Capítulo 35

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Poco a poco abrí los ojos, la luz era muy tenue, podría decir que era casi la madrugada, un sonido vergonzoso, escuché en mi estómago, no podía creer lo hambrienta que estaba, recostada sobre una manta blanca, ya recordaba este lugar "nuevamente en el hospital" pensé para mí, intente inocentemente estirar el brazo pero un dolor agudo sentí en la muñeca de la mano derecha haciéndome gemir levemente y entre la oscuridad logre divisar que estaba totalmente enyesada, con varias inyecciones intravenosas, así que recordé que prácticamente me había dislocado, al caerme tratando de huir, nuevamente sonó mi estómago como si bostezara, estaba muerta de hambre tome asiento intentado distinguir que había a mi alrededor para poder levantarme, todo estaba muy oscuro, la única luz que lograba ver eran los leds de las maquinas que me rodeaban, la habitación era pequeña o por lo menos eso parecía, solo lograba ver hasta donde llegaba la camilla y las patas de una silla quedaba enfrente, intente bajarme de la camilla pero era muy alta y me obligaba a apoyar las dos manos para poder sostenerme, cuando logre ponerme de pie me doble de inmediato al sentir que me iba a caer del mareo, me sentía débil y aun no podía ver nada así que camine unos tres pasos hacia adelante donde la línea de término de una puerta brillaba a lo lejos, pero me tropecé con algo grande y grueso por lo que se notaba, así que me arriesgue a tantear en la oscuridad, era una silla logre tocar la pared pero no había ningún toma para encender la luz, me estaba muriendo del hambre y ya me estaba desesperando al no encontrar nada que me sirviera, cuando recorría mi mano sobre la pared descubrí una pequeña ventana, forrada con una persiana me alegre de inmediato por lo menos tendría algo de luz o una ubicación, al encontrar como subir la persiana a lo lejos se veían las luces de un pequeño pueblo que por cierto no brillaban tanto, y que me confirmaba era de madrugada, en la parte de debajo se encontraba un estacionamiento con varias personas que caminaban de un lugar a otro, unas manos rodearon mi cintura, los nervios me invadieron de inmediato y lo primero que hice fue alejarme y girar por instinto propio, la oscuridad aun no me dejaba ver nada solo sabía que alguien estaba enfrente de mi pero no sabía quién era, desconfianza fue lo primero sentí, no sabía de quien se trataba, así que sin decir nada me aleje, pero sentí cada vez más cerca su presencia, un sonido pequeño se escuchó la luz cegó mis ojos, hasta que se acostumbraron a esta levante la mirada, y un suspiro largo se me escapo al ver que era el, sentí aliviarme.

_ ¡tengo hambre! Fue lo primero que me salió.

Una risita salió dejando ver su hermosa dentadura.

_ veo que ya te encuentras bien... que quieres. Musito, mientras cruzaba los brazos a la altura de su pecho.

_ quiero muchas cosas, quiero... unos huevos revueltos, quiero pollo o carne, muero por algo dulce, como un pastel... eso... uno de chocolate...-dije saboreándome los labios- ¡por favor!

Me observaba con los ojos como platos aterrado, parecía una niña pequeña, pero no me importaba la lista era grande tenías las tripas pegadas, tanto que parecía no hubiera comido hacia un mes.

_ de inmediato, espera un segundo. Mientras levantaba el dedo índice,

Y salió corriendo por la puerta como un perrito faldero sin decir nada, era de madrugada estaba consciente de que a esa hora no podría encontrar nada parecido, así que me reí con un poco de picardía, tenía que disfrutar del momento; mientras tanto recorría la habitación con la mirada, parecía un cuarto de hotel no parecía un hospital excepto por las maquinas que sonaban, recordé el golpe que había recibido, lentamente levante mi bata y un moretón se reflejaba en mi piel, suspire profundo mientras lo revisaba y lo grande que estaba tanto mi vientre como el moretón, mi vientre crecía cada día más, no sé cuántos días llevaba en este lugar, pero se veía más grande, mi bebé estaba vivo, y crecía cada día más era increíble cómo había cambiado en estos últimos días.

Logre observarme un poco en el espejo "vaya" pensé, no creía que estuviera tan grande, cuanto tiempo llevare aquí, era increíble tenia por lo menos unas dos tallas más de ropa, mire a mi alrededor y unas bolsas de papel estaban encima de una silla rebusque que había dentro y era ropa muy bonita por cierto sin pensarlo dos veces me la coloque enseguida, no podía seguir con esa horrenda bata de hospital, mi estómago rugía cada vez más seguido, solo habían pasado aproximadamente unos diez minutos y la puerta rechinó, entonces entro Jack con una bolsa enorme, me concentre en lo que llevaba en sus brazos estaba hambrienta, así que me coloqué en la camilla para que él se hiciera a mi lado, no espere ni siquiera a que se sentara le arrebate lo que tenía en sus manos y empecé a curiosear lo que había dentro, había traído todo lo que le había pedido, completaban aproximadamente unas cinco cajitas, y cada una tenía algo diferente lo mire con sorpresa al percibir las cosas que tenía enfrente.

_ ¿dónde conseguiste todo...esto? Pregunte mientras me llevaba un trozo de pollo a mi boca, que por cierto me sabía a gloria.

_ tengo mis influencias...

Dijo con una expresión que decía puedo hacer lo que quiera y cuando quiera, entrecerré los ojos, pero el hambre era tanta que no le preste atención.

_ ¿cómo te sientes? Dijo mientras me miraba fijamente.

_ ¡con mucha hambre! Respondí tapándome la boca

Volvió a sonreír, esta vez no dijo nada más, cinco minutos después había terminado todo, aunque había quedado con hambre, lo que me quedaba era un rico pastel relleno de chocolate, se me hacía agua la boca, sabia a gloria era uno de mis más grandes antojos, me lamí hasta los dedos estaba delicioso, no le había prestado atención a Jack que me observaba fijamente sin moverse un solo milímetro del lugar en donde estaba.

_ ¿por qué me miras así? Pregunte avergonzada.

_ ¿aun tienes hambre? Pregunto más gracioso.

Creo que me salieron colores por todos lados, sentí arder mis mejillas.

_ más o menos...- comente sonriendo mientras acariciaba mi pancita- pero por lo menos ya podre irme tranquila. Por cierto cuanto tiempo llevamos aquí?

_ ¿irte? ¿A dónde? De aquí no se mueve nadie, y llevamos aproximadamente cinco días.

Abrí los ojos como platos, sorprendida por el tiempo que llevaba aquí, pase de lado el tono que me lo dijo.

_ ¡¿QUE?! -Exclame, sin querer subí la voz- ¿cinco días?

No había notado que tenía la misma ropa de aquel día.

_ Si. Estuviste inconsciente durante ese tiempo. -dijo mientras quitaba los restos que quedaban a mi lado, yo hice lo mismo- mientras yo te cuide, Carl vuelve luego está de viaje, viajo a la embajada, cree saber dónde está tu madre, pero no podíamos dejarte sola así que yo me quede contigo, Gloriam no se quiso separa de ti en ningún momento, y ya vuelve, y un joven que desconozco pero creo que le caigo mal esta haya afuera.

_ ¿y dónde estoy? Fue lo único que se me ocurrió preguntar después de toda esa información.

_ Estas en mi hotel, estabas muy delicada así que te trajimos donde nadie se lo imagina.

_ Mi enemigo está cada vez más cerca. Susurre para mí.

_ ¿acaso sabes quién es? Sabemos que hay un infiltrado pero aún desconocemos su identidad.

_ por qué sabes todo eso...

_ Porque soy el heredero de la familia Scott, es mi deber mantenerme enterado de todo lo que pase a mí alrededor, y además me interesa mucho lo que pase con nosotros.

Aww "con nosotros" no dije nada me quede en silencio, entonces me quede me quede pensando el y yo no teníamos nada, solo algo en común nada el decía que somos una profecía pero habían tantas cosas que no coincidían y que no nos permitían estar juntos.




Embarazada de un vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora