capitulo 8

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Son las siete de la noche, Jackie y Miranda llegan exhaustas.

_Que día tan largo, estoy muy cansada. -Jackie se sienta en el sillón estirando los músculos y quitándose la mochila-.

_Ni me lo digas, largo y raro. Bueno, por lo que vimos en el museo. -Miranda le habla desde la cocina-

_Oye, necesito un baño, ¿puedo entrar verdad? -Pero antes de que conteste, Jackeline lleva todas sus cosas al cuarto de baño-.

_No uses la toalla azul, es mía. Usa la verde, no quiero que tus gérmenes estén en mi.

 Jackie, se sienta en la tapa del baño y enciende un cigarrillo, pronto el humo del tabaco van llenado la habitación. Eso no molesta a Miranda, ya que también esta acostumbrada al olor.

Empieza quitándose el pantalón, siguiendo por la camisa hasta quedar en ropa interior. Jackie tiene un cuerpo hermoso, es perfecto. Se quita las bragas y termina por el sostén, Entra a la ducha y abre el agua caliente. Poco a poco comienza a frotar todo su cuerpo con el jabón, lo hace de una manera provocativa como si le estuviera bailando a alguien. Pero no, esta sola... O eso cree ella.

_¡Jackie! ¿Hay shampoo? 

_No hay mucho, con suerte alcanzara para mi -Dice Jackie al tiempo que ve el botellón de shampoo-

_Ah ok, iré a la bodega un momento, no tardare mucho. -Y cierra la puerta, dejando a nuestra protagonista sola... ¿O no?-

Jackeline frota su espalda, no se detiene, hasta que siente que algo la sujeta de la muñeca, este no la deja voltearse para ver de quien se trata. Lucha, pero es imposible, es demasiado fuerte para una señorita que pesa tan solo sesenta kilos. Finalmente se detiene y Jackie voltea rápidamente. Como muchas veces, es solo una simple alucinación. Termina de ducharse y va por la toalla, azul como le dijo su mejor amiga. Se pone la misma ropa y nuevamente enciende un cigarrillo. Se mira al espejo y ve las ojeras que tiene, inhala y exhala el humo, hasta que una vez mas el cuarto se llena de este tabaco, pero esta vez formando una figura extraña y grotesca en el asiento del inodoro.

_Hola querida, ¿Por qué te pusiste la ropa tan rápido? Ni siquiera dejaste que me divierta un rato -La bestia miraba a Jackie, no se distinguía muy bien su forma pero no había dudas de que era aquel ser amorfo-

Jackie se queda tiesa de miedo, siente que todo es una alucinación y que pronto esta desaparecerá pero no es así.

_¿No piensas hablarme? -Le sonríe, y es una de las sonrisas mas horribles que puedas ver en cualquier sueño-

Jackie sigue sin mirar, solo se centra en ella, sigue mirando sus ojos. Esta muerta de miedo, pero no quiere responder a las peguntas de su agresor. La bestia camina lento hacia ella, cada paso que da, se va formando poco a poco su forma normal y siniestra.

_Es de mala educación querida, cuando una persona te habla y la otra te ignora. -El ser pasa sus horribles garras por la espalda de Jackie y sigue bajando hasta su trasero, acariciándolo suavemente-

Jackie siente un ardor cuando sus garras bajaron por la espalda, sintió toda su espalda quemarse. No puede mas y reacciona.

_¡Esto no es real! Me repito siempre que esto no esta pasando. -Jackie rompe en llanto-

_Pero como puedes decir que no es real, ¿Acaso no sientes el fuego que provoco en ti? -La bestia esta lista para atacar, se abalanza sobre Jackie y la envuelve en un manto totalmente oscuro, haciendo que esta grite de desesperación-.

La puerta se abre y Miranda escucha los gritos desgarradores de su mejor amiga desde el baño. Con la mayor rapidez con que se pueda mover, corre hasta el cuarto y ve a su amiga gritando y llorando el piso. 

Dulces SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora