No se puede tener un desayuno normal en Hogwarts

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A la mañana siguiente, Wendy ya había despertado y vio cómo el sol ya estaba en el firmamento, ella se levantó y se puso el uniforme(claro con algunos cambios), su falda la subió un poco de modo que no esté debajo de la rodilla, sino sobre...¡todo era tan hermoso!

-¿Wendy?-dijo Hermione saliendo del baño en un tono soñoliento

-¡hola Herms!- saludé yo -¿lista para ir a desayunar?-le sonreí.

-¡claro!-dijo ella

Cuando ambas bajamos a la sala común encontramos a Harry y a Ron sentados en los sillones, así que todos juntos fuimos al gran comedor para desayunar, ¡pero o rayos!

-ch-chicos...-pronuncié yo y todos me miraron

-¿qué sucede?-me cuestionaron

-debo...-pronuncié yo...(¡la verdad es que me había olvidado de ponerme el sostén!)- creo que se me olvido algo-sonreí- así que los alcanzaré luego.

-ok-me respondieron y se alejaron de mí.

-soy una estúpida-me dije a mí misma- ¿cómo me puedo olvidar de algo tan importante?- me quejé-buuuuuuuuuu

Bueno, la cosa es que regresé a la habitación y me puse lo que tenía, salí otra vez de la torre de Griffindor y me dirigí al gran comedor; en el camino para mi sorpresa ¡pude ver a Draco Malfoy!, lo vi a distancia claro, pero entonces empecé a caminar y él estaba detrás de mí, así que ¿por qué tomarse la molestia de apresurar el paso?, caminé normal (traté de lento, pues quería ver sus ojos) y luego volteé y ¡paff! ¡Choqué con Draco!, ambos estábamos tendidos en el suelo, no pude evitar mirarlo a la cara y me perdí en esos ojos grises, bueno, la cosa es que me levanté y le tendí la mano para que él también se levantara, él no la aceptó, pues se levantó por sí sólo y me miró con furia.

-¿qué era lo que hacías?- me cuestionó y señaló mi mano.

-Sólo trataba de ser amable tonto- bromeé y sonreí inocentemente

-No necesito la ayuda de una Griffindor como tú- me replicó arrastrando las palabras.

- Yo creo que todos merecen algo de ayuda- le dije en un tono pasivo y él me miró raro- creo que no existe persona alguna que nunca haya necesitado ayuda-le comenté.

-Ningún Griffindor había sido amable conmigo antes-dijo él en susurró por lo debajo creyendo que no lo escucharía...pero eso significaba entonces que no me había equivocado y Draco aún poseía algo de conciencia.

-¡rayos!- me quejé, pues se me había caído un pendiente, este empezó a rebotar y traté de cogerlo, yendo detrás de él mientras Draco me miraba aún más extrañado...bueno la verdad es que la gente siempre suele mirarme raro...me conocen como una loca en el mundo muggle y algunas veces me lo decían en mi cara y cosas por el estilo, así que no pensé en que él pensara diferente; cuando recogí el pendiente me lo coloqué en mi oreja y empecé a tararear de la nada la canción de los pitufos...entonces me dí cuenta de que Draco seguía allí.

-¿Te encuentras bien?-me cuestionó

-Yo...bueno-agaché la mirada y me sonrojé ¡ mi primera semana en Hogwarts y la gente ya empezaba a pensar cosas malas de mí! ¡no había nada que hacer, Draco Malfoy seguro pensaba que yo era rara también!, en el mundo muggle me hubiera importado nada...pero aquí, me daba pena, ya que la gente no me conocía y no quería que pensaran que soy una lunática...autista.

-¿estás bien?-repitió al ver que no daba respuesta.

-yo...- subí la mirada y lo miré a los ojos avergonzada, estaba roja y sentía que mis ojos derramaban lágrimas (ojo, eso era involuntario...¡a quien engaño, quería llorar!-¡ lo lamento tanto!- estallé y comencé a llorar.

Deseo ¡Deseo ir a Hogwarts! ¡Todo por salvarte!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora