Capítulo 27

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-¿Y si nos vamos? -la propuesta de Dylan me saca de mis pensamientos.

Seguimos en las gradas, él sostiene mi cintura y yo tengo mis brazos sobre su cuello.

-No, dijiste que volveríamos a la siguiente clase -mi voz es firme.

-Sinceramente, no tengo ganas de volver -suspira.

-Entonces no lo hagas. Yo debo asistir.

Dylan sostiene mi mentón con su mano y me da un sonoro beso en los labios.

-Quiero irme contigo, sino, no tendría gracia.

Me sonrojo pero niego con la cabeza. No puedo hacerlo, ya perdí esta clase. Vamos a tener todo el tiempo del mundo cuando finalice mi castigo.

Le explico este tema y finalmente asiente, me da la razón.

-Tengo que volver a clases, ¿Tú vas? -pregunto, obteniendo su atención.

-Sí, perdí muchas.

Asiento y me levanto a la par de él. Toma mis mejillas con sus manos y deposita un beso, es lento y suave. Llevo mis manos a su nuca y profundizo el beso.

-Tenemos que irnos -advierto.

-Está bien, pero antes...

Y sin más, me besa nuevamente.

Camino rápidamente hasta el aula correspondiente: física.

-¿Por qué no fuiste a cálculo? -habla Lindsay mientras se sienta al lado mío.

-Estuve con Dylan -digo, a la vez que ella sonríe.

-¿Y qué hacían? -me guiña un ojo.

-Sólo estuvimos en las gradas, abrazados -me sonrojo y ni yo misma sé por qué.

Ella me da una de sus miradas que se podría interpretar como "No te creo ni un poco".
Lindsay siempre fue mal pensada, es algo natural en ella.

Observo a Ashley, sentada junto a una chica.

-¿Te peleaste con ella? -señalo a Ashley.

Mi amiga niega con la cabeza.

-No. Sólo que es... rara.

-¿Y por eso no le hablas? Dios, ¡qué prejuiciosa eres, Stewart! -bromeo.

-Me parece que se droga.

¿Qué? No puede ser.

-No sé, sus ojos están rojos y tiene actitudes extrañas. No quiero que me arrastre a su mundo -comenta, al ver mi cara de confusión.

-Nunca dejaría que te drogues -determino.

Ella asiente y se acomoda para empezar a copiar lo que el profesor está dictando. Yo la imito, sin dejar de pensar en que Ashley se droga ¿Será cierto?

El tiempo pasa lentamente y le pido al profesor ir al tocador. Necesito salir aunque sea un segundo para refrescarme.

Él asiente de mala gana y yo salgo rápidamente. Camino rápidamente por el pasillo justo donde están todos los casilleros. Estoy a punto de ingresar al tocador cuando algo, mejor dicho alguien, está insertando algo en mi casillero.

El enojo se apodera de mi sistema: es el que me manda las cartas anónimas, es J.

Trato de recordar su vestimenta para después, encontrarlo. Viste unos viejos jeans azules y una remera negra larga. Su cabello está desordenado, pero todavía no puedo verlo de frente. Trato de asomarme aún mas, pero caigo tropezándome con mis zapatillas, fracasando terriblemente.

Without Love {dylan o'brien}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora