Elsa, princesa de Arendelle, bueno la primera. Dos años mas tarde de haber nacido llegó su hermana Anna, era ella la que le daba luz a sus días cuando sentía que la presión por parte de sus padres era insoportable.
Si bien Elsa era una bebé hermosa, al crecer era bellísima. Todos en el reino estaban de acuerdo en que jamás habían visto unos ojos tan azules ni una piel tan blanca como la de ella, al menos no en Arendelle.
Con 21 años se podría decir que era una chica feliz, sin embargo habían cosas que siempre la habían incomodado; por ejemplo que mientras a su hermana la dejaban pasar su tiempo libre haciendo lo que quisiera a ella la ocupaban practicando todo tipo de movimientos usando sus poderes.
Desde que tenía memoria su itinerario de actividades estaba completo desde que el sol salía hasta que se volvía a esconder, en un principio pensó que era algo normal para una princesa hasta que a su hermana le dieron mas libertad. Pero era positiva, habían momentos en que le permitían divertirse con su hermana y su primo cuando llegaba de visita, o lograba tener alguna oportunidad por las noches para huir al bosque a darse un respiro.-Repiteme... ¿Porqué debo hacer esto?- preguntó Elsa recuperando el aliento.
-Es por tu bien, no sabes lo que puede llegar a pasar- contestó su padre cansado.
-¡¿Pueda pasar de qué?!- se molestó la rubia congelando su espada -Ni siquiera logro salir sin una escolta- volvió a decir sentándose con frustración.
-Hija... Lo entenderás cuando llegue el momento- se acercó su padre.
-Pero, padre... Estamos en paz ¿No?- dijo triste Elsa.
-¡Claro! Pero no debemos confiarnos, aún hay gente peligrosa-
-¿Te refieres al reino de Berk?-
-Ya te he hablado de ellos... Jamás te acerques a ellos y si llegas a ver un dragon...-
-Debo matarlo porque donde hay dragones hay jinetes. Lo sé- sonrió Elsa poniéndose de pie -Estaba pensando que... Tal vez mañana antes de la fiesta de Anna podría pasar un rato sin hacer esto...-
-De ninguna manera, sabes que tienes que entrenar- dijo su padre serio.
-¡¿Qué?! ¡Lo hago todo el tiempo!-
-¡Ya basta Elsa!-
-¿Todo bien?- entró su madre.
-Tan bien como se puede- contestó Elsa cruzándose de brazos con enojo.
-Creo que es suficiente por hoy, ve a asearte hija- su madre sonrió recogiendo un mechón de su cabello.
Elsa caminó hacia la puerta sintiendo como sus pisadas congelaban un poco el camino, levantó el rostro y vio al par de damas que la acompañaban a todas partes -¡Preparen mi baño!- les gritó molesta mientras seguía caminando.
-Esto la pone furiosa- dijo la reina a su esposo.
-Ya debería de estar acostumbrada-
-¿No crees que le exiges demasiado? Ya aprendió mas de lo necesario, dale un respiro-
-De acuerdo solo un par de semanas- dijo el rey fastidiado, jamás podía decirle que no a su esposa.Elsa se encontraba en una gran tina meditando sobre lo rutinaria y aburrida que le parecía su vida cuando su padre actuaba de esa manera. Jugaba haciendo figuras con pequeñas brisas de hielo que salían de su mano, se detuvo una vez que su enojo tomó forma sobre esa brisa haciéndola un poco mas densa.
-Princesa...- dijo una de las mucamas a sus espaldas.
-Ahora no Lisa...- contestó sin interés.
-Disculpe, pero su primo Hans ha llegado-
-¡Hans!- Elsa se emocionó mucho tomando su bata para salir.
-¿La ayudo a vestirse?-
-¡Yo puedo sola!- rió Elsa corriendo a su habitación -Gracias- regresó para decirle con una sonrisa.Hans se encontraba con Anna y sus padres en una pequeña mesa en el jardín hablando sobre su viaje y lo que había visto camino a Arendelle: un dragón.
-Jamás habían volado tan cerca- dijo la reina.
-Esto esta mal... Espero que no piensen si quiera en cruzar nuestra frontera- el rey estaba furioso.
-Yo no me preocuparía, solo era uno y no vi que llevara jinete, tal vez solo se escapó- sonrió Hans tratando de calmar a su tío.
-Iiisshh, jinetes... Espero no toparme con alguno- dijo Anna -Dicen que allá son muy poco civilizados-
-¡Hans!- gritó Elsa acercándose con prisa.
-¡Elsa!- el chico se puso de pie y corrió hacia ella con emoción. Se abrazaron con fuerza dando vueltas con alegría.
-Si sigues poniendote así de linda obligaré a mi tío a que jamás acepte que te cases- Elsa comenzó a reír ante el comentario de su primo.
-¿Qué hay de mi?- dijo Anna riendo.
-Las dos son las joyas de este lugar- Hans abrazó al par de hermanas.Elsa caminó por horas enganchada del brazo de su primo por los pasillos del castillo hablando sobre lo aburrida que era su vida por momentos cuando el no estaba y de lo harta que estaba de no poder dejar sus entrenamientos con su padre. También hablaron de Hans, de sus nuevos estudios y sus viajes de un reino a otro, incluso confesó que había llegado a entrar a las afueras de Berk.
-¡Elsa, vieron un ciervo blanco en el bosque!- llegó Anna emocionada.
-¿De verdad?- preguntó Elsa con emoción.
-¿Qué esperan? Vamos a buscarlo- Anna salió corriendo buscando su caballo.
-¿Vamos?- dijo Hans comenzando a seguir a su prima.
-No lo sé... Mi padre...-
-Estás conmigo, es imposible que mi tío se moleste ¡Ven!- tiró del brazo de la chica para seguir a Anna.Los tres chicos iban a toda prisa sobre sus caballos siguiendo el rastro del ciervo a la vez que jugaban entre ellos. Sus risas se lograban escuchar por todo el bosque, pero pronto Elsa se dio cuenta de que ya se habían alejado demasiado del perímetro permitido y también de que ya estaba sola.
-¡Elsa!- escuchó gritar a su hermana y Hans entre risas, eso la tranquilizó. Quería decir que no estaba perdida.
De un momento a otro percibió la presencia de algo mas, giró la cabeza hacia todas direcciones sin ver de que se trataba. Una ráfaga de aire en el cielo la hizo mirar hacia arriba, lo que vio la sorprendió de sobremanera; era un dragón pero iba solo.
Escuchó un ruido detras de ella que la asustó provocando que creara un gran bloque de hielo.
-¡El ciervo!- exclamó al mirarlo huir.
-¡Elsa! Aquí estabas- dijo Anna acercandose.
-Y dejo ir al ciervo... ¿Todo bien?- preguntó Hans al ver el bloque.
-El ciervo me asustó- sonrió la chica.
-Es hora de irnos... Comienza a anochecer- los tres emprendieron el camino de regreso jugando como tiempo antes de separarse.Desde ese momento hasta que llegó la hora de dormir la mente de Elsa estuvo ocupada tratando de adivinar que hacía un dragón ahí solo, algo le parecía extraño. La presencia que había percibido era mas parecida a la de una persona sin embargo ahí no había nadie.
Se tranquilizó para poder dormir, al otro día llegarían los invitados al baile de cumpleaños de su hermana y debía estar descansada y preparada para la cantidad de adulaciones que recibiría como era de costumbre. A demás, conocería al gran rey Norte, un viejo y gran amigo de su padre del cual se contaban historias increíbles.★Primer capítulo :3
Creo que tendrán que tener paciencia para el momento Hiccelsa, muahaha. Espero que les haya gustado *0* gracias por leer★
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Kings and Queens.
De TodoToda la vida le han enseñado a Elsa que hay lugares a los que jamás debe acercarse y personas con quién no hablar jamás, por ejemplo con quiénes venían de Berk. Después de tantos años creyendo que debía odiar a los dragones y desconfiar de sus jinet...