Capítulo 31

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Louis´ POV 

Se suponía que eran solo minutos pero para mi fueron como largas horas. Estuve atrapado en el tráfico de la ciudad cerca de 30 minutos. Jamás me había pasado algo parecido, Londres no tiene tanto trafico y cuando lo considerabamos como tráfico a lo mucho podías estar atorado por 5 minutos. Ya de por sí eso es bastante. 

No quería ver mi celular, sabía que iba a encontrar llamadas y mensajes de Paul, pero no podía evitarlo para siempre. Tal y como me los esperaba tenía 30 llamadas perdidas, 20 de Paul y las 10 restantes de Harry. También tenía mensajes de texto de Niall y Liam pero no quise leerlos. En vez de eso y para pasar el tiempo que tenía sentado en el taxi decidí entrar a Twitter. 

Si ya de por si los chicos estaban desesperados por encontrarme y saber dónde estaba, las fans estaban totalmente alteradas. Habían creado un hashtag que decía #WhereIsLouis y todas daban especulaciones una más loca que la otra. Algunos decían que había abandono el grupo, otros que había tenido un accidente y unos más extraños todavía decían que estaba hospitalizado por sobredosis de drogas. 

Mientras más leía lo que ponían me procupaba más así que decidi dar señales de vida pero solo para parar todos los rumores que se habían desatado por mi repentina desaparición. Era increible como las fans están tan pendientes de todo lo que hacemos, solo había pasado 1 día y medio y ya se había desatado el caos. 

@Louis_Tomlinson: No he salido del grupo, tampoco estoy hospitalizado y menos he tenido un accidente. No crean nada de lo que leen. 

Solo a unos segundos de haber publicado mis menciones se volvieron locas, como siempre y a los pocos minutos ya se había vuelto tendendia "Louis is online". Mi teléfono volvió a sonar pero esta vez no eran las menciones sino una llamada. Volví a ignorarla sin nisiquiera ver quién estaba llamando, todavía no estaba listo para contestar. 

Aún  atrapado en el tráfico pero ya cerca de la clínica comencé a observar la ciudad. El cielo estaba siempre nublado, en eso me recordaba a Londres pero el clima era extraño. Lo que más me llamó la atención era el clima, parecía que estaba haciendo frio pero en realidad hacía un poco de calor. 

—Señor, ya hemos llegado —dijo el taxista estacionando el vehículo al costado de una edifcio verde. 

—Muchas gracias —le dije y le di un billete de 20 dólares—. Quédese con el cambio. 

Bajé rápidamente del auto y fui a la puerta principal. Estaba por fin cerca de Candela y la iba a ver después de tiempo. Aunque parezca extraño mi corazón latía cada vez más fuerte. No se si era por la emoción de volver a verla o por miedo a que no esté bien. 

Con todo esto había olvidado preguntar dónde estaba. Lo único que me había dicho Valeria era que estaba en esta clínica pero nada concreto. ¿Y si ya le habían dado de alta? ¿Cómo se supone que la iba a encontrar? No quería que Valeria ni Jessica se enteren todavía que estaba aquí así que no me quedó otra que preguntar en recepción. 

Eso fue lo más dificil de todo. Pregunté a dos personas si sabían dónde estaba Candela pero ninguno me daba razón. Saqué mi celular y marqué el teléfono de Valeria. Al fin y al cabo igual se iba a enterar que estaba en Perú. 

—¿Vale? —pregunté al escuchar que contestaron.

—¡Louis! ¿Dónde estás? Todos te están buscando —me dijo apenas escuchó mi voz. 

—Estoy en Lima, en la clínica. ¿Dónde está Candela? 

—¿Qué? ¿Estás loco? ¿Me estas hablando en serio?

—Nunca he hablado más en serio. Ahora dime dónde está —dije un poco fastidiado. 

—Estamos en la habitación 410, pregunta en emergencia dónde están las habitaciones y ellos te van a guiar. 

—Ok. Estoy subiendo. 

Caminé un poco hasta encontrar el sector de emergencias. Ahí casi ni me hacían caso, no por nada le llaman emergencia. Justo cuando estaba por preguntar dónde quedaban las habitaciones llegó una persona totalmente ensangrentada. Casi ni le veía el rostro, solo los ojos. No se como es que ha podido llegar hasta aquí caminando. 

Era un señor de probablemente 35 años de edad, al verme se apoyó en la pared pero aún así nadie le hizo caso. 

—Hay un herido por favor ayúdenme —grité para que lo atendieran. Verlo en ese estado me ponía muy nervioso. 

Me acerqué a él para ayudarlo a caminar. Sus manos y ropa también estaban manchadas de sangre. ¿Qué le ha podido ocurrir a este señor? Puse uno de sus brazos al rededor de mi cuello lo llevé hasta donde estaba una enfermera. Ella al verlo por fin reaccionó y se lo llevó de inmeadiato en una silla de ruedas. 

—Gracias —le dije a la enfermera y me di la vuelta para irme.

—¡No! Espere —me gritó ella todavía con el señor herido en la silla de ruedas—. Por favor espere un segundo a que regrese. 

No le respondí, solo asentí con la cabeza. En realidad no quería esperarla, yo solo quería encontrar cuales eran las habitaciones para poder ver a Candela. 

Al cabo de un minuto, la enferma regresó. Me preguntó cómo había encontrado al señor y si tenía alguna relación parentezca con él. Cuando por fin termino de interrogarme pude preguntardonde estaban las habitaciones y ella me indicó el camino. 

Cuando por fin llegue, cerca de 20 minutos después de haber llegado, me puse a buscar el número de habitación que me dijo Valeria. El pasillo era frio y me daba escalofríos estar ahí. Cuantás personas habían muerto en estos cuartos, incluso en los mismos pasillos. No se porque esos pensamientos se me venían a la mente justo en esos momentos. 

La habitación 410 estaba al final del pasillo. La emoción y el nerviosismo volvió a aparecer en mi cuerpo. Por fin iba a ver a Cande, así ella esté dormida no importaba. Yo iba a verla. 

Di dos toques a la puerta antes de intentar abrirla. Como no me respondieron giré la manija y abrí de una la puerta. 

La habitación estaba vacía. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Había una cama en el medio, pero estaba perfectamente tendida. Sobre ella estaba una colcha. Las ventanas estaban abiertas y las cortinas que las cubrían se movían por el viento. 

Debe de haber un error. 

Caminé de vuelta a la recepción donde estaban un par de enfermeras conversando. Si definitivamente había un error. 

—Señoritas, disculpen que las interrumpa —dije para captar su atención—. Quisiera saber dónde está el paciente de la habitación 410 y a qué hora volverá. 

—Un momento pot favor —dije una de ellas y se puso a revisar una lista en la pantalla de una computadora. 

—Si, claro —respondí lo más cordialmente que pude. 

—Señor, el paciente de la habitación 410 ya no volvera —me dijo ella despues de unos segundos. 

—¿A qué se refiere que no volverá? ¿Le han dado de alta? 

—No señor. ¿Es usted cercano al paciente?

—Sí, sí lo soy —respondí entrando en desesperación. 

—Lamento informarle que el paciente de la habitación 410 falleció hace 15 minutos. Ya se llevaron sus restos a la morgue. 

Al escuchar esas palabras mi visión se nublo. La electricidad y la emoción que sentía desapareció por completo y en vez de eso un dolor en el pecho comenzó a crecer. No podía ser posible. Mi Candela no podía estar muerta. 

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Hola de nuevo!!! Bueno, aquí está el capítulo prometido. Espero les guste. 

Voten y comenten!!!! 

La chica de las gafas - Louis Tomlinson Fan FictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora