CAPITULO 27: Decir no

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Han transcurrido 3 meses desde que salí de casa de mi madre, no he recibido ninguna llamada suya nisiquiera ha preguntado a mi padre por mi. Nuevamente estoy en la universidad a un paso de terminar la licenciatura, no he pensado lo que haré al concluir ni espero encontrar respuesta en estos momentos.

He estado distante de mis amigas, llego a la universidad estacionando el automóvil en el espacio designado para los vehículos, me conduzco al aula de clases, finjo poner atención al profesor hasta que las clases terminan y regreso a mi casa. Mis amigas se alejan poco a poco debido a lo renuente que he sido, Fabián trata de acercarse a mi pero mis palabras son escasas y enseguida le doy la espalda.

Los días han transcurrido más rápidos que una estrella fugaz en plena lluvia de estrellas, paso desapercibida incluso en casa de mi padre, he aceptado salir un par de veces a comer con su familia solo para no reprimirme demasiado, aunque el nota mi incomodidad pero a pesar de ello sigue apoyándome.

Me encierro en mi habitación y me pierdo entre las páginas de un libro de leyes. Me quedo dormida unas cuantas horas, mi padre entra a mi habitación para anunciar la llegada de Marie, tenìamos que entregar un proyecto en una semana e ibamos un poco atrasadas, ella subiò a mi habitaciòn como de costumbre, ella era la ùnica chica con la que mantenìa mayor comunicaciòn.

La esposa de mi padre llevò galletas y botana para pasar el rato, y por fin ese momento incòmodo que tanto habìa tratado de evitar, Marie estaba deseosa de saber que era lo que habìa ocurrido conmigo, a pesar de mis buenas notas en la universidad ella me notaba en un estado sumamente delicado.

-Quiero saber lo que te sucediò ahora mismo, no me evadas nuevamente Sam- frunciò el ceño.

-No es algo que puedo tomar a la ligera Marie- respondì.

-Sè lo que sucediò, lo puedo ver en tus ojos, y en las marcas que tienes en tus piernas, las he visto en los vestidores y me entristece que no me lo hallas dicho.

-¿Còmo es que lo sabes?..acaso...

-Sì, me sucediò lo mismo y esa era la reacciòn que yo tenìa.

Marie ademàs de ser mi amiga era muy buena para poder sacarle informaciòn a las personas, con el simple hecho de mirarlas a los ojos y hablar con la firmeza con la que ella hablaba, accedì y le contè lo sucedido, la ùnica persona que habìa oìdo absolutamente todo, lo que mi corazòn y mi mente albergaba hasta ese entonces, las dudas, miedos que me aterrorizaban y ese enojo refugiado en mi interior que al parecer dìa a dìa florecìa màs, como las flores en primavera.

Marie no estaba de acuerdo con el trato que le daba  Fabiàn, èl era invisible para mi en las ùltimas semanas, llegaba a clases, me sentaba en mi butaca y solo miraba el reloj hasta que el timbre de salida sonaba, me dirigìa al estacionamiento y me regresaba a casa, en algunas ocaciones salìa con Ashley o bien con unas nuevas amigas de la universidad, las cuales mi padre no miraba con buenos ojos debido a su vestimenta. Chicas de piel clara con larga cabellera negra que cubrìa la mitad de su rostro, pantalòn entubado negro, botas negras, y playeras con estampados de bandas de rock o sìmbolos atractivos. Hombres con vestimenta similar a la de las chicas, inclusive su cabello era un poco màs largo que lo habitual en un hombre.

La mayorìa de ellos vivìan por el mismo barrio que el mio, en las tardes me enfadaba de estar en casa, no estaba ni mi padre ni su esposa en casa, salìa a caminar por las calles y poco a poco fui tomando confianza para hablar con ellos, mi padre solo me trataba de aconsejar de que no anduviera mucho con ellos, pero me parecìa atractiva su forma de vida, parecìa que todo estaba bien con ellos y eso me agradaba. 

Marie tambièn supo de mis nuevas amistades y no las vio del todo bien, creo que saliò un poco enojada de mi casa al tèrmino de nuestra tarea, no la detuve, dejè que se marchara, puesto que yo estaba a punto de ducharme para salir un rato con mis nuevos amigos, me habìan invitado a una tocada que organizarìa uno de ellos, quedaron de pasar por mi 8:30 pm. 

Me dirigì a la ducha mientras el agua helada me refrescaba, no me di el lujo de un baño de 30 minutos o màs, debido a que ya estaba un poco tarde, cogì unas medias transparentes que habìa comprado la tarde del dìa anterior, junto con un vestido negro un tanto corto, dejè mi cabello suelto y un poco de maquillaje de noche. El momento crucial de toda chica: saber que calzado usar, optè por unas zapatillas de tacòn bajo. 

Bajè las escaleras con cuidado, tratando de que si hubiese alguien en casa no se dieran cuenta que iba de salida, imagino la cara mi padre al verme vestida de esa manera. Al parecer nadie estaba, ellos comùnmente salìan a cenar cada viernes pero yo me negaba a acompañarlos. Justo al momento de salir por la puerta delantera, iba llegando el chico que pasarìa por mi: Nelson. Chaqueta negra de cuero, su aroma llegaba a mis fosas nasales y me atrapaban, se veia muy atractivo, subì deprisa y notè como su mirada no desaparecìa de mis piernas, me gustò saber que le provocaba aquèl sentimiento o atracciòn. 

Paso firme y la mirada penetrando los ojos de aquél chico, las horas pasaban más rápido de lo que imaginé, el aire en aquél lugar se fusionaba con el humo del tabaco y la marihuana, decenas de personas reían a carcajadas mientras bailaban al ritmo de la banda de rock presente. Nelson se dirigió a la mesa central para traer bebidas para  nosotros, nos encontramos con los demás chicos y entre risas, burlas y demás se hicieron las 11 de la noche. Me sentía un poco mareada debido al humo que se iba metiendo a mis pulmones, en ocasiones sentía como mi garganta se empezaba a cerrar sin embargo me mostraba natural en aquella reunión.

La cabeza comenzaba a dolerme, como si un objeto punzante estuviera danzando dentro de ella, no me di cuenta de lo que sucedió después, comencé a ver a mi alrededor una neblina, mis pies daban pasos pero no sentía que tocaran el suelo, mis ojos se cerraron y no supe más de aquella noche, desperté ahí, en la habitación de Nelson.






Caminando junto a tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora