El sol comenzaba a salir en Arendelle y la brisa de la mañana cubría todo mientras que el aire corría con fuerza entre los tejados. Merida era de las primeras personas en despertar, se preparaba para salir ganando algo de tiempo para pasar con sus padres antes de ir a Berk.
-¿Pensabas irte sin despedir?- preguntó Elsa sorprendiendola mientras se acercaba con Enya a su lado.
-¡Por supuesto que no!- disimuló la pelirroja.
-No sabes mentir y tampoco ser discreta- rió la albina acercándose mas a ella.
-No quería hacerte sentir mal- admitió Merida mirando a su amiga.
-Nada me haría sentir peor que no despedirme de ti- contestó Elsa.
-¿Estarás bien aquí sola?- preguntó la pelirroja.
-No estoy sola- sonrió la albina con ternura.
-Claro... Bien, debo irme- cambió de tema Merida antes de cambiar de opinión y quedarse.
-Mer... Entrega ésto a Hiccup en cuanto lo veas- pidió la albina dándole un sobre con una carta.
-Lo haré- sonrió la pelirroja -Cuídate mucho, Elsa- dijo mientras la abrazaba.
-No, tú cuídate... Y a Hiccup también- contestó la albina cambiando su tono optimista a uno de angustia.
-Lo tendré en la mira- rió Merida haciendo una seña con sus dedos mientras caminaba hacia un caballo.
-¡Merida, espera!- exclamó Elsa
-Lleva a Enya contigo- dijo acercándose a su amiga.
-¿Qué? ¡No! Elsa, de verdad te sentirás sola sin ella- se exaltó la pelirroja.
-No... Tranquila, sé que hará mas falta allá... Habrá alguien que la necesitará para salir de ahí- suspiró Elsa mirando a su dragón con una sonrisa.
-¿Quién?- preguntó Merida curiosa.
-Heather... Mer, sé que ya te he pedido mucho, pero...-
-Ya sé, ya sé. Puedo imaginar lo que me pedirás y lo haré- interrumpió la pelirroja mientras subía en Enya.
-Las veré en unos días- sonrió Elsa retrocediendo un poco.
-Serás la reina que tus padres querían, Elsa...- dijo Merida por última vez antes de despegar con el dragón.*/*/*
El resto de ese día y el siguiente Elsa se dedicó a poner en orden los últimos asuntos que había dejado su padre y dando su aprobación para los preparativos de su coronación. Había optado por algo pequeño y discreto debido a las circunstancias y para no hacer gastos innecesarios en Arendelle.
-¿Qué es lo que causa tanto ruido?- preguntó algo molesta recostada en un sofá leyendo algo parecido a un documento.
-Lo siento, princesa. Pidió traer de nuevo las cosas de su padre ¿Quiere que lo hagamos después?- dijo una mujer.
-No, dejenlo. De todas formas estaba por ir a la cama- se calmó la albina poniéndose de pie.
-¿Están tal y como las dejó?- preguntó mirando la gran cantidad de papeles.
-Una gran parte- sonrió la mujer.
-Bien, que esté en orden para mañana. Quiero leerlos un poco antes de la ceremonia- dijo Elsa con seriedad mientras tomaba un papel que decía su nombre y se retiró.-No mas sorpresas, papá- pensó tras un suspiro la albina al entrar a su habitación y mientras caminaba hacia una pequeña mesa junto a su ventana.
Tomó asiento y estiró el pedazo de papel preparándose para leer otra de las cartas que su padre siempre le enviaba.
"Querida hija... Mi querida hija, debes pensar que es otra de mis aburridas cartas recordándote tu compromiso con Arendelle y el reino del Norte. No haz respondido ninguna de ellas y tampoco viniste tras la muerte de tu madre.
¿Qué te hemos hecho para merecer tu rechazo? Creo saber la respuesta y ahora temo no haber tomado las decisiones correctas para ti hasta ahora.
Nunca pude preguntarte lo que te gustaba y disgustaba e incluso dispuse de tu vida y corazón.Hubiera dado el mundo por ver tu sonrisa al estar junto a quién tu prefirieras. Serás una gran reina, al contrario de lo que tu madre siempre creyó, yo siempre pensé que tus emociones y sentimientos te harían mas fuerte y lo confirme el día en que el príncipe de Berk nos acompañó.
Algún día entenderás el sacrificio de los padres por sus hijos, y sabrás que siempre te ame al igual que tu madre, y que siempre quisimos lo mejor para ti.
Se fuerte, se valiente y a la vez conserva tu gentileza, un gran futuro te depara, grandes decisiones... Confío en que en el lugar en el que te encuentras ahora conozcas la libertad que tanto añorabas.
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Kings and Queens.
AcakToda la vida le han enseñado a Elsa que hay lugares a los que jamás debe acercarse y personas con quién no hablar jamás, por ejemplo con quiénes venían de Berk. Después de tantos años creyendo que debía odiar a los dragones y desconfiar de sus jinet...