Sentía como mis pies pesaban, en cada paso que daba al lado de Ashley, la presión era demasiada. ¿Cómo se puede reaccionar cuando vez a tu enemigo a pocos metros de ti misma?, ¿Qué emociones o sentimientos son los que toman lugar en ese momento?, sin duda alguna la rabia era lo que mas sentía en ese momento, esas ganas desenfrenadas de correr hacia él y tirarle un golpe de frente. Al mismo tiempo sentía el deseo de solo salir huyendo. Unas cuantas lágrimas comenzaron a derrarmarse por mis mejillas, no me importaba la gente que estaba alredor.
-Sam tranquila, ese hombre no volverá a poner sus manos sobre ti, ahorita iremos con tu madre y hablaras con ella, ¿De aecuerdo?- Asentí y me encogí de hombros mientras nos dirigíamos a tomar un camión que nos llevara rumbo a mi casa.
Habia olvidado lo bonita que era la ciudad por las mañanas, aún con el tráfico que había a esas horas, no dejaba de verse hermosa. Cuando era pequeña solía pasear con mi padre todas las tardes, íbamos a bellos jardínes, tiendas departamentales, al supermercado o a cualquier lugar con el simple hecho de salir de casa, mi padre siempre buscaba un pretexto para salir, debido a los problemas que enfrentaba con mi madre.
Mi hermano y yo veíamos todas sus discusiones, eras típicas peleas en donde cada quien se aferra a tener la razón y empiezan a tomar sus cosas y a decidir quien se quedará con los hijos. Mamá terminó ganando esas interminables peleas, a decir verdad no supe verdaderamente la razón de tanta discusión, a veces era por la economía en otras ocasiones era por el simple hecho de elegir quien iba a llevarnos y recogernos a mi hermano y a mí del colegio.
Comenzaba a creer que era mas factible que se separaran, no pasó ni un año cuando mi padre ya tenía otra pareja, una mujer joven que aparentaba 10 años menos que él, quizá esa fue la causa de su separación. Una mujer.
La nostalgia volvía a mi, me sentía fuerte cuando estaba Joan cerca, sentía que el podía calmar mis miedos y defenderme de mis pesadillas. Fabián no se cruzaba por mi mente, era como si su imagen se comenzara a borrar. Él y yo teníamos una relación de casi 3 años, fue mi primer novio, mi madre siempre me decia que hasta que tuviera la mayoria de edad me iba a permitir comenzar una relación con un chico. Era estricta en ese aspecto.
Fabián había estado cortejandome durante 2 años hasta que al fin mi madre nos dio el permiso y todo se hizo oficial, él era de buena familia, bien posicionada, su padre era un reconocido arquitecto del país, tenía su propia empresa y su madre era la contadora de esa misma. Al parecer todo iba bien, aunque mi padre no estuviera conmigo estaba enterado de mi relación y claramente la aprobaba.
A los 18 años había formalizado una relación y todo iba hacia un matrimonio, sus padres me agradaban mucho e igual yo a ellos, me tenían como una joven estudiosa, honrada y con muy buena educación. Fabián y yo estudiábamos en el mismo colegio, ya solo nos faltaban unos meses para terminar la licenciatura en Derecho, su padre nos había ofrecido trabajo en su empresa para llevar acabo todo asunto legal y contratos que se tuvieran que hacer con otra empresa.
Mi matrimonio ya estaba anunciado en su familia y la mia, apenas se iban a organizar los preparativos, su madre y su hermana estaban muy emocionadas, ya habíamos ido a unas cuantas tiendas a preguntar sobre vestidos de novia, yo quería algo sencillo, pero su madre quería que nuestra boda fuera de las mejores vistas en la ciudad. No me sentía realmente emocionada, cualquier novia estaría brincando de alegría si se trata de su boda, pero yo seguía sintiendo que algo faltaba en mi vida.
Fabián era un chico fabuloso, además de lo sofisticado de su familia él seguía siendo una persona sencilla, alegre, trataba de cumplirme hasta mi mas mínimo capricho. Nos gustaba mucho cenar en un restaurante Italiano que estaba cerca de mi casa, fue ahí donde me pidió matrimonio y en ese momento no dudé en rechazar su propuesta. Era el hombre que cualquier mujer quisiera tener, mas sin embargo él no provocaba esas mariposas en mi estómago al momento que me besaba o me tomaba de la mano. Algo que solamente con Joan me había sucedido, quizá era por el mal momento que pasaba o por el misterio de no conocer absolutamente nada de él, nisiquiera su apellido.
Desde el primer día que miré a los ojos a Joan supe que había un gran misterio en él, no era como Ashley lo describía, de eso estaba segura. ¿Por qué bebía de esa manera?, ¿Por qué Ashley dijo que el no se enamoraba de nadie?, entre tantas preguntas que se comenzaron a penetrar en mi cabeza olvidé bajarme en la parada correspondiente. Me paré de un brinco para pedirle mi bajada al conductor.
Ashley no había comentado palabra alguna durante el trayecto, en parte fue buena idea, había olvidado por completo lo que estaba sucediendo con Fabián, seguramente estaba igual de preocupado que mi madre, habían pasado 3 días desde que huí de casa sabía que me bombardearían con sus preguntas, y realmente no sabía como iba a responderles. Aún no tenía el valor de decirle a mi madre lo que Raúl me había hecho, ella no me creería, él parecía un hombre de ensueños, trabajador, de buena reputación, buena familia, con estudios, etc, lo que menos iba a esperar mi madre era que su esposo fuera un violador.
Estábamos a 2 cuadras de mi casa, mi corazón se aceleraba cada vez más, ¿Cómo reaccionaría mi mamá al verme?, sabía que la carta no era suficiente para ella, y no había desistido en buscarme. Mi semblante se veía cada vez más decaído, y con una gran preocupación, Ashley lo notaba y decidió tomar la palabra.
-Sam ya casi llegaremos, yo estaré afuera si gustas, sé que no será fácil pero debes enfrentarlo- Me puso su mano sobre mi hombro para después estrecharme en sus brazos.
Ashley emitía esa paz al igual que su hermano, sin embargo su cuerpo era muy diferente al de Joan, estaba sumamente delgada y pálida, en cambio él era alto, corpulento de muy buen ver. Ojos, cabello, personalidad, eran totalmente diferentes, dudaba si en realidad fueran hermanos. Ashley aún no me comentaba nada acerca de las preguntas que le había hecho cuando salimos de su casa, pero no era el momento de hablar de ello.
Llegamos finalmente a mi casa, mi madre estaba dentro, su automóvil estaba estacionado en la cochera, respiré profundamente y me dirigí a la puerta. Apenas había dado unos cuanto pasos cuando depronto pude distinguir la silueta de Fabián acercándose a mí, vestía una playera azul marino sencilla y unos pantalones de corte recto obscuros venía corriendo a gran velocidad, su cabello estaba desarreglado, y por su aspecto pude notar que estaba exhausto.
-¡Samantha! ¿Dónde estabas mi amor?- Se tiró a mis brazos y buscó mis labios para besarlos una y otra vez, me sentí incómoda, pero no quería reaccionar de mala gana con él.
-Estaré en el jardín que está junto a la parada Sam- Ashley me tiró una leve sonrisa y se retiró dejándome a solas con Fabián.
-Te lo explicaré pero tranquilízate Fabián- Lo tomé de la mano y le di un beso en la mejilla.
-¿Cómo esperas que me tranquilize?, no he sabido nada de tí desde hace 3 días, cuando tu mamá me llamó para preguntarme si estabas conmigo me asusté tanto, que temí perderte, te amo tanto Sam que si te hubiera pasado algo no sé que hubiera sido de mí- Me volvió a abrazar con mas fuerza y a besarme una y otra vez, necesitaba de él, siempre tenía los mejores consejos para mí, sabía exáctamente como hacerme sentir mejor, pero ésta vez no quería contarle lo que me sucedía. ¿Qué iba a pensar acerca de mi?, ¿Cómo reaccionaría ante la verdad?, su futura esposa ya no era virgen, un imbécil había abusado de ella.
Hola..aquí en multimedia les dejo la imagen de Fabián :3 gracias a todos por leer mi historia
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Caminando junto a tí
Teen Fiction¿Cómo enfrentar un abuso sexual? ¿a quién dirigirse? si lo único que quieres en esos momentos es alejarte de todo el mundo. Samantha es una joven de 21 años, comprometida a matrimonio con Fabián su vida se ve marcada cuando el esposo de su madre abu...