Capítulo 28. Viaje
No me atrevía.
Tenía miedo, para que negarlo, ni el olor a café sacaba el nerviosismo que se instaló en mi sistema. Pareciera que tan solo fueron unos cuantos segundos cuando Althea apareció en frente de mi puerta con Andrew, su sonrisa no la deje pasar desapercibida, así como tampoco aquel brillo que se encontraba en sus ojos.
Seré sincera, me extraño el hecho de verlos frente a mí, pero al recibir aquel sobre rosa crema, mis dudas se esfumaron. Sonreí. Fue lo único que mi cerebro me pudo ordenar, estaba hecha un manojo de nervios y de sentimientos que oprimieron mi pecho dolorosamente.
Sentí la necesidad de llorar, de gritar, pero me di cuenta que eso no haría nada, que no desaparecería aquel sobre que se encuentra sobre mi anticuada mesa.
—La miras como si de una bomba se tratase—comento burlón Connor—, Julieta simplemente abre esa jodida invitación, cariño. Ya sabíamos que esto pasaría algún día.
—Solo... lo estoy procesando,
Lo sabía, pensaba que estaría preparada, pero, sin embargo, me di cuenta que no, llevo más de media hora viendo aquel sobre, tal vez sea tiempo que todo termine, que lo deje ir, pero sé que no quiero, porque me aferro a los recuerdos que ya no existirán, sé que a pesar que le diga que lo siento él no va a detenerse, Andrew es así, él cumple su palabra sin importarle si eso no le hace feliz.
—No pienso ir, no tiene caso que lo abra.
—¿Segura? Julieta creo que es más doloroso verte así a que reciba un golpe en las bolas, simplemente...
—Quiero que vengas conmigo—no lo deje terminar—, ven conmigo.
—Prefiero no ir, gracias, te juro que si veo a tu madre se me va olvidar que es una mujer mayor.
Suspiro.
Tenía los boletos, estaba decidida, iría con mi madre, no quiero quedarme sola, necesito a alguien que me apoye, porque sé que en cualquier momento me derrumbare, me hice la fuerte pero sigo siendo aquella chiquilla asustada.
—Connor.
—Julieta—arquea ambas cejas, mis ojos se cristalizan, suspira—no me hagas esto, esto es tan jodido—pasa ambas manos por su cabello—está bien, demonios. Está bien iré, pero escúchame bien, al primer insulto que salga de esos labios de la bruja de tu madre nos regresamos, no pienso que personas como esas que no valen la pena te insulten.
—¿Crees... crees que algún día estaré bien? ¿dejará de doler?—Connor me sonríe.
—Por supuesto, personas como tú siempre terminaran como aquellos cuentos de princesa, si no me quedare todo el tiempo contigo, hasta que nos hagamos viejos que necesitan pañales, cariño no pienses que estas sola, porque joder, apenas te conocí supe que eras especial, que serias mía, no dejaré que te hagan daño.
» Sabes, Barney me enseño que las amistades son importantes e indispensables para un ser humano y tu eres indispensable para mí, no es mucho pero espero que te baste con tener un amigo súper sexy y caliente, que nunca te dejara aunque hagas cosas estúpidas, porque para eso estoy, para no dejarte caer en la vida de mierda que te toco.
Mis mejillas se encontraban totalmente mojadas por mis lágrimas, duele, y no sé cómo parar aquel dolor que oprime con ferocidad mi pecho, mi cabeza duele como si algo estuviera aplastándolo, mis piernas fallan a tal punto de caer de rodillas en el suelo y, lo único que puedo hacer es presionar mi pecho con ambas manos tratando que el dolor se vaya, pero no funciona, tiro de mi pelo antes de pasar mis manos en mi cara y llorar.
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Acosadora (Libro #1)
Teen FictionCada día desde mi ventana observo al otro lado de esta, esperando el momento. Todos los días a la misma hora, observo cada detalle de lo que hacen, cada pelea, cada golpe, cada beso, es como si fuera una relación de tres, aunque ellos no noten mi pr...