CAPITULO 14: Reencuentro

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La noche cada vez se hacía mas profunda, por la ventana podía admirar la luna grande, brillante y completamente iluminada, muchos recuerdos venían a mi mente, eran historias fabulosas que había leído referente a ella. Ashley quedó dormida mucho más rápido que yo, la miré tan frágil vestía una pijama rosada con un estampado de osos, al parecer a ella le agradaban esos animales. Comúnmente dicen que en los bosques suelen haber osos, pero hasta ese momento yo no había visto alguno.

Ashley trenzó su cabello y uno que otro mechón caía por su rostro, sus ojos se notaban cansados, pude notar que estaba mas delgada de lo normal ya que sus costillas se remarcaban sobre su playera. Alejé la mirada de ella y me dispuse a cerrar mis ojos, estaba demasiado cansada, las horas habían transcurrido tan velózmente que me costaba trabajo poder asimilar lo que había sucedido.

Había tomado ropa interior de Ashley y realmente me avergonzaba, necesitaba ver a mi madre, coger ropa de mi armario y salir de ahí, estaba siendo una cobarde queriendo escapar, pero el terror llegaba a mi mente y mi cuerpo se comienza a erizar, tal cual como cuando Raúl comenzaba a tocarme.

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No conté el tiempo en el que permanecí en silencio, pensando acerca de lo que haría el día de hoy, Ashley y yo iriamos a la ciudad, ella recogería un libro y de paso ella me acompañaría a mi casa, me sentía nerviosa y con un miedo terrible. Joan no había llegado a dormir y me sentía preocupada, pregunté a Ashley quizá ella sabía qué lugares el solía frecuentar, aunque con lo que habíamos hablado ayer me supuse que me contestaría alguna peste sobre él.

-Ashley tu hermano no llegó a dormir, ¿Tienes idea de dónde puede estar?, me siento realmente preocupada, ayer que estaba en casa de Aurora ella me comentó algo que me desconcertó por completo, me dijo que tu hermano estaba enamorado de mí y al momento que le dije a Joan que me iba a casar salió derrepente, al parecer estaba enojado- Mi semblante se caía cada vez más y más, necesitaba ver a Joan, necesitaba su abrazo, ese que tanto me gustaba y calmaba todo dolor.

-¿Enamorado?, ¿Joan?, eso no puede ser Sam mi hermano no es de los que se enamoran, Aurora seguramente está confundiendo que él se preocupa por tí, no te preocupes ese vago acostumbra no llegar a dormir aquí- Me miró sorprendida, ella conocía mas a su hermano, probablemente Aurora estaba equivocada.

-Tienes razón, tengo una duda ¿Joan trabaja?, ¿Por qué viven ustedes solos?, ¿Y sus padres?- Sé que eran demasiadas preguntas, pero realmente me interesaba saber mas sobre ellos.

-Hablas mucho Sam, te lo contaré en el camino, toma algo de ropa y enlístate para irnos a la ciudad, no está muy lejos, hay un camión que pasa por la parada que está a un lado de la carretera, es aquí derecho- Me señalo con su mano hacia el frente, solo teníamos que caminar derecho y saldríamos directo a la carretera.

Tomé unos jeans blancos y una camiseta rosada que había en el ropero de Ashley, su estilo era idéntico al mio, algo sencillo, natural y cómodo, en cambio ella se puso un vestido amarillo que combinaba perfectamente con el color de su cabello. Acomodé mi cabello de una coleta y ella soltó su cabello, era risado, de perfectas ondas y al parecer muy bien cuidado.

Casi en cuanto nos ibamos a marchar llegó Joan, tal cual como lo había dicho Ashley, estaba sucio, se notaba muy cansado sus ojos estaban hinchados y su mirada vagamente perdida. De algo estaba segura, había tomado toda la noche lo deduje por su aspecto y la forma en la que le contestaba a Ashley, evadía todas sus preguntas.

-Como siempre llegas borracho, ya no me sorprendo de tí- Ashley puso su mano derecha sobre su cintura, y claramente se veía molesta.

-Ahorita no me vengas con tus reproches pareces mi mujer, voy a dormir con permiso- Pasó por un lado de nosotras, volteó a verme unos instantes para luego pasarse de largo.

-¿No piensas irte a trabajar?, Recuerda que hoy deben entregar los muebles que les encargaron- Ashley comenzaba a enfurecerse y tuve que intervenir para evitar que las cosas se pusieran mas pesadas.

