CAPÍTULO 22: REDENCIÓN

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Capitulo 22: Redención

Pov Edward

—A ver familia— dije llamando su atención, todos callaron y me miraron.

—Bueno huelga deciros que Bella y yo estamos juntos de nuevo porque es más que obvio, pero si queríamos deciros que seguimos oficialmente casados —había evitado dar este detalle a la familia para que fuera una sorpresa para todos.

—Eso es sencillamente estupendo—, exclamaron un montón de voces a la vez, pero yo las callé de nuevo.

—Como todos ya sabéis –dije mirando a mi padre el cual me había echado una pequeña bronca cuando se lo conté —no firmé ni entregué los papeles del divorcio incurriendo inconscientemente en un delito de bigamia. Sí papá —silencié sabiendo lo que me iba decir—, sé que podía haber terminado en la cárcel, pero Bella tiene muy buenos amigos como también sabéis, y me enorgullece saber que son también amigos míos. Gracias a la ayuda de Kate, de mis amigos y sus testimonios a mí favor, la declaración de Ángela y la intervención de ese juez amigo de Marco, todo quedo solucionado, he quedado absuelto del delito de Bigamia, el matrimonio con Tanya es ilegal desde el momento en que fui coaccionado mediante chantaje para celebrarlo, obligándome con ello a separarme de la mujer que realmente amaba, así que el juez lo ha invalidado, es como si nunca hubiera existido, el único que tiene valor es el mío con Bella, el Juez lo ha declarado válido y legal a cambio de mi declaración en el juicio.

—Un momento—dijo Charlie, rompiendo la alegría general—, en qué estado ha firmado el juez todo esto.

—En el estado de Washington papá, —le contesté —pero el juez me ha dicho que su resolución será válida en cualquier estado de la Unión.

Mientras mi padre y Emmet respiraban aliviados, todo el mundo gritó emocionado. Pero antes de que se desmandaran y no me dejaran terminar, les silencié otra vez.

—Esperad, hay más —les dije—, veréis he pedido a mi esposa que renovemos los votos matrimoniales en la misma iglesia, con toda la familia, los amigos y cualquier vecino de Forks que quiera asistir y ella me dijo que sí, así que familia, Bella y yo renovaremos nuestros votos matrimoniales.

En unos segundos nos vimos envueltos en besos, abrazos, felicitaciones, por parte de toda la familia. Mi hija, sobrinos y los hijos de Ángela y Ben nos miraban intrigados, hasta que claro, vino la pregunta obvia.

— ¿Por qué estáis todos tan contentos? – preguntó un quinteto perfectamente coordinado.

—Hija ven aquí –la llamé cogiéndola en brazos y sentándola en el borde de la mesa—, verás, ¿te acuerdas que preguntaste si me volvería a casar con tu madre?

—Síiii –chilló ella emocionada— ¿os vais a volver a casar?

—No exactamente, hay unos papeles que dicen que estamos casados y que no hace falta, pero aun así queremos ir a una iglesia y hacer como si nos casáramos otra vez, ¿te parece? –le pregunté—. Sabes en esas ceremonias siempre hay una niña que lleva los anillos ¿querrías ser tú?

—Siiiiiiiiii — chilló de nuevo, realmente emocionada y dando saltos por toda la habitación.

— ¡Lo sabía... lo sabía! –chilló de repente una muy histérica Alice compitiendo con mi hija en su danza de saltos, mientras el resto de la familia se dedicaba a felicitarnos de nuevo–, lo sabía desde que has entrado y he visto el anillo de nuevo en tu dedo –cosa que fue corroborada por mi madre y por Rose—. Felicidades amiga, no sabes cuánto me alegro. ¿Habéis decidido ya la fecha de la boda?

—Bueno...pues...—dije dubitativo mirando a Bella.

— ¿Para cuando piensas que se celebrará el juicio?

RECUPERANDO TU AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora