Días después de haber nacido Hiccup, llegaron a Berk un par de aliados fieles a entregar un obsequio bastante peculiar y único para celebrar la llegada del heredero.
-Será un gran rey, lo sé. Tendrá un dragón fuerte e imponente, aún mas que Rompe cráneos- exclamó con alegría Estoico mirando a su hijo dormir en brazos de Valka, su esposa.
-Es solo un bebé- rió la reina -Tal vez sea un rey sin jinete-
-¡Eso ni hablar!-
-Disculpe, su alteza- entró un guardia.
-¿Que ocurre?- dijo algo molesto el hombre pelirrojo.
-Son los reyes Corona, están aquí-
-¡Fantástico! Valka trae al niño- rió Estoico.Llegaron a una gran sala donde se encontraban sus tronos y uno mas en proceso de construcción.
-¡Estoico!- saludó un hombre de cabello y barba castaña.
-¡Creímos que jamás llegarían!- exclamó Valka.
-No es fácil llegar considerando que nosotros no viajamos en dragones- rio la monarca del reino Corona -¿Es él?- preguntó entusiasmada mirando al bebé que Valka llevaba.
-Permitanme presentarles a Hiccup Horrendus Haddock III, heredero al trono de Berk- dijo con emoción y orgullo Estoico.
-Será un gran líder como tú- lo felicito el hombre castaño -Lo que me recuerda...- aplaudió un par de veces y entraron un par se personas llevando algo en una gran canasta considerando su tamaño.
-Lo vieron solo, probablemente su madre murió asesinada por ya saben quiénes-
-Es un...- dijo asombrado Estoico.
-Un furia nocturna- interrumpió Valka entregándole a Hiccup para mirarlo mejor -Es tan pequeño aún... Tenía años sin ver a uno así-
-Es nuestro regalo para el futuro rey de Berk-
-Es perfecto, gracias-Y así, con forme pasaban los años todos esperaban que Hiccup adoptara al furia nocturna, pero había un problema; ambos parecían no llevarse bien. Su relación era algo mas de miedo, el dragón había tenido un temperamento difícil desde el día en que llegó y Hiccup era bueno con cualquier dragón menos él.
Ya con quince años la gente se comenzaba a preguntar si su futuro rey sería uno sin dragón y a Estoico le empezaba a molestar. Su madre era mas comprensiva, y lo distraía con otras actividades que si bien no eran tan importantes como tener un dragón eran necesarias para un rey.
Un día, el dragón salió de la jaula donde lo tenían por seguridad y comenzó a destruir todo a su paso, para empeorar un poco todo Estoico y Valka no estaban cerca. Al principio Hiccup daba instrucciones alejado a la gente para intentar tranquilizarlo, pero su desesperación llegó a su límite al ver a su mejor amiga Astrid siendo atacada por él.
No supo porque o de donde sacó el coraje que no había tenido años antes para acercarse y apartar a la chica del lugar. Una vez que se encontró solo con el furia nocturna el contacto visual entre los dos fue instantáneo, la conexión de la que tanto le hablaba su padre era evidente.
-Tranquilo... No te haré daño... Nadie aquí lo hará- le dijo con voz calmada mientras se acercaba a él ocultando el miedo que le provocaba. El dragón intentó atacarlo, pero al ver que él no retrocedía comenzó a tranquilizar su respiración.
Hiccup se acercó aún más estirando su mano para tocarlo. Fue un encuentro tranquilo que llenó a ambos de paz.
El castaño se tomó su tiempo para observarlo, y conocerlo. Le causó gracia la forma que tenían sus dientes, eran retráctiles y lo hacían ver chimuelo.
-Chimuelo... ¿Te gusta?- sonrió Hiccup y de alguna forma el dragón asintió, o al menos el lo tomó de esa manera.Para cuando sus padres volvieron, Hiccup ya volaba sobre Chimuelo todo el tiempo, eso llenó de orgullo a Estoico. Después de todo, jamás se había sabido de alguien que montara un furia nocturna y que mejor que el primero fuera su hijo.
Nueve años pasaron desde ese día, durante todo ese tiempo Hiccup no solo había perfeccionado su vuelo con Chimuelo, también había entrenado arduamente dejando de tener el cuerpo débil en apariencia que solía tener a los 15 años.
Ahora era todo un hombre, y con sus 24 años dominaba muy bien cualquier tipo de combate agregando objetos de su propia creación. Pero todo esto también conllevaba una gran responsabilidad; tenía prohibido salir de Berk hacia ciertas direcciones y mas si era por la noche, no era muy bueno obedeciendo y muchas veces era reprendido con fuerza por su padre negandole salir por un tiempo. También se esperaba que en algún momento se comprometiera con Astrid, esto era algo que el trataba de evitar tanto como ella debido a que su relación era de amigos casi hermanos.-¡Hiccup!- gritó Estoico por todas partes buscando a su hijo.
-¿Volvió a escaparse?- preguntó un hombre rubio llamado Gobber, el estaba a cargo del cuidado de sus dragones pero también era un gran amigo.
-Eso parece... ¡No puede estar quieto!-
-Es normal, aún es joven...- se burló Gobber.
-No es normal... Sería normal si lo hiciera alguien mas, él es un príncipe y cuando menos se de cuenta...-
-Ya calmate, enviaré a Eret a buscarlo ¿Tranquilo?- Eret era un chico que estaba a nada de ser nombrado general del ejército de Berk, pero también un buen amigo de Hiccup.-Es un lindo dragón- decía Astrid mientras caminaba acompañada por Eret y sus respectivos dragones.
-Cambiará una vez que crezca, no te confíes- contestó el azabeche.
-Así como tú- se burló la chica.
-¿Yo? No sé de que hables-
-Claro que si. Todo esto de ser el que mande en el ejército te esta volviendo loco-
-Hay mas cosas que me vuelven loco- sonrió Eret guiñandole un ojo haciendo que Astrid se ruborizara.
-¡Eret!- gritó Gobber interrumpiendo el momento -El rey necesita que...-
-Que busque a Hiccup... De nuevo- se burló el azabeche.
-Tengan cuidado- rió Astrid.
-Nos veremos mañana- Eret besó su mejilla y después subió de prisa en su dragón perdiendose en el cielo.-¡Volemos mas alto Chimuelo!- gritó Hiccup divertido con su cabeza cubierta por su casco, no había nada mejor para él que esa sensación en la que olvidaba sus responsabilidades.
Hizo que Chimuelo se detuviera al llegar al límite de Berk, miró hacia abajo contemplando un gran bosque -Bajemos un poco... Hay que intentar esto a una distancia mas corta-
Se preparó para dejarse caer del dragón para probar una modificación en su armadura que lo ayudaría a deslizarse en el aire como si también pudiera volar. Se separó de Chimuelo cayendo con éxito en una base de piedra dentro del bosque mientras que su dragón seguía sobrevolando el área.
-¡Si! Esta vez resultó- se dijo a si mismo emocionado regresando su armadura a su forma original.
-¿Qué es eso?- dijo después de escuchar unas risas que se aproximaban por la parte de abajo donde él se encontraba. Decidió ocultarse, no sabía que tan lejos estaba de Berk y si esas risas pertenecían a amigos o enemigos.
Entre las ramas que lo cubrían logró ver a una chica albina sobre un caballo, se ocultó mas al darse cuenta de que ella miraba hacia todas partes buscando algo.
-Demonios- pensó cuando escuchó a Chimuelo volar cerca de ahí. Pero se sorprendió con lo que vio después; la chica acababa crear un bloque de hielo con sus manos. Se quedó en silencio y cuando se quizo atrever a salir escuchó a dos personas mas acercarse.
-Hay que irnos...- se escuchó la voz de alguien mas.
Pronto la chica y las otras dos personas ya se habían marchado y pudo salir de su escondite llamando a Chimuelo.
-¡¿Qué es esto?!- dijo sorprendido viendo el bloque de hielo.
-Me parece que... Estas muy lejos de casa- dijo Eret bajando de su dragón.
-Mi padre volvió a enviarte... Genial- dijo el castaño algo fastidiado.
-¿Qué pasó aquí?- preguntó el azabeche cuando vio el bloque.
-No estoy seguro... ¿Eso es aún Berk?-
-Si, es la frontera con los bosques de Arendelle ¿Porqué?-
-Por nada... Volvamos a casa- Hiccup subió rápido en Chimuelo -Mi padre debe estar ansioso por verme- se burló con ironía★Listo :3 quería tener estos dos capítulos listos antes que nada.
Muchas gracias por leer :* ♡★
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Kings and Queens.
Ngẫu nhiênToda la vida le han enseñado a Elsa que hay lugares a los que jamás debe acercarse y personas con quién no hablar jamás, por ejemplo con quiénes venían de Berk. Después de tantos años creyendo que debía odiar a los dragones y desconfiar de sus jinet...