquí, no me moveré para nada, no le he hecho durante días y no pienso hacerlo ahora que despertaste.

‹...›

1 semana después.

Estaba apenada, aun cuando Andrew y yo hemos compartidos momentos íntimos, nunca imagine que él tendría que llevarme algún día al baño y mucho menos tener que limpiarme. La vergüenza y la impotencia que sentía en esos instantes nunca pensé que los sentiría en un solo instante.

—Puedo hacerlo sola—susurre, trate de tomar el cepillo de la mano de Andrew pero este la aparto rápidamente impidiéndomelo.

—Yo lo hare—dijo seguro—, Julieta no es para mí una carga cuidar de ti, porque eres mi novia y sé qué harías lo mismo por mí.

Suspiro, sé que no debería sentirme así, sin embargo me siento más avergonzada de lo que algún día podría imaginar, estaba enojada con mi madre, porque se suponía que ella tendría que estar cuidándome.

—Soy una molestia, no puedo dar ni un paso bien sin que nadie me ayude, Andrew esto es más vergonzoso para mí que para ti.

Sonríe abiertamente antes de colocar nuevamente el cepillo en mi cabello y cepillarlo.

—¿Estas avergonzada por lo de hace rato?—ríe.

—No es gracioso Andrew—tapo mi cara con ambas manos—, nunca imagine encontrarme en una situación así contigo.

—Oh, vamos amor, no fue nada para mí—quita mis manos de mi rostro—, fue por decirlo así un privilegio. Mejor deja de decir tonterías, tenemos que ponerte hermosa, después de todo por fin sales hoy del hospital.

Acosadora (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora