Caminando junto a tí

CAPITULO 2: La peor noche parte 2

Salí de mi casa sin pensar que sucedería, solo quería alejarme de ese hombre, mi cuerpo me dolia, me sentía una basura. No medí el tiempo ni el camino que recorrí, hasta que me encontré en un lugar solo, alejado de la ciudad, con grandes arbustos y rocas filosas. Me detuve del cansancio, aún no me sentía segura de que Raúl no me fuera a encontrar.

Pensaba en mi madre y en la preocupación que tendría por mi. Pensé en Fabián, la persona con la cual iba a contraer matrimonio en los próximos 2 meses. Pero no quize volver, en ese momento no tenía otra cosa en mi cabeza, mas que huir. Estaba demasiado agotada para caminar, el frío era intenso y la noche poco a poco se penumbraba mas debido a lo nublado del firmamento. Una pequeña gota de lluvia tocó la punta de mi naríz, el cielo lloraba al igual que yo, mas sus lagrimas hacían que las mías se opacaran. Me senté en una roca grande, la menos filosa, y bajé mi rostro, la lluvia era mas intensa y el frío consumidor me abrazaba.

Caí de rodillas en el verde pasto, la debilidad me había vencido, me sentía fresca, y a la vez temblaba, mi pecho no se tranquilizaba, seguía sollozando. La luz de la luna pareciera que me alumbraba solo a mi, sentía su calor y un poco de seguridad. Estaba lejos, muy lejos de todos. De mi mamá, de Fabián, de Raul.

Caí en un profundo sueño, fueron pocos instantes, pero realmente los necesitaba. Una luz molesta, que no era la de la luna alumbró mi rostro, me sentía débil, no podía abrir los ojos claramente, mis brazos no tenían la fuerza para tomar la mano de aquella persona que me extendía la suya, oí voces, pero no sabía exactamente que decían. Pude notar la sombra de un hombre corpulento, de cabello corto y un brazalete en su mano izquierda. No supe más. Sus brazos rodearon mi débil cuerpo y me llevó a su costado. Me sentí refugiada, aunque no estaba segura si era el miedo o el frío lo que me hacía temblar en ese momento.