Capitulo 33

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Noa y Miranda quedaron desconcertados al escuchar el nombre que Ana les había dicho, Noa pensó que se podía tratar de solo una coincidencia con el apellido, pero ya que Friechman sabía demasiado del instituto, lo hizo pensar nuevamente.

-¿Que pasa chicos? - Dijo Ana, claramente sorprendida.

-¿Friechman?. - Se preguntó así misma Miranda. - No sé si hablamos de la misma persona.

Pensó por un momento mientras Noa hacía lo mismo, si era su profesor el que estuvo detrás de todo esto. Si el fue quien condujo a Jackie a propósito, en un momento Friechman habló en clases sobre la CES pero jamás pasó por su mente que el fuera el director de dicho instituto.

Hubo mucho silencio mientras todos trataban de entender que estaba sucediendo ¿Qué está pasando?.

-Puede por favor describir como era. - Dijo Miranda.

Ana empezó a describir a Friechman tal y como ellos lo conocen, no había dudas ni más preguntas por hacer, estaba claro de quien se trataba.

Miranda tomó sus cosas y junto con Noa salieron de casa de los Stalyn azotando la puerta. Salieron apurando el paso hasta alejarse lo suficiente.
Miranda estaba enfurecida.

-¡Oye que fue eso, no habíamos terminado de hablar!.

-Ella no nos ayudará Noa, tu sabes cómo la trata, no la quiere. Ya casi parece olvida que es su hija.

-Si, lo sé. - Respondió Noa con frustración.

Por supuesto que lo sabía.
Cuando había problemas y Miranda no estaba ahí para consolar a Jackie, ella iba con Noa. Empezó a sentirse culpable por las veces que se alegro de que hubiera problemas.

-Debemos irnos, antes de que oscurezca. Debemos ir por Jackie, nosotros mismos la sacaremos de ahí.

-Vámonos rápido.

Subieron al primer taxi que llamaron y le indicaron que irían a las afueras de la ciudad, pocas personas salen, no es muy usual. Pero últimamente se veía a muchas personas que llegaban y se iban.

Miranda tenía la cabeza apoyada en la ventana, pensando en que cosas podían haberle hecho a Jackie, estaba destruida cuando la vieron, no podía ni pensar bien, esa imagen fue chocante, cerró los ojos con fuerza y soltó solo una lagrima, la más ácida.

-Tranquila, sabes que iremos por ella y todo estará bien - Le susurró Noa.

-Tengo un poco de miedo.

-Yo igual ja ja ja.

No pudo evitar reír nerviosamente, tenía más miedo de lo que aparentaba

Ambos guardaron silencio y apoyaron sus cabezas en la ventana, respectivamente.
Noa estaba a punto de ir a rescatar a Jackie y no sabía contra quién. Eso lo aterraba.
Casi no sabía nada de lo que le pasaba a Jackie, sus sueños, lo que veía y el por qué se internó, pero trató de no pensar en eso y no dejar que el miedo lo consuma, eso ya no era lo más importante pensó.

Cerró los ojos por un momento y todo se silenció, en su mente todo empezó a dar vueltas, empezó a dolerle, tenía los ojos cerrados y pensó
¿Y si esto es un mal sueño?

Miranda por su lado pensó diferente, ella sabía pero nunca hizo nada, se sentía muy triste y responsable de lo sucedía, se dijo tantas veces que era mejor que se interne con ella y no la deje sola. Pero al igual que Noa, no podía creer lo que estaba pasando y también pensó que esto solo era una pesadilla. 

El camino hasta la CES parecía una eternidad, al fin cuando solo faltaban metros para llegar a visualizar el instituto, el día se fue apagando, hasta que finalmente llegaron a la oscuridad a la que estaba sometido el instituto, Miranda y Noa no se habían dado cuenta de eso hasta que el taxi freno bruscamente haciendo que estos salieran del trance de sus pensamientos.

-¿Oiga que sucede? - Le recriminó Miranda - Le recuerdo que está llevando personas, no anima... - Y ya no pudo decir nada más.

Desde el parabrisas del vehículo ambos pudieron ver que nada parecía normal, se podía apreciar la única carretera que daba al instituto, cubierta de la niebla y los relámpagos no dejaban de sonar. Todos incluyendo al taxista sintieron un frio que recorría sus piernas y se extendía a todo su cuerpo, era el miedo que casi los dejaba inmóvil viendo la CES que más que un centro parecía un castillo de terror. El taxista aun en shock retrocedió el vehículo lo mas rápido que pudo, ni le importo que los pasajeros aun se encontraban ahí.

-¡Nos bajamos aquí! -Dijo Noa-.

El taxista volteo a mirarlos, con el rostro asustado pero más aun sorprendido. No lo pensó dos veces  y abrió sus puertas, al segundo que bajaron, el auto salió disparado.                                              Se quedaron un momento viendo como el taxi se alejaba, después contemplaron la CES con el miedo aun recorriendo todos sus sentidos.

-¿Que hacemos ahora? - Preguntó Noa.

-Ambos sabemos lo que tenemos que hacer. -Miranda suspiró, le dirigió una mirada  tratando de ocultar sus miedos para no inquietarlo, tratando de parecer valiente a lo que estaban a punto de enfrentar, aunque claramente no tenían idea. 

Caminaron lentamente, sus piernas, aun heladas por el miedo hacían que no puedan dar un pasó, parecía una pesadilla en la que intentas caminar y sientes las piernas pesadas, como si las detuviera, aun así siguieron. La niebla los cubría hasta debajo de su rodillas y tenían la horrible sensación de que algo les rozaba los pies cada vez que daban un paso. Pues estaban en lo cierto, la niebla había traído con ellas raíces vivas, Jackie había soñado con ellas antes, cuando estas la atraparon de pies y manos mientras un hombre con pezuñas cortaba los dedos de sus pies con sus afilados dientes. Sin embargo las raíces no atrapaban a Miranda ni a Noa. La caminata hasta la puerta de la CES pareció aun más largo que el viaje en taxi.

-Espera un momento ¿Oyes eso? - Dijo Noa -. 

Ambos se detuvieron, mirando a su alrededor tratando de localizar de donde venia, estaban a solo un par de metros de la puerta cuando se escucho un lamento que venia desde el cielo, ambos pudieron ver la silueta de lo que parecía ser un persona con alas de ángel sobre la luna, que se descendía lentamente hacia ellos. Cada vez pensaban que se estaban volviendo locos, nada parecía de esta realidad. Esta vez corrieron para entrar y estar a salvo de lo que se acercaba, intentaron abrir la puerta pero para su sorpresa la puerta no abría. Corrieron alrededor para hallar una ventana o alguna otra entrada, pero parecía que no la encontrarían. Cuando llegaron a la parte posterior de la CES oyeron una voz que venia desde uno de los ductos de ventilación.

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⏰ Última actualización: Dec 20, 2022 ⏰

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