Capítulo 14: Huérfano

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Sasuke Uchiha

Menudo espectáculo en la mesa. Gaara y Kankuro se habían quedados sorprendidos al escuchar aquello por parte de Naruto y a mí me había destrozado verle así, llevaba ya unos días mirando fotografías de mi familia y creo... que extrañaba a la suya o al menos el hecho de no haber vivido nunca lo que era tener una familia. Gaara le había dado de lleno donde más le dolía.

- Te has lucido – le dije enfadado a Gaara.

- ¿Qué culpa tengo yo que no tenga padres?

- De eso... ninguna, pero no debiste decir nada.

- Pero él no pertenece a esta familia – se quejó – además empezó el abuelo.

- A mí no me metáis en esto, sólo estaba bromeando – dijo mi abuelo en forma de excusa – he intentado que se sintiera más cómodo.

- Pues lo estáis haciendo de maravilla – me quejé - vamos... os estáis luciendo. En vez de ser educados y hacerle sentir como parte de la familia lo estáis humillando e hiriendo.

- Sasuke – me llamó Gaara.

- No me hables ahora mismo, estoy muy enfadado contigo. Me voy a mi habitación, también se me ha ido el apetito – les dije lanzando la servilleta en la mesa y marchándome de allí.

Me fui a la habitación dejando a todos allí pero cuando fui a entrar resulta que Naruto se había encerrado dentro, creo que ni recordaba que yo dormía allí con él y no me extrañaba con todo lo que había ocurrido allí abajo. No tenía la cabeza donde debía de estar, sino bastante lejos de aquí, estaría pensando en su familia entristecido y no sabía qué hacer para animarle.

Decidí dar una vuelta por el jardín hasta que pensase las cosas, luego volvería para ver si estaba bien. Creí que necesitaría algo de tiempo y me senté en el banco de la terraza con la chaqueta. Era aún de día, pero es que en esta época del año no había más remedio que aguantar la luz. Estábamos en los seis meses de luz.

Intenté relajarme y pensar dónde estaría ahora mi novia, a saber... Singapur, Malasia... el Caribe... ella era azafata y trabajaba muchas horas, demasiados días, cogía vueltos a todas partes del mundo aunque siempre decía que no disfrutaba tanto como la gente se pensaba, ya que iba simplemente de un aeropuerto al hotel y del hotel al aeropuerto para el siguiente vuelo, así que no veía nada de las ciudades a las que viajaba.

Creo que tenía que ser muy aburrido, casi tanto como lo era mi trabajo y pensé en Naruto... él sí sabía vivir la vida y no cómo hacíamos mi novia y yo que nos dedicábamos a trabajar. De hecho... nunca le había pedido a mi novia venirse a vivir conmigo, tampoco habría aceptado, estábamos tan ocupados siempre con nuestros trabajos que pocas veces nos veíamos y empezaba a darme cuenta, que con Naruto pasaba muchas más horas. Me gustaba su compañía y me alegraba el día, había empezado a sonreír y se lo debía a él, era quien daba alegría a mi vida. Creo que me estaba enamorando de Naruto, de su vitalidad, de su energía, de su carácter fuerte y a la vez inocente, era una de las mejores personas que había conocido y por un momento... no quise perderle, no podía dejar que esto le afectase porque me gustaba estar con él.

Sé que era una farsa que en cuanto le dijera que no le necesitaba se esfumaría de mi lado, no podía permitirlo así que intentaba retrasar ese momento. En realidad mi plan había fracasado desde el principio, pero yo había decidido seguir con la mentira por Naruto, le quería y estaba tratando de aclarar mis sentimientos, ya no sé si quería a mi novia o a Naruto. Sólo necesitaba algo de tiempo para darme cuenta realmente de lo que me estaba pasando.

Me sorprendió cuando Gaara se sentó a mi lado bien abrigado con su chaqueta. Sonreí con sutileza sin que me viera y es que en el fondo era un buen chico, sólo estaba perdido y confuso, era normal, su padre nunca había estado con él y se sentía solo, lo había pagado con Naruto pero era un chico listo, se daría cuenta de que esa no era la manera.

El Sendero de la Vida (Naruto. Sasu-Naru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora