Eran las 3:00 de la madrugada, no podía dormir, la cabeza me dolía y un dolor en el pecho me asfixiaba. Papá dormía profundamente, los últimos días había tenido una carga de trabajo mucho mayor a meses atrás es por eso que planeó darse una semana de vacaciones, Regina y sus hijos lo acompañarían, me encontraba deprimida como para salir pero también necesitaba despejarme de todo.
Mis amigas de la universidad sabían lo que habíaa sucedido con respecto a Ashley y no mencionaron nada al respecto para tratar de no causar momentos incómodos.
Miré el techo de mi habitación unos minutos, horas, no se cuánto realmente, solo tenía mi mirada sumergida en un punto específico, daba una tras otra vuelta sobre la cama y conseguía una posición perfecta, seguía sintiendo esa incomodidad e insomio. Cerré los ojos esperando que el sueño llegase a mi, un mensaje de texto llegó a mi celular, era de Joan.
Siento si te despierto pero no puedo dormir, me siento mal.
Estoy despierta, tampoco puedo dormir.
¿Te puedo ver?
¿Ahorita?
Sí.
Pero es de madrugada a mi padre no le parece que salga tan tarde por cuestiones que no sean urgentes o algo parecido.
Escápate, como en las películas romáticas en donde la chica sale por la ventana de su habitación mientras el chico la espera escondido entre los arbustos, escápate conmigo como si nada importara, como si no hubiese un mañana, no puedo bajarte la luna y las estrellas, no puedo ser el principe azul de los cuentos, solo soy un chico común y corriente dispuesto a darte todo de mi.
Jajajaja ¿es enserio? ¿estás bien?
Si quererte tener a mi lado ahorita a las 3:00 am, si pensarte todo el día y tener grabado tu rostro en mi cabeza es estar mal, entonces si lo estoy y entiendo que necesitas tiempo, acomodar las ideas de tu cabeza, sé que no quieres lastimar a nadie, sé que tienes miedo de intentarlo, que crees que esto es pasajero y que quizá tarde o temprano yo me aleje de ti, pero no sabrás eso si no lo intentas, no probarás de la vida si no aceptas lo que ésta te pone en las manos, sé que piensas que esto que te digo es una locura y este tipo de locuras son a lo que yo le llamo amor.
Mi piel se erizó como cada vez que estaba cerca de él, pero con una diferencia: sonreí, como una pequeña niña cuando le acaban de comprar su muñeca favorita. No me sonrojé, una particularidad mia era que en vez de tener ese color rosado en las mejillas mis ojos se cristalizan, como si estuviese a punto de caer en llanto, pero hay un brillo diferente, un brillo que Joan acababa de provocar.
Acepté salir con Joan, llegó en 20 minutos aproximadamente, cuidadosamente salí por la ventana, así tal cual como en las películas. Jamás pensé que fuese tan complicado hacerlo, me tropecé y caí sobre las plantas de Regina, a la mañana siguiente ella se daría cuenta y la respuesta más obvia que podría darle sería que algún bandido había intentado entrar a casa.
Joan traía puesta una playera azul marino, encima de ésta una chamarra de cuero color negra, jeans de corte recto y tennis. Su aroma era hechizante, esa fragancia me agradaba realmente.
Esa jodida sonrisa repetí en mi cabeza una y otra vez, al principio detestaba esa forma burlezca en la que sonreía, poco después me acostumbré a ella y me encantaba ver como se dibujaba sobre su rostro, como sus pumulos se resaltaban y unos holluelos en sus mejillas aparecían. Él me encantaba.
-Te ves realmente bien-me deleitó con su hermosa sonrisa.
-¿Hermosa en pijama?- pregunté.
-En pijama y sin ella-me guiñó el ojo.
-¿Qué tratas de decir?- le di una palmada en la espalda y vacilamos un rato.
-No trato de decir nada, las mujeres siempre suponiendo cosas que no son-río.
-¿Las mujeres? ¿estoy malinterpretando el hecho de que me insinúes que quieres verme desnuda?
-No lo niego Samantha, pero esto es más que querer mirarte desnuda, es mirarte en totalidad, no solo descubrir tu cuerpo, sino todo de ti- se acercó a mi cuerpo y me rodeó con sus brazos, su aroma seguía siendo un gran estimulante para aquella escena.
-Solo bésame- no dije más, era lo que deseaba en ese momento, de esas veces en las que no tienes un porqué, solo lo quieres, solo deseas estar con esa persona y no necesitas mil explicaciones. Recordaba sus besos como lo mejor que había tocado mis labios, sus caricias dulces y la textura de sus manos sobre mi cintura.
Estuvimos un rato conversando, tratando de hablar en voz baja, se dieron las 5:00 am. Subí deprisa hacia mi ventana, Joan se ofreció a servir de apoyo para poder alcanzar la protección del balcón en donde podía sostenerme.
-Sé que miras mi trasero Joan, trata de disimular- dirigí mi mirada hacia él, viendo como sínicamente recorría mi cuerpo con sus ojos.
-Sigue subiendo Sam-sonrió.
Llegué hasta el balcón y nos dimos un hasta pronto. Me dirigí a mi cama son una sonrisa estúpida dibujada en el rostro, un ligero suspiró surgió y llevaba su nombre: Joan.
Por alguna extraña razón Fabián llegaba a mis pensamientos, eramos simples extraños pero con recuerdos, ya no nos saludábamos al llegar a clases, ya nada era igual.
Cuántas veces conoces personas en tu vida que aparentemente llegan para quedarse y por una u otra razón se esfuman, como cuando el agua hierve y todo se evapora hasta el punto donde aquél vapor desaparece. Es extraño la sensanción que provoca la ausencia de la persona que decias amar, con la que querías permanecer, Fabián está mejor sin mi, no puedo darle lo que merece, no puedo ser la Sam que conoció.
Me ha dicho que soy egoìsta y debo reconocer que está en lo cierto, se ha cansado de buscarme y lo comprendo, pero lo extraño, sus palabras, abrazos, todo. Aún conservo el anillo de compromiso, por una extraña razón apareció en mi mochila con una nota que decía: las promesas de amor no se olvidan, no desaparecen, solo cambian de estación. El anillo se lo había devuelto, aquél día que apareció en mi mochila me hizo recordar, y desde entonces no lo he podido olvidar. ¿Quién olvidaría a su primer amor? La persona que te cuidó, te amó, te transformó...yo no, solo cambiamos de estación.
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Caminando junto a tí
Teen Fiction¿Cómo enfrentar un abuso sexual? ¿a quién dirigirse? si lo único que quieres en esos momentos es alejarte de todo el mundo. Samantha es una joven de 21 años, comprometida a matrimonio con Fabián su vida se ve marcada cuando el esposo de su madre abu...