CAPÍTULO 9: EMPEZANDO DE NUEVO

2.8K 84 0
                                    

Capitulo 9: Empezando de nuevo

Pov Bella

Volver a estar en los brazos de Edward era como haber regresado del infierno y subir directamente a los cielos. Pero no podíamos olvidar que estábamos en la habitación de un hospital cuidando a mi madre. Vanessa, que se había unido a nuestro grupo hacia unos meses, entró a revisarla un par de veces.

Las dos veces que había entrado, yo me había separado a regañadientes de Edward para ir a comprobar como estaba, y la dos mismas veces Edward me había recibido de nuevo entre sus brazos preguntándome como estaba mi madre.

Después de la segunda vez que entró, me volví a quedar dormida entre sus brazos. Las primeras luces de la mañana se colaban por la ventana. Pronto el hospital se pondría de nuevo en marcha, iniciando el ajetreo diario. Me levanté una vez más del sillón para ir a revisar a mi madre. Dormía plácidamente, así que volví entre los cálidos y cómodos brazos de mi amor.

— ¿Qué tal?—me preguntó dándome un beso en los labios.

—Está durmiendo tranquilamente —le contesté.

—¿Vamos a tener que preocuparnos por esa enfermera que ha entrado dos veces a revisar a tu madre?—preguntó un poco atemorizado supongo que por pensar que alguien nos viera y se lo dijera a Tanya.

— No, para nada —le tranquilicé con una sonrisa nerviosa al pensar en lo que me esperaba—, sólo se lo contará a Alice y las dos me perseguirán por todo el hospital para saber los detalles, pero nada más. Vanessa es una amiga. Se incorporó a nuestro grupo hará unos cuantos meses. Me cayó bien enseguida, pero no fue hasta que Jacob se interesó por ella que no empezamos a conocerla mejor. Sabe la historia Edward y además le he ofrecido venirse conmigo a Forks como jefa de enfermeras. Es muy buena en lo que hace y aquí teniendo a Heidi como superior, no tiene ningún futuro.

—Vaya, así que ella ya estaba enterada del plan ¿verdad?—preguntó de pronto dejándome sin palabras.

—¿Qué plan? –pregunté pasmada.

—El que urdisteis Rose, Renée, el duende ese que tienes por amiga y tú para que pensara que no ibas a volver a Forks, ponerme al límite y provocarme para que hablara contigo y te dijera la verdad —dijo con esa sonrisa torcida que hacía que me humedeciera al instante—, he de daros la enhorabuena y decirte, mi amor, que todo ha funcionado a las mil maravillas —agregó dándome un nuevo beso en los labios, demandante, apasionado, necesitado, su lengua se introdujo en mi boca explorando cada centímetro de ella. ¡Madre...de...Dios! como siguiera así...

—¿Cuándo te diste cuenta de eso? —pregunté estupefacta, cuando se separó de mí.

—Ayer algo en mi cabeza hizo clic cuando te besé y me dijiste que ya habías decidido volver –explicó de forma muy pero que muy sugerente— eres un gran médico Bella pero como actriz, no tendrías ningún futuro. Dime, ¿cuándo lo decidiste exactamente?—me volvió a peguntar con esa voz seductora sin separar su boca de la mía. Me estaba volviendo loca.

—Dos días después de que Carlisle me lo propuso – dije riéndome—, he de decirte que al principio si fue verdad que estaba decidida a no volver. Ni cincuenta mil Alices, Renées y Roses todas juntas me convencerían y las razones eran exactamente las que ya sabes. Pero tuvimos una cena con Marco y Didyme. Ese día me enteré que Aro y Cayo Vulturi estaban siendo investigados por el FBI; que Marco y Didyme son de Forks y les pasó algo muy parecido a lo nuestro.

—Ya lo sé, papá nos contó la historia.

—Bueno al contarme su historia me hizo ver que algo parecido podía haber pasado con nosotros –expliqué—, entre todos me hicieron dudar de lo que había escuchado. Recordé que me llamaste Isabella, algo que tú nunca harías.

RECUPERANDO TU AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora