-¡Hiccup! ¡Hiiiiiiiiiicuuuuup!- gritaba Hiro con cierta desesperación y alegría mientras corría hasta el castaño que peleaba con Eret.
-El bebé quiere volver a pelear- dijo Tadashi sorprendiendolo tirandolo al piso.
-¡No!... Tadashi... Espera- dijo el menor intentando quitarse al azabache de encima.
-¡¿Vieron eso?!- exclamó Eret sorprendido.
-Si parecía una estrella fugaz...- suspiró Tadashi -Y parece que habrán mas- sonrió mirando al cielo.
-¡Callense!- gritó Hiro desesperado
-Hiccup tienes que venir conmigo y ver a Elsa- explicó tirando del brazo del castaño.
-¿Le pasó algo?- preguntó el ojiverde con preocupación.
-No sé, solo tengo 15 años no podía entrar a ver- sonrió el azabache.
-Woow, woooow ¡Espera!- se detuvo de golpe Hiccup -¿Qué fue lo que no pudiste entrar a ver?- preguntó ahora nervioso.Hiro solamente sonrió y miró hacia el cielo alzando las cejas.
-Si es otra de tus bromas dormirás hoy con ese dragón blanco...- dijo Hiccup emocionado comenzando a correr de vuelta al castillo.
-¡¿Qué?!- exclamó Hiro corriendo tras él.-¿Que nombre le pondrás?- preguntó Heather viendo con fascinación al bebé.
-Su nombre es... Ragnar- contestó Elsa con una sonrisa perdiéndose en los ojos de su hijo.-Oh eso es mucha sangre Hiccup, yo no entraré- se escuchó a Hiro decir acercandose a la habitación.
-¡¿Que haces en el ejército entonces?!- regañó Hiccup abriendo la puerta con ansias.El castaño se quedó boquiabierto un par de segundos cuando al abrir las puertas tras casi chocar con medio mundo por los pasillos vio a Elsa con su bebé en brazos. Sin darse cuenta ya tenía una sonrisa en su rostro y se acercaba a ella con pasos seguros y firmes que a la vez ocultaban los nervios que iban en aumento a cada paso que le permitía ver mejor a su hijo.
-Felicidades, impuntual... Fue niño- sonrió Heather caminando hacia Hiro que veía todo desde el marco de la puerta.
Hiccup no respondió y simplemente se sentó junto a Elsa para poder contemplar mejor lo que tanto había estado esperando por mucho tiempo.
-Tomalo tú- dijo Elsa entregándole al pequeño bebé.
-Es tan pequeño... No quiero tirarlo- contestó el castaño nervioso tomándolo con cuidado.
-Sé que no lo harás- sonrió la albina.Lo miró por unos instantes, le resultaba fascinante la manera en que Hiccup sostenía a su hijo y aún mejor como ambos se miraban chocando esos ojos verdes tan únicos y característicos ahora solamente de ellos dos. Mientras lo observaba no pudo evitar pensar en lo que había provocado el nacimiento prematuro del bebé, sin embargo prefería disfrutar de esa nueva felicidad en su vida mientras pudiera. Ya habría tiempo después para hacerlo decir toda la verdad.
-Su nombre es Ragnar- dijo Elsa con ternura.
-¿Ragnar? Es un buen nombre... Será un gran hombre- rió Hiccup.
-Gracias...- susurró el castaño besando la frente de Elsa.-Ammm... Puedo...- habló Hiro nervioso intentando ver a Ragnar.
-Ven, Hiro...- sonrió Elsa.-Oh, es muy lindo... Ojalá no se parezca a su padre cuando sea grande- dijo el azabache menor viendo al bebé con una sonrisa.
A Heather le parecía gracioso el hecho de que fuera el segundo bebé que conocía en tan poco tiempo y de cierta forma la hizo sentir un poco melancólica. Sin embargo no dejaba de sonreír y reír por las observaciones de Hiro sobre el recién nacido en las que resaltaba los defectos de Hiccup como una referencia de lo que Ragnar no debía ser de grande.
-Es hermoso ¿No?- murmuró Tadashi abrazandola por la espalda y mirando a su sobrino a lo lejos.
-Ya no eres el sucesor al trono- se burló Heather.
-Hiccup se ve feliz... ¿Qué será ser feliz de esa manera?- preguntó el chico con una sonrisa.
-Para mi es lo mismo que cuando conocí a Hiro- contestó la azabache y después suspiró.
-¿A Hiro?- rió Tadashi.
-Si ¿Creíste que diría que como el día en que me ayudaste?- se burló nuevamente Heather.
-En realidad, pensaba que...- estaba por decir algo el chico y por su expresión era algo importante para él.
-¡Tadashi! ¿No piensas conocer a mi hijo?- interrumpió Hiccup llamando a su hermano.
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Kings and Queens.
RandomToda la vida le han enseñado a Elsa que hay lugares a los que jamás debe acercarse y personas con quién no hablar jamás, por ejemplo con quiénes venían de Berk. Después de tantos años creyendo que debía odiar a los dragones y desconfiar de sus jinet...