-Será mejor que nos vayamos, en las condiciones en las que está no hará caso de nada, mejor cuando volvamos hablas con él- La tomé del brazo y nos dirigimos a la puerta, Joan no apartaba su mirada de mí, me entristecía verlo así, pero al parecer Aurora no estaba en lo cierto, Joan no estaba enamorado así lo había dicho Ashley. Lo que mas me provocaba incertidumbre era por qué hablada así de su hermano, qué era lo que le sucedió para que el no se enamorara.

No tardamos ni 10 minutos en llegar a la parada del camión, tal cual como lo dijo Ashley habíamos caminado derecho hasta llegar a la carretera, por suerte no tardó mucho en pasar, ella pagó mi pasaje ya que yo no tenía ni teléfono celular ni cartera, todo lo había dejado en casa. El camión hizo unas cuantas paradas más para recoger a más personas hasta que llegamos a nuestro destino.

Conforme ibamos llegando al centro de la ciudad pude notar en dónde había estado, Cerro El Mirador, ubicado a las afueras de la ciudad, en donde vivía Ashley no había muchas casas pero a espaldas del cerro era dónde la ciudad estaba mas poblada. No estaba tan perdida como creía.

Llegamos a nuestro destino, el camión estaba completamente lleno que nos fue complicado bajar de el, sin duda alguna era muy diferente el clima que había en la ciudad, la librería no estaba muy retirada. Tenía miedo de encontrar alguna foto mía pegada en algún poste de energía eléctrica, o en las mismas tiendas de abarrotes, pero al parecer mi madre se había tranquilizado con la carta que le mandé con Joan.

-Aquí es Sam, espérame un momento solo voy a recoger el libro no tardaremos mucho- Ashley sonrió y entramos a la librería, era muy grande, tenía mucho surtido de libros, infantiles, ciencia ficción, poesía, de autores famosos y de otros no tan conocidos, era realmente un paraíso para ella, la notaba contenta como si el libro que iba a recoger lo hubiera estado esperando durante semanas.

Al momento que el encargado de la librería le entregó el libro Ashley me tomó del brazo para dirigirnos a la salida, estaba en silencio y al mismo instante parecía tan entusiasmada, su semblante estaba mas alegre que en otras ocasiones mas sin embargo parecía que trataba de calmar su emoción.

-¿Te parece si vamos por un helado?- Creí que lo primero que me diría sería algo sobre su libro, pero evadió totalmente ese tema, era un libro grueso, de pasta gruesa color verde con azul, no alcanzaba a leer su nombre, pero tenía una portada de un paisaje muy hermoso, en ese momento pensé que quizá era de poesía o algo sobre paz interior.

-¡Seguro!, solo que no traigo nada de dinero y me da verguenza hacerte gastar, suficiente han hecho tu y tu hermano por mí- Hice una leve mueca tratando de convencerla de no gastar, pero al parecer no funcionó, ella insistió.

-¡De ninguna manera!, lo hago con gusto, ¡Vamos!- Me jaló de la muñeca y nos dirigimos hacia una nevería.

El sabor favorito de Ashley era el arándano, una fruta que a mi en particular no me agradaba en absoluto pero ella parecía disfrutarlo, yo elegí una de galleta, era la que siempre compraba cuando acompañaba a mi mamá de compras y casualmente siempre llegabamos a esa misma nevería, sentí nervios pensando en poder encontrarme a mi madre, Ashley notaba mis miradas que se dispersaban entre la multitud, mi mas grande miedo era encontrarme a Raúl.

Ashley pagó las nieves y caminamos hacia un pequeño jardín que nos quedaba a unos cuantos pasos, cruzamos la calle y pude ver a lo lejos lo que mas temía, era Raúl vestía pantalones vaqueros y una camisa de cuadros, no iba con mi madre pero iba muy deprisa, mi corazón comenzó a latir tanto que apresuré mi paso.

-¿Te sucede algo Sam?- Me miró fijamente Ashley mientras nos sentábamos en una de las bancas del parque.

-Ese hombre que va allá- Lo señalé con mi mano izquierda- es el esposo de mi madre, el que abusó de mí- Me puse tan nerviosa que la nieve se me tiró al suelo.

-¿Estas segura?.

-Totalmente Ashley-Mis manos comenzaron a humedecerse de nervios y cada vez el miedo se hacia mas notorio.

-Entonces es el momento indicado de ir a tu casa, ahora que él no está ahí, para que puedas hablar con tu madre tranquilamente- Ashley tenía razón, asentí y al mismo tiempo nos pusimos de pie con el fin de ir directamente a mi casa.

Caminando junto a tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora