3.10.- Allá abajo en el Sena

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...Llévese las cápsulas de cualquier manera, señor Romaña —repetía el doctor Raset, en la puerta de su consultorio—. Así estará más tranquilo. A lo mejor el mismo miedo le cura las hemorroides.

Con las justas logró entregármelas. Y con las justas logré darle un apretón de manos, antes de que Inés empezara a gritar.

—¡Te van a matar! ¡Estoy harta! ¡Hasta cuándo vas a aguantar!

Partió sin despedirse nunca del doctor Raset.

Esto último fue más o menos lo que le pasó conmigo en el aeropuerto de París.

La vida exagerada de Martín Romaña (A. Bryce Echenique)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora