Capítulo 11

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Capítulo 11

-Nos alegra que estés bien -dice mi madre.
-Nos diste un buen susto a todos hermanita -dice Byron, que lleva muchos de mis obsequios.
-Yo en verdad... Lo lamento -digo con un hilo de voz -Yo no pensaba con claridad.
-Pusimos anuncios en los periódicos, carteles, anunciamos tu desaparición en las noticias -dice Loreline -, también la policía, los lobos y los vampiros estuvimos buscándote.
-Ya pasó, es suficiente Loreline -le dice mi padre -, lo importante es que ya estás bien y que estás con nosotros.
Todos guardamos silencio y entramos a la casa. El olor familiar a caoba, me reconforta, había extrañado mi hogar. Subo a mi habitación y me dejo caer sobre mi mullida cama.

-¿Dónde dejo esto? -me pregunta mi hermano.
-Déjalo sobre el escritorio -le digo.
Él lo hace y camina hacia la puerta.
-Gracias Byron.
-No ha problema, lo que sea por mi hermanita.
-Adoro cuando te preocupas -digo con una sonrisa -, me hace recordar que no eres tan superficial.
-Muy graciosa -dice con sarcasmo -No te hago nada por que estás débil -sale y cierra la puerta.
Yo miro el techo y me detengo a mirar la constelaciones. He contado cada estrella que hay pintada, en total son 1.047. Mi vista se posa en la luna de sangre. Ese fenómeno que tanto me atraía. Todo el tiempo esperaba por ese magnífico momento, en que la luna se alza gloriosamente en el cielo. Pero todo había cambiando desde aquel entonces. Ya no anhelaba su presencia, más bien deseaba que nunca llegara. Me quedan tan sólo cinco meses para ser la señora de Wesley King o tal vez para ser libre junto al amor de mi vida.

<<Deja de decir estupideces Rhymond>>

Como siempre mi conciencia tiene toda la razón. Estoy diciendo estupideces, pues no hay forma de que consiga a alguien, además ya le había prometido a Wes que me casaría con él. Pero... no quiero tener que casarme con alguien a quién no amo y tampoco por obligación. Si consiguiera a alguien que me ame y que yo ame, las cosas serían más simples. Aunque yo nunca me he visto casándome, siempre me veía a mi misma como alguien libre. Me imaginaba siendo la dama de honor de mis amigas y de mi hermana. La chica que vería a todos tener una familia mientras que yo disfrutaba de los placeres de la vida. Nunca he tenido novio. Ni siquiera cuando era humana, pues siempre he sido de las chicas que no creen que se necesita de un hombre para ser feliz. Pero ahora... Todo había cambiado, yo no era libre y mi "vida" está destinada a pasar todos los días atada a un hombre.

<<Asquerosa realidad>>

Trato de despejar mi mente de tan absurdos e inútiles pensamientos, así que decido llamar para ver quién tiene mi celular. Tomo el teléfono que estaba en mi mesita de noche y presiono los números. Espero a que contesten y me miro las uñas.

-¿Hola? -pregunta alguien.
-¿Quién es?
-Drew Marss -responde -¿Quién habla?
-¿Drew? Este... Soy Rhymond
-Hola Rhy ¿Qué tal todo? ¿Estas mejor? -pregunta
-Sí, gracias por preguntar -digo aún confundida -¿Podrías decirme que haces con mi celular?
-Bueno estoy en casa de Devon y él se fue con Adam a comprar algo de comer -me dice -, yo estaba viendo televisión, escuché un celular y lo contesté. No tenía idea de que era tuyo.
-¿Crees que tardarán mucho? En verdad que necesito recuperar mi teléfono -le pregunto, en verdad lo necesitaba. Mi vida estaba ahí.
-Bueno... la tienda está como a un kilómetro -dice -, se fueron hace como 20 minutos, no creo que demoren mucho.
-¿Estas tú solo? -pregunto.
-Sí, Claude, Myrna y Alissa salieron a cenar en un restaurante. Así que decidimos hacer noche de películas y videojuegos.
-Podría ir para allá y esperar a que Devon llegue ¿Te parece bien?
-Sí... Claro.
-¿Podrías avisarle a tu gente que voy? -le pregunto -, no quiero tener ningún tipo de altercado.
-Desde luego... -dice con voz minúscula -Yo me encargo.
-Nos veremos -termino la llamada.

Tomo mis llaves y bajo. Voy a la cocina y saco una bolsa de sangre de la nevera, vacío su contenido en un vaso y lo bebo de un sorbo. Dejo una nota en él refrigerador y salgo por la puerta que conecta con la cochera, subo a mi auto y voy por la vía. Conduzco unos cuantos minutos y veo una larga fila de autos, todos iban a 5 Km por hora.
-¿Qué ha pasado? -digo en voz alta.
Sigo conduciendo y pronto veo patrullas al otro lado de la calle, hay una ambulancia y unos hombres van con dos camillas, en ellas hay siluetas cubiertas por sábanas, un brazo cuelga de una de las camillas. Me estremezco y contengo la respiración por unos segundos, me daban escalofríos presenciar este tipo de acontecimientos. Si fuera humana me probablemente temería estar en su lugar, pero yo nunca tendría ese destino...

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