Embarazada de un vampiro

Capitulo 7

Me despertó la luz de una gigantesca ventana que no era mi cuarto, "diablos donde estoy" pensé a mis adentros estaba en una cama gigantesca bastante antigua, con una hermosa manta color rojo al mi lado habían unos hermosos nocheros de madera tallados a manos, en el cual había una fotografía de una niño pequeño más o menos de unos ocho años se parecía mucho a Jack pero la foto se veía bastante antigua, entonces detalle la habitación con la mirada y por donde se viera era una habitación hermosa llena de retratos y grande y quien la haya decorado tenía un muy buen gusto, pero inmediatamente volví en sí y me di cuenta que llevaba una pijama de satín con bordados y que hacia juego con la manta inmediatamente me senté enseguida en la cama y me dolía todo mi cuerpo venia un dolor tras otro y severo dolor de cabeza que me obligo volver a recostarme, me quede así por un rato, hasta que ya pude incorporarme, entonces me di cuenta de que Jack estaba de pie en la puerta, llevaba una sudadera negra y una camisa blanca y de veía realmente apuesto, e inmediatamente me levante.

_ ¿Dónde estoy? Fue la primera pregunta que se vino a mi mente.

_ En mi casa. Respondió simplemente

_ ¿Qué paso? no me acuerdo de nada. Dije tocándome la cabeza.

_ caminábamos hacia el estacionamiento y tú te desmallaste. Y no te quise llevar en ese estado para tu casa y te traje a mi casa y llame a tu madre para avisarle que no ibas a llegar en toda la noche.

_ Ah ya. Dije distraídamente mirándome las manos, la verdad es que sentía un dolor muy agudo en mi entrepierna y no le hallaba explicación, así que con toda y mi vergüenza me temía la respuesta pero me arme de valor y le pregunte, lo mire y ya estaba sentado en la cama.

_ N-no me digas que paso algo más anoche. Dije sintiendo muchísima vergüenza ya sentía la cara caliente, nunca había tenido una situación igual a esta.

_ ¿No te acuerdas de nada? Esa pregunta me puso aún más nerviosa.

_ No que paso por que siento que me duele todo el cuerpo. Dije abriendo los ojos como platos.

_ Nena tu aceptaste ser mía, no te acuerdas? Dijo acariciando mi mentón

_ ¿Qué? N-noo no te lo puedo creer.

_ Si. Estuvimos juntos como debía de ser.

_ Como es eso de que estuvimos juntos; como debía de ser no te entiendo cómo es posible que haya pasado y yo no me acuerde nada como es posible.

_ Nena tranquilízate...Yo... Se notaba que no sabía que hacer estaba sorprendido ante mi reacción pero era inevitable

_ No tú... tú no entiendes. Las lágrimas demoraron en aparecer, no entiendes nada, eso quiere decir que fuiste mi primera vez, fuiste el primero y...y... el miraba confundido no sabía qué hacer.

_ Lo siento nena. Y sé que quería acariciarme pero no se atrevía estaba desesperado. Dime que puedo hacer

Entonces me calme y me quede en silencio la verdad es que yo solo quería estar sola y no podía creer que hubiera perdido mi virtud con alguien que solo había conocido en tan solo un día esto era increíble y que estaría pensando de me que me acuesto con el primero que conozco.

_ ¿Dónde queda el baño? Pregunte después de un rato inmediatamente me indico donde quedaba en la misma habitación camine muy despacio ya que el dolor en mi entre pierna no me dejaba acelerar el paso. Solo sentí que él me seguía con la mirada, yo no quería verlo a los ojos la vergüenza me mataba y mi orgullo no me dejaba.

Cuando ya estaba en el baño cerré la puerta; el baño era increíblemente grande tenia colores neutros entre negro y blanco pero mi dolor y todos los sentimientos encontrados no me dejaron detallar el lugar solo sé que había un hermoso yacusi la cual llene de agua caliente rápidamente y me metí a tome un baño realmente relajante se me quito el dolor de cabeza, me hice bolita dentro del agua y me llore hasta que no me quedara una lagrima mas no podía creer lo que había pasado la verdad es que ninguno de mis supuestos ex novios tuvieron el privilegio de tenerme en alma y cuerpo ya que ellos solo querían acostarse con migo, así que yo misma había decidido que iba a esperar hasta que llegara alguien que realmente me mereciera después de todo apenas tenía 23 años. Pero ahora fijo ya tuvo lo que quería y se pierde de mi vida sin más.