A Hermione le parecía que el corazón se le saldría del pecho, incluso sentía náuseas producto del nerviosismo, porque justo un par de guardias de palacio se habían puesto a charlar delante de una estatua en donde ella estaba escondida. Tuvo que esperar al menos veinte minutos para que esos dos se fueran. ¡Veinte minutos perdidos! Solo rogaba para que nadie entrara en su cuarto y descubriera el embuste. Si se enteraban de que ella no estaba allí, estaría perdida. Sabía que Osiris no escatimaría en castigo físico si se enteraba de que ella había salido de la habitación, más si su intención de fondo era escapar.
No era la primera vez que se hallaba en una situación riesgosa, pero ahora era diferente. No tenía a nadie de los suyos a su lado y cada vez que se acordaba, una angustia enorme la envolvía. Sus hijos y Draco eran la razón de su vida, sus amigos eran su apoyo y ahora ninguno de ellos estaba cerca para apoyarla.
Cuando al fin pudo salir del escondite siguió escabulléndose en forma cautelosa recordando el recorrido realizado anteriormente con Osiris por aquel pasillo de piedra con antorchas en las paredes, el que ahora estaba solitario; solo se escuchaba el débil sonido de sus pasos, pues trataba de hacer el menor ruido posible. Hasta que por fin llegó al arco pintado en color rojo y amarillo en donde quería ver bien de cerca y con detenimiento la pintura que estaba en la cúspide, quizá esa imagen tuviera relación con «Ojos Plata», el hombre del que le había hablado Isis.
No lograba distinguir con exactitud todos los detalles, así que se paró en punta de pie para observarla de cerca. No era como el resto de los jeroglíficos que estaban dibujados en la pared. Esta era una réplica exacta del cuerpo humano, no en base a figuras geométricas o símbolos. Era un rostro caucásico de ojos grises, casi plateados. Sonrió al recordar los ojos de su marido, a los que innumerables veces llamó «Ojos de Ángel». Lo sorprendente era que el parecido de él con esa imagen era inmenso. Al lado de esta pintura, se encontraba otra en la que no había reparado anteriormente por ir presurosa con Osiris. Se trataba de una efigie femenina de cabello rojo y que parecía correr. No entendía los símbolos adosados, sin embargo, era inequívoco que detrás de la mujer estaba el portal que en esos momentos se construía tras esas paredes.
Sin entender de qué se trataba, regresó con su mirada hacia la cúspide del arco para volver a examinar la pintura y esos ojos plateados que tanto la intrigaban pero, ¿de quién se trataba?
—Soy yo.
Escuchó una voz masculina a su espalda que la dejó helada y con los pelos de punta. Se giró rápidamente y se encontró de frente con un hombre de unos cuantos centímetros más alto que ella, vistiendo una túnica blanca con ribetes bordados con hilos dorados en sus mangas y en el faldón, sosteniendo un cetro de oro en forma de serpiente. Era calvo y sus facciones eran idénticas de quien se había acordado tan solo hacía unos instantes atrás. Pero no, eso era imposible...
—¿Draco? ¿Eres tú? —preguntó temerosa sabiendo que eso no podía ser y que la respuesta inconcusamente sería negativa, pero no perdía nada con realizarla.
—Qué extraño nombre es ese de «Draco», pero no. Mi nombre es Jety, Señor del Nilo.
Hermione lo miró inquisitiva y llena de dudas. Si él era el faraón, ¿quién era el que estaba con Osiris? ¿Por qué se presentaba de esa manera? ¿Y por qué Osiris, con todo su poder, no había reparado en que el verdadero Jety no era a quien él creía tener subyugado?
El hombre de los ojos plateados la miró sonriente y luego fijó su mirada en la vestimenta de ella. Algo poco común entre las mujeres que él conocía, pero no podía negar que esa ropa verdaderamente resaltaba los atributos femeninos, deteniendo su mirada en el escote de la blusa. Hermione notó que el hombre miraba algo de más, por lo que automáticamente se llevó la mano al pecho y carraspeó para que este recobrara la compostura y cerrara la boca porque estaba que se le caía la saliva.
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OJOS DE ANGEL IV: SOMBRAS
Random¿Qué relación existe entre la diosa Isis y el mismísimo Salazar Slytherin? Descúbrelo en este Dramione que mezcla la aventura, el amor y la mitología egipcia, mezclado con toques de humor y la ayuda oportuna de Sam y Dean Winchester (los guapos caza...