La muerte de un rey.

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En otro lugar alejado de Arendelle y las celebraciones, Jack pasaba su última noche junto a su padre que entre la poca luz que las velas les otorgaban se despidió de su único hijo con una sonrisa.

Norte siempre había estado orgulloso de Jack y jamás había dudado ni un poco en el tipo de rey que él sería, confiaba plenamente en que sus sueños y metas para su reino eran las mismas que las de Jack e incluso mejores. Mejor sucesor no podría dejar. Tal seguridad fue evidente por la rapidez en que se dejo caer en su estado de salud y la paz y tranquilidad en su rostro al pasar al siguiente mundo.

Pero Jack tenía miedo, sentía que aún era demasiado joven para reinar y mas aún en medio de tantos problemas. Desde que había conocido a Hiccup, admiraba como había encontrado el coraje para gobernar un reino aún mas grande que el suyo teniendo tantos enemigos deseandolo la muerte, pero se imaginaba estar demasiado lejos de ser remotamente como él.

Mientras el albino lamentaba la pérdida de su padre en aquella habitación, Rapunzel cuidaba de sus bebés cantandoles como su madre solía hacerlo; mostrando movimientos con su mano que reflejaban sombras en los muros asombrando a los pequeños que en realidad ya no eran del todo bebés.
Jolene y Eiden no necesitaban que su madre los ayudara a conciliar el sueño, ya estaban lo suficientemente cansados para dormir por si solos, pero la angustia de la rubia imaginando lo peor que acababa de ocurrir la mataba por dentro y necesitaba distraerse de alguna forma.

De pronto, las puertas de la habitación de los gemelos se abrieron dejando entrar a un grupo de guardias, al consejero y amigo del rey Sandman y a su madre.

-¿Qué significa esto?- preguntó Rapunzel poniéndose de pie mientras su madre se ponía junto a ella.
-El rey a muerto. Venimos a saludar a la nueva reina y a ofrecer nuestros servicios con lealtad a partir de ahora- dijo Sandman arrodillandose frente a ella mientras los demás lo hacía.
-¿Dónde está mi esposo?- preguntó la rubia sintiendo la pena por la noticia y sin asimilar lo que veía.
-Sigue en la habitación de su padre- le contestó Hada.
-Madre, cuida de ellos. Debo ir con él- dijo Rapunzel limpiando un par de lágrimas en su rostro y saliendo de la habitación.

-¿Jack?- preguntó la rubia al entrar a la habitación escasamente iluminada.
-Aquí estoy- contestó el albino con voz ronca.

Rapunzel se adentró un poco mas para encontrarse con Jack hincado a un costado de la cama mirando a su padre con los ojos totalmente rojos. Caminó de prisa hasta él tomando una de sus manos para besarla con fuerza y ternura.

-Jack...- susurró la rubia mirando a Norte sobre la cama intentando no llorar.
-Debí pedirte que lo ayudaras a sanar- habló Jack con seriedad.
-Tu padre no lo hubiera permitido... Él estaba listo para esto- contestó Rapunzel tomando su rostro.
-Yo no puedo hacerlo... No puedo ser un rey- el albino dijo con importancia y amenazando con volver a llorar.
-Oh, amor mío... Siempre quisiste este momento- lo consoló la chica abrazandolo.
-Pero ahora ya no siento que pueda con ello- dijo Jack abrazandola con fuerza.
-Claro que puedes. Si Hiccup y Elsa lo lograron tú también lo harás- insistió Rapunzel.
-Yo no soy Hiccup...- murmuró Jack.
-Y es exactamente por eso que lo lograrás. Confío en ti, tus hijos confían en ti y el reino entero también. No nos decepciones pensando de esta manera- la rubia tomó su rostro nuevamente y le habló con mas seriedad.
-¿Que haría sin ti?- preguntó el albino volviendo a sus brazos

*/*/*

Dos días habían pasado desde la pelea con Drago y ya era el momento de volver a Berk, Hiccup, Elsa, Tadashi y los demás volverían por la mañana disfrutando de una última noche en Arendelle conociendo mas sobre sus bailes y música.

-Elsa... Hay algo que quiero consultar contigo- dijo Anna acercándose a su hermana.
-¿Que ocurre?- preguntó la albina mirando a Hiccup hasta el otro extremo riendo con sus amigos.
-Quiero saber si existe la posibilidad de que me permitas quedarme en Arendelle- explicó la pelirroja su punto con nervios.
-¿Cómo?... ¿ No quieres volver a Berk con nosotros?- preguntó Elsa confundida.
-No me lo tomes a mal, me encanta Berk, pero sabes que mi lugar favorito es Arendelle y quiero que Asphar pase mas tiempo aquí- sonrió Anna nerviosa intentando convencer a su hermana.
-¿Kristoff... Está de acuerdo?- preguntó la albina insegura de su decisión volviendo a mirar a Hiccup.
-Si, y esta de acuerdo solo si tu nos lo permites- contestó la ojiverde -¿Estás molesta porque quiera quedarme?- preguntó con miedo.
-Claro que no- sonrió Elsa y después suspiró mirando a su hermana -¿Cómo podría? Tú eres la persona en quien mas confío y no hay nada mas oportuno a que te quedes para ser tu quién me informe de lo que ocurre aquí-
-¡Gracias, Elsa!- se emocionó la menor abrazando con fuerza a su hermana.
-Te extrañaré- sonrió la albina devolviendo el abrazo.

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