Capitulo 30

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-Deberiamos regresar. -Dijo Miranda-.

-No, ya la escuchaste. Y tú misma la viste, necesita más ayuda, no está bien. Pero ellos la ayudaran. -Contestó Noa-.

Miranda no queria dejar a su amiga en aquel lugar, sentía que era una tortura, a pesar de que no sabia lo que pasaba ahí dentro. Estaban en el taxi de vuelta a la ciudad.

-¿Y si hablamos con su madre? Tal vez ella puede llamar a ese lugar y sacar a Jackie ¿No lo crees? -Insitió Miranda-.

-De nada servirá, pero está bien. La verdad es que tampoco quiero que Jackie se quede ahí, extraño verla a diario, salir juntos y todo. -Se lamentó al saber que esos días no volverían- ¿Puedo contarte un secreto Miranda?

-Claro que si.

-Estoy enamorado de Jackie. -Noa lo dijo sin miedo, con tanta naturalidad y seguridad, pero miró a un lado para no ver la reacción de Miranda-.

-Mmm ¿Eso es todo? -Respondió-

-¿Como que si es todo? Te acábo de contar mi mayor secreto.

-Eso no es ningún secreto Noa, ya lo sabía y creo que Jackie tambien. -Miranda se rió en su cara-.

-Soy un idiota.

-Si, lo eres.

                                .......

El taxi había llegado a su destino y los dos amigos bajaron, inmediatamente fueron a casa de Jackie a hablar con Ana.  y contarles lo que habian visto. Con la esperanza de que Ana los ayude a sacar a Jackie de ese lugar.

Al llegar a su casa, Ana les abrió la puerta sonriendo.

-¿Como está señora Stalyn? -Dijo Noa-.

-Muchachos, que sorpresa. Estoy bien Noa, mejor que la última vez, gracias por preguntar. -Ana no tenía idea de por que estaban ahí, Miranda solo venía cuando Jackie estaba-.

-Señora Stalyn, hemos ido a visitar a Jackie. -Dijo Miranda-.

Ana se sorprendió pero no dijo nada.

-¿Podemos entrar? -Preguntó Noa-.

-Claro, pasen. En un rato los alcanzo.

Ana fue a la cocina por un vaso de agua, le parecia raro que vengan y le quieran hablar de Jackie, hace poco tuvo una visita de Friechman tambien hablandole de Jackie.

Ana se acercó a su sala y se sentó, ahí los esperaba Miranda y Noa con ansias de contarle lo que vieron en la CES.

-Y diganme Chicos ¿Cuándo fue que vieron a Jackie? -Preguntó Ana-.

-Hace solo unas horas, acabámos de llegar de afuera de la ciudad. -Respondió Noa-.

-¿Y vieron algo interesante ahí?

-El lugar donde está Jackie es muy extraño, la gente también. No es un sitio agradable para estar. -Siguió respondiendo Noa-.

Miranda estaba impaciente, movía los pies inquietamente, no tenía idea de por que Noa no le decia lo de Jackie.

-¿Miranda estás bien? -Ana se daba cuenta de que algo pasaba-.

-No -Dijo- No lo estoy, la visita a ese lugar me ha puesto muy incómoda. Pero no hemos venido a hablar de mi, sino de Jackie.

-¿Que pása con ella? -Ana preguntó asustada-.

Hubo un momento de completo silencio, se podian escuchar las respiraciones de los presentes.

-Cuándo vimos a Jackie, fue como ver a otra persona, estaba irreconocible. No era ella físicamente, como si no hubiera dormido, comido algo en días y estaba más delgada de lo que recuerdo. -Noa habló mirando sus manos, cerrando los ojos para visualizar a Jackie-.

-Es la verdad, yo soy su mejor amiga y la conozco de años. Incluso su forma de hablar es diferente, como si estuviera asustada, miraba a su alrededor como si buscara algo. Ignoraba nuestras preguntas, como si no nos escuchara. -Dijo Miranda sollozando-.

Ambos amigos se quedaron callados, esperando a que Ana les diga algo. Pero ella ni reaccionó, solo los escuchó como oyendo una gran mentira.

-Eso es imposible -Dijo Ana- No puedo creerles.

-¿Por qué? -Se soprendió Miranda- No es mentira lo que le estamos contando-.

Mientras Miranda y Noa trataban de convencer a Ana, ella sacaba de un pequeño cajón los papeles que Friechman le habia dado unos días atrás.
Lo puso en la pequeña mesa que estaba ahí.

-Hace unos días tuve una visita de alguien que trabaja en ese lugar donde está Jackie, me entregó esos resultados de todos los examenes que le estuvieron haciendo. -Dijo Ana-.

Se miraron confundidos, Noa agarró los papeles, no entendía muy bien esas pruebas. Pero lo poco que captó le hacia entender que Jackie estaba progresando y que se encontraba mejor.

-La persona que vino me dijo que no habia problemas con mi hija, todo está bien con ella, la verdad no entendí muy bien esos papeles, pero ese señor parecía de confianza. Dijo que era el Director del instituto, se identificó. -Ana estaba tranquila, segura de que Jackie estaba bien-.

-¿Le dijo su nombre?

                                                                                          .........

Jackie ya no forcejeaba, estaba demasiado débil, los hombres hicieron que se siente a la fuerza, ella no decía nada, se acercó Quentin, el hombre que el primer día la había atendido. Jackie quería que pasara algo entre ellos, pero ya no podía pensar en nada más que salir de ahí, salir con vida del lugar donde pensaba tener tranquilidad al fin. Quentin amarró sus manos y pies a la silla, finalmente colocó un casco en su cabeza. Jackie no entendía el porqué le hacían eso solo a ella, estaba equivocada. La puerta se abrió y otros hombres traían a más pacientes, nuestra protagonista no se había percatado de las demás sillas que se encontraban a su lado, la habitación era enorme, del tamaño del comedor, pero ambientada al igual que su habitación. Las demás personas gritaban, eran pacientes que habían estado ahí mucho más tiempo que Jackie, tenían los ojos rojos, hinchados, eran muy delgados, casi muertos. Y las mujeres estaban peor, algunas ya casi no tenian cabello.

Cuando el líquido que habian inyectado a Jackie finalmente hizo efecto, esta quedó inconsciente sometida a un sueño.

Se encontraba en su casa pero no era exactamente eso, un castillo antiguo y oscuro era lo que ella veia y en la sala principal un hombre con un cetro y en la punta de eso una mano, el hombre la miró a los ojos y le dijo que estaba a punto de presenciar un ritual. Jackie solo miraba ya que no entendia lo que pasaba, el hombre dio unos pasos hasta llegar a lo que era arena en el suelo, con la mano que estaba en el cetro, empezó a rastrillar hasta formar una figura, se arrodilló en el centro e inmediatamente después un espectro apareció a sus espaldas, era pequeño y corpulento, vestido con retazos de telas viejas y el rostro como de una cabra. Tomó al hombre de los hombros y este empezó a gritar, sus brazos se estiraron y se agitaban con el viento. El espectro se llevó al hombre hacia debajo del castillo. Jackie solo podia observar, cuando creía que su sueño o más bien pesadilla terminaba ahí, otra forma emergió de la tierra.
Era la bestia que trataba de salir desde el suelo, Jackie miraba aterrorizada, sus piernas no le respondian, queria correr, alejarse lo más que pueda de el pero no podia. La bestia se acercó gruñiendo lentamente pero antes de que puediese hacer algo, Jackie cerró los ojos y se transportó a otro lugar.
Aún soñando estaba en un bosque, no habia nada más que plantas y árboles muertos, la luna brillaba tanto que se podia apreciar muy bien todo, a lo lejos Jackie vio que algo se acercaba, esta vez muy rápido. La bestia estaba ahí y Jackie ya no pudo hacer nada, solo se puso de rodillas esperando esta vez que terminen con ella, la bestia la tomó del brazo pero no atacó, se acercó a su oreja diciendole: Es tiempo de despertar.

Dulces SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora