En Arendelle a medida que pasaban los días la salud del rey empeoraba drasticamente, pero aún no lo suficiente como para dejar su puesto y resignarse a la muerte. Se sentía aún angustiado por el futuro tan incierto de su reino y el de sus hijas, en especial Elsa a quién no había visto en casi un año y aunque los informes que Ralph le enviaban eran alarmantes para Arendelle, a él lo alegraban por saber que su hija era feliz. Pensaba en todo eso mientras terminaba de firmar unas cartasm mirando la nieve caer por la ventana, y recordando a sus hijas cuando eran solo unas niñas y como disfrutaban observarla junto a él.
-Hoy se casa una de tus hijas en Berk... Creí que viajarías a acompañarla- se escuchó la voz de Gothel exaltando al rey -Oh, lo olvidaba, estás tan enfermo que no puedes salir de tu castillo- se burló la mujer dejándose ver de entre las sombras de la habitación.
-¿Cómo te enteraste?- preguntó el rey fingiendo estar tranquilo mientras se levantaba con esfuerzos de la mesa.
-La pregunta aquí es otra ¿Estás tan desesperado que permites la unión de una de tus amadas hijas con alguien de Berk?- dijo Gothel mientras observaba los detalles decorativos en la habitación.
-Imagino que ustedes lo están, si han decidido enviarte aquí fue por algo- sonrió el hombre.
-¡Vine por cuenta propia!- exclamó la azabache molesta girando para mirarlo -Dime, querido ¿Duele mucho el veneno?- preguntó tomando con ambas manos el rostro del rey con una ronrisa.
-Es pasajero, sé que al final alguien me estará esperando- contestó con optimismo el hombre sabiendo que eso molestaría a Gothel.
Al escuchar la respuesta, la mujer soltó su rostro para darle una fuerte bofetada -Te juro que no descansaré hasta ver como tu reino se viene abajo, como la pequeña Anna es reducida a esclava de Pitch... Y a Elsa morir sofocada entre el fuego de Drago- dijo con ira aprentando los dientes tomando con fuerza la barbilla del rey que después cayó al suelo derribado por lo débil de su cuerpo.
-Si tan sólo me hubieras elegido a mi- susurró Gothel arrodillandose para abrazarlo -Todo hubiera sido diferente... Pero la elegiste a ella- la mujer comenzó a llorar un poco -Si tan sólo me hubieras amado a mi- se separó un poco para mirarlo.
-¿Quién iba a amar a un monstruo como tú?- preguntó el rey con voz determinante.
-Eso es cierto, es lo que soy... Tú me hiciste así- Gothel dejó de llorar y lo miró molesta y herida a la vez -Tranquilo... Es tiempo de que tu y mi hermana se reúnan otra vez- dijo con el hilo de voz débil; apoyo con fuerza su mano contra el pecho del hombre hasta que cayó al suelo muerto.
-Ve con paz- susurró besando su frente -Cuidaré bien de tus hijas- continuó diciendo tomando su anillo de bodas para después volver a desaparecer entre las sombras.*/*/*
La noche pintaba de lo mas alegre en Berk celebrando nuevamente una boda, pero por ser la del sobrino del rey ésta era mas grande y fastuosa.
Anna se veía demasiado feliz a lado de Kristoff, reían juntos por las mismas cosas bobas y también entraban por momentos en un debate de ideas mientras hablaban con el grupo de amigos del rubio que también eran compañeros de Eret en su ejército.
Elsa también se divertía por su parte bailando con Hiccup y Tadashi y hablando con los hombres viejos y barbones que estaban dentro del consejo real de Berk con naturalidad y elegancia siempre junto al castaño ayudandolo a evadir las preguntar referentes a su ascenso al trono. Poco a poco y sin darse cuenta dejaban bastante al descubierto su relación, perdiendo el miedo a que los descubrieran y reprendieran por ello.
Entre la celebración se acercaron un par de niñas que trabajaban en el castillo, y algo apenadas tiraron del vestido beige con detalles plateados que Elsa llevaba puesto para que les pusiera atención.
-Disculpe, princesa...- murmuró jugueteando con sus manos una de las niñas.
-Dime...- contestó Elsa sonriendo mientras que Hiccup y el resto de los hombres mayores miraban atentos detrás de ella.
-Queríamos felicitarla por su nuevo dragón...- contestó la otra niña con las mejillas totalmente ruborizadas.
-Y también queríamos decirle que es muy bonita- soltó de golpe la otra pequeña.
-¿Enya es bonita?- preguntó la albina alzando una de sus cejas sin dejar de sonreír.
-¡No! Usted lo es- rió la primera niña -Le hicimos esto como muestra de admiración- volvió a decir mostrandole una coronilla de flores que tenía oculta detrás de ella.
-Muchas gracias, son muy lindas- contestó Elsa sorprendida y conmovida agachandose un poco para que se la pusieran en la cabeza.
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Kings and Queens.
SonstigesToda la vida le han enseñado a Elsa que hay lugares a los que jamás debe acercarse y personas con quién no hablar jamás, por ejemplo con quiénes venían de Berk. Después de tantos años creyendo que debía odiar a los dragones y desconfiar de sus jinet...