Capitulo 41

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Capítulo 41

*POV Astrid*

Oscuridad. Era lo único que podía ver, estaba sumergida en un sueño del cual parecía no despertar jamás. Me sentía cómoda durmiendo entre los brazos de Hipo, quería que siempre fuera así. Despertar a su lado, y encontrarme con aquellos orbes verde bosque que me llenaban de alegría, de paz, de tranquilidad. Sentí la respiración de Hipo entrecortada, no sabía la razón, pero en esos momentos no me importaba, no entendida el porqué. Con el pasar de los minutos, el cuerpo de Hipo se sentía caliente, como si estuviera ardiendo en fiebre, y entonces comenzó a preocuparme. Abrí los ojos pero todo estaba oscuro, no podía ver nada.

-Hipo...Hipo... estas bien? –Pregunte con preocupación pero no me contesto. Me separe de Hipo y camine hacia la ventana para abrir la cortina, así la luz de luna podría alumbrar el lugar y ver que le sucedía a Hipo. Camine con cuidado para no tropezarme y posteriormente abrí la gran cortina que cubría la ventana de la habitación. Parpadee varias veces para poder acostumbrarme a la luz nuevamente y camine hacia el lado de la cama en el que Hipo dormía, hasta que algo me detuvo a pocos metros de Hipo. Se sentía caliente bajo mis pies, y baje la mirada para ver de qué se trataba. Tuve que soportar mi intenso deseo de gritar de horror al comprobar que Hipo yacía con una daga incrustada en su pecho y que el líquido que se encontraba bajo mis pies era su sangre. Me tape el rostro para no verlo, sus ojos estaban blancos y tenía una expresión de horror en su rostro, de miedo, no quería verlo así. Al posar mis manos en mi mejilla, comprobé que tenía las manos ensangrentadas, al igual que la bata blanca de lino que Nila me había prestado. Corrí hacia él, quería salvarlo, pero no pude. Alguien me sujeto fuertemente del brazo y al voltearme grite al ver que se trataba de Loki.

-Valla, veo que cumpliste con tu trabajo mi amada esposa. –Dijo caminando a mí alrededor y acariciando mi cabello.

-Ah que te refieres?... no sé de qué hablas. –Dije con la voz entrecortada por la ira contenida en mí al verlo nuevamente.

-Me refiero claro, a que tú te deshiciste de Hipo. Que acaso no vez que esa daga es tuya? –Me dijo mirándome con satisfacción.

-No es cierto! Yo nunca eh utilizado una daga, y mucho menos la utilizaría para matar a Hipo!! –Exclame con ira.

-Entonces como explicas que tu nombre este gravado en la daga? –Pregunto con una sonrisa desquiciada. No le creía en lo absoluto, pero la curiosidad me llevo hacia Hipo para ver atentamente la daga, y como Loki había dicho, tenía mi nombre.

-No...no es cierto... -Dije con ojos llorosos. ¿Acaso había matado a Hipo inconscientemente?. No pude contestarme debido a que Loki me tomo nuevamente, esta vez de la cintura, y mirándome a los ojos, me dijo:

-Hay que celebrar esto. –Cuando me soltó, me sentí arrastrada por una fuerza invisible hacia la pared que se encontraba al lado de la cama, trate de liberarme pero me fue imposible por más que luchara. Loki se me acerco, y se deshizo de mi bata ensangrentada en segundos, mirándome con lujuria recorriendo cada curva de mi cuerpo. Posteriormente se desvistió el, ya sabía lo que tenía en mente y no me agradaba. Había escapado de el para que dejara de abusar de mí, y ahora, nuevamente, me encontraba a su merced.

-Esto te va a encantar, Astrid. –Dijo acercándose a mí. Me miraba fijamente. Empezó a recorrer mis pechos con sus frías manos, y sentí como mis ojos se humedecían y las lágrimas recorrían mis mejillas. Seguía tocándome, como si le gustara verme sufrir, y en definitiva, le gustaba.

-No...por favor detente...no lo hagas. –Le rogaba con la poca dignidad que me quedaba al ver que acercaba su miembro a mi parte intima.

-Esta vez no Astrid... -Dijo con frialdad. Sentí estremecerme violentamente, ya no quería que continuara, gritaba diciéndole que se detuviera incontablez veces pero parecía no escucharme, y entonces...desperté.

Un sueño InalcanzableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora