CAPÍTULO 24: EL PERDÓN

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Capitulo 24: El perdón

Pov Bella

La mañana de Nochebuena amaneció nevada y sombría al estilo de Forks. Cuanto había echado de menos esto. Pero a pesar del día yo me sentía feliz y contenta. De nuevo había amanecido en los brazos de Edward tras una noche de intenso amor en la que nos habíamos amado, adorado, entregado sin reservas. Me removí un poco y me acerqué más a su cálido cuerpo, acurrucándome más contra él. Sabía que estaba despierto y que se había percatado que yo también, pero quería alargar un poquito más esa sensación.

—De nada te va a servir disimular –dijo dándome un beso en el pelo–, sé que estás despierta y tenemos una cita con cierta niña que quiere ir con sus primos a tirar bolas de nieve al parque. Es otra cosa que tenemos que recuperar ¿te acuerdas de nuestras peleas en la nieve, preciosa?

—Claro que me acuerdo –le dije—, una bola de nieve en manos de Emmett era como una bomba nuclear lanzada directamente contra mi cabeza, pero nunca me llegaban porque tú siempre me defendías.

—Pero luego te acababa rebozando la nieve por la cara —dijo divertido—y terminábamos besándonos uno encima del otro, esa era la mejor parte.

—Sí, hasta que nos encontraba Emmett y nos jorobaba con sus bromas.

—Cuantos recuerdos Bella. Me encantaba nuestra relación, era perfecta. Yo te quería, tú me querías y para mí no había nada más importante. ¿Crees que alguna vez recuperaremos del todo lo que teníamos?

—Bueno –le contesté. Todavía no quería decírselo no era el momento— yo creo que ya lo hemos recuperado y lo hemos reforzado consiguiendo una mezcla entre lo antiguo y lo nuevo mucho mejor. ¿O es que no te gusta ahora nuestra relación?— le pregunté fingiendo molestia.

—Me encanta mi amor, la adoro, la amo, os amo a ti y a Gaby, más que a nada—me respondió— es solo que me siento nostálgico, si Tanya y Aro no hubieran interferido nunca nos hubiéramos separado y...

—Y ahora tendríamos lo mismo que tenemos en este momento –le respondí.

—Pero yo no me hubiera perdido el ver crecer a mi hija, sus primeras palabras, sus primeros pasos. Tu no hubieras tenido que pasar sola por la aventura de criar y educar una hija que, por cierto, déjame decirte que lo has hecho de maravilla —me dijo en un tono tan melancólico que me dio mucha pena.

—Gracias por el cumplido –le contesté—. Edward, te has perdido sus primeros cinco años, pero tiene toda una vida por delante en la que tu estarás presente. Y de momento lo estás haciendo muy bien. Ángela me ha comentado que más del cincuenta por ciento de su recuperación ha sido gracias a ti, pues le has demostrado que estás ahí para ella y eso es tan importante como ver sus primeros pasos o sus primeros meses de vida.

—Y eso es gracias a ti cielo, podrías haber optado por no haberle hablado de mi o por haberla obligado a odiarme por lo que os hice. Pero optaste por hacerle saber quién era yo y la enseñaste a quererme. Nunca tendré vida suficiente para agradecértelo mi amor y para ganar tu perdón y sentirme merecedor de él. Solo espero que con lo que he estado haciendo hasta ahora y con lo que haré, sea digno de merecer por lo menos una pizca —me dijo y se le notaba muy triste. Le acaricié la cara con el dorso de mi mano y el cerró los ojos para sentir mi contacto.

—Yo creo que lo estás haciendo muy bien –le dije sin querer comprometerme demasiado por el momento—, pero ya te dije que tienes que saber perdonarte a ti mismo, eso es esencial Edward y creo que deberías hacerlo, ya es hora de que lo hagas. Me parece que has purgado bastante tu culpa, no te atormentes más.

Una gran sonrisa iluminó su cara, ya digo que no me quería comprometer demasiado hasta esta noche, pero ante lo que había oído quería darle por lo menos una pista. Me iba a responder con un beso cuando una pequeña inoportuna nos interrumpió.

RECUPERANDO TU AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora