Capítulo 9
Salí corriendo y entré a mi casa. Jessica y Valeria ya habían entrado y estaban en su cuarto. Cerré la puerta y me quedé apoyada ahí, respirando agitadamente. Me estaba costando trabajo tranquilizarme, sentía como mis manos temblaban todavía y mi corazón seguía corriendo una maratón.
Había estado solo a unos centímetros de su rostro, sólo unos segundos más y nos besábamos. Este era probablemente el encuentro más cercano que había tenido con un chico en toda mi vida, y jamás imaginé que se sentiría así. Me gustaba.
—Cande, ¿qué pasó? —me preguntó mi madre interrumpiendo mis pensamientos.
—Nada mamá —respondí caminando hacia la cocina.
—¿Estás segura? —me preguntó frunciendo el ceño.
—Sí mamá, despreocúpate.
Entré a la cocina y me serví un vaso de agua para tranquilizarme un poco. Podría jurar que estaba colorada aún. Me quedé ahí por unos segundos y salí en dirección a mi cuarto.
Dejé mi bolso sobre mi cama y empecé a buscar mi celular. De seguro tenía mensajes de Maggie interrogándome cómo me había ido. Saqué probablemente todo lo que tenía ahí y no lo encontré. Me fije en mi bolsillo trasero del pantalón y tampoco estaba. ¿Dónde lo había dejado?
Salí de mi cuarto y fui a buscar a Jessica y Valeria, de repente ellas lo tenían, aunque lo dudaba mucho porque no recuerdo habérselos dado.
—Chicas, ¿alguna de ustedes tiene mi teléfono? —pregunté entrando a la habitación.
Antes de que pudieran responderme sonó el timbre de la casa y escuché que mi mamá iba a abrir la puerta. ¿Quién podrá ser a esta hora de la noche? Seguro un vecino o algo así.
—Cande, te buscan —gritó mi mamá desde el primer piso.
—¿A mí? —pregunté con la voz baja, como si ella estuviera parada a mi costado. Mire a Jessica y Valeria que me miraban casi igual de confundidas y me di la vuelta para bajar a la sala. Ellas salieron corriendo detrás de mí.
Apenas llegué a las escaleras vi a mi mamá y a mi tía murmurando algo y sonriendo. No sabía lo que estaba pasando así que me acerqué a ellas primero para preguntarles quién había venido. Si darme oportunidad a decir una palabra mi mamá me señaló la sala.
Mi cabeza giró por inercia hacia donde ella me estaba señalando. Lo único que se podía ver era una figura masculina parada en el medio. Miré a mi mamá de nuevo y ella asintió con la cabeza como para que yo le dé el alcance a esa persona.
No había ni caminado 5 pasos cuando habló.
—¡Cande, por fin!
—¿Louis? —pregunté confundida—. ¿Qué haces acá?
—Vaya forma de tratar a una visita —me dijo fingiendo un tono serio—. Olvidaste tu celular en mi carro.
—¡Mi celular! —grité corriendo hacia donde él estaba—. Gracias.
—De nada —me dijo sonriendo—. Al menos así podía verte una vez más.
Al escuchar esas palabras no pude evitar sonrojarme. Louis me ponía muy nerviosa y casi nunca sabía cómo reaccionar a sus comentarios.
—Bueno me tengo que ir —dijo Louis—. Ya es tarde y de seguro estoy incomodando.
—Para nada —intervino mi mamá en la conversación—. No estás incomodando hijo, eres bienvenido todas las veces que quieras.
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La chica de las gafas - Louis Tomlinson Fan Fiction
FanfictionCandela es una chica tranquila de 19 años con muy poca vida social. Pasaba la mayor parte del tiempo leyendo y dedicada a los estudios en una conocida universidad de Londres. Vivía una vida monótona hasta que un día conoció a alguien que le cambió l...