capitulo 47

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Su mirada fue mucho más fugaz, y volvió a la de ella, dejándola herida en el suelo, pero no dejaban acercarme a ella. Y lo único que quería hacer era sanar sus heridas cada vez Salía más sangre, y ella no se levantaba, aun sabía que era inmortal, no sabía que le estaba sucediendo, así que forcejee para zafarme del agarre, aunque fue inútil ella tenía mucha más fuerza que yo.

_ ¡llévenla al calabozo! – grito Adán.

_ ¡no! Déjenme curarle sus heridas, por favor, es mi madre....

Adán me observo, se notaba que aún estaba molesto.

_ tu... vienes conmigo – ordeno, y casi a rempujones me llevo a un nuevo lugar separándome totalmente de mi madre, la mire por última vez y me hizo una seña de que no me preocupara.

_ duerme aquí. – ordeno dejándome nuevamente en una casa distinta, a diferencia de que esta vez me iba a quedar con él.

Se sentó en el sofá que quedaba enfrente de la cama, sin decir nada me miró fijamente así paso por unos minutos no supe cuánto.

_ ¡Duerme! – ordeno.

Lo mire con desprecio y le di la espalda, no dejaba de pensar en Jack, no había venido por mí ya era mucho tiempo que no lo veía, talvez me estaba buscando por otros lugares, bueno o talvez eso era lo que yo quería creer.

No había pasado tres horas aún estaba oscuro y desperté de pura angustia, ya casi no podía moverme me sentía muy pesada, sabía perfectamente que no era bueno la manera en que me excedía en mi estado, pero no tenia de otra, mi madre me preocupaba demasiado, logre ver que por la ventana aun brillaban las estrellas, cuando estaba lista para ponerme de pie una voz me hizo brincar de la impresión.

_ que haces – dijo con una voz que recorrió un terrible escalofrió por todo mi cuerpo, logre ver que tenía la misma posición que lo había visto anteriormente no se había movido ni un centímetro.

_ quie-ro ver a mi madre. -Dije recuperando el aliento.

_ No lo harás. – Dijo con tosquedad.- no tienes permiso.

Entrecerré los ojos, no tenía ni idea que debía que pedir permiso para ver a mi madre eso ya era el colmo.

_ no me mires así... es simplemente que así son las reglas.- dijo encogiéndose de hombros y acomodándose en el sillon.

_ Adán... hay un problema.- dijo la mujer que cuidaba mi estadía haciendo una seña que saliera. El ordeno que no se separara de mi lado mientras yo me dirigía a tomar un baño.

Pasaron horas hasta que Adán apareció nuevamente por la puerta principal, con cara de no muy buenos amigos, parecía que el problema era grave. Se hizo enfrente de mí, y me miró fijamente.

_ Tu madre ha escapado. – soltó de golpe.

Yo aún no lo asimilaba, no quería pensar que me hubiera abandonado, más bien que encontraría ayuda para salir de aquí, opte por no preocuparme sabia y de sobra que no le haría bien a mí bebe, así que tome asiento y empecé a comer una manzana, la actitud de Adán fue de desconcierto o más bien de enojo.

_ tú sabes en donde está. – dijo a una distancia amenazante, e intimidante.

Me encogí de hombros, no tenía ganas de hablar, así que simplemente ignore.

Al ver mi actitud solo se retiró sin decir nada.

Tenía algo de ansiedad, además de un presentimiento de que algo estaba por pasar no quise decir nada, mi "cuidadora" trataba cada vez mas de sacar información pero simplemente ignoraba sus preguntas, solo me enfocaba en los movimientos que hacia mi bebe, últimamente estaba más activo que yo, y eso me tranquilizaba a la vez, pero me tenía algo nerviosa, y aunque trataba de ignorar esa horrible sensación era imposible hacerlo.

Embarazada de un vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora