Capítulo 38: Trampa

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Sasuke Uchiha

Todo había sido un desastre. Tenía la intención de hablar con Tenten en privado en cuanto llegase pero no me había dado opción. Le habría explicado todo, que me había enamorado de Naruto y que era mejor dejarlo pero ahora... Naruto se había marchado y era normal, lo entendía. Traté de localizarle en los siguientes días pero no hubo forma y por la forma en que se marchó del juzgado supe que tenía que hablar con él y con urgencia, necesitaba explicarle las cosas.

Pasaron meses desde del juicio y al ver que naruto no respondí decidí ir a su casa y esperarme allí hasta que se dignase a abrirme la puerta. Iba a romper con Tenten pese a lo que eso me iba a costar y es que la verdad... era que tenía pánico a estar solo, toda mi infancia la había pasado solo, sin amigos, sin relaciones con otras chicas, sin mi hermano... siempre solo, no quería seguir estándolo y supongo que acabé apoyándome en Tenten para no afrontar ese miedo que me paralizaba pero al estar conviviendo con Naruto... me había dado cuenta que mi camino en la vida era ese chico rubio con el que había disfrutado de verdad, con quién había empezado a cambiar y a ser mejor persona, mi camino no estaba con Tenten y tenía que superar mi miedo a la soledad.

Llamé a Tenten por teléfono para quedar en el parque. Pasaría primero por casa de Naruto a disculparme ya que su destartalada casa me pillaba más cerca, luego terminaría de arreglar las cosas con Tenten aunque tendría que esperarme a que ella terminase con su trabajo, había ido a la oficina para arreglar algunos asuntos con su jefe.

Yo aparqué en casa de Naruto y toqué a su timbre varias veces, pero no abrió. Supuse que no querría verme así que me senté en la puerta con la espalda apoyada en ella y esperé... esperé dos horas pero no había señales de él hasta que subió el vecino de la puerta de al lado y tras saludarme se dirigió a su puerta para entrar en casa. No había hecho nada más que cerrar cuando volvió a abrir la puerta y me miró extrañado.

- ¿Buscas a Naruto? – me preguntó y yo asentí – pues... lo lamento de verdad pero se ha mudado.

- ¿Qué se ha mudado? – pregunté.

- Sí, ayer le vi recogiendo sus cosas y le pregunté el motivo. Me dijo que había encontrado otro apartamento y que se iba a mudar.

- y... ¿No le dijo donde por casualidad?

- No, lo siento. Tampoco se me ocurrió preguntarle. Era un buen chico, le echaremos de menos por el apartamento.

- Ya... gracias de todas formas – le agradecí y miré por última vez aquella puerta cerrada.

Aún recordaba el desastre de casa que tenía y sonreí con cierta tristeza, quizá había encontrado un apartamento más arreglado que este aunque sabía perfectamente que no se había mudado por ese motivo, era mi culpa y ahora no sabía cómo localizarle. Le llamé una y otra vez, la primera vez sonó el teléfono pero a partir de aquella llamada, siempre me salía apagado.

Por primera vez en toda mi vida, me sentí realmente solo. Había conocido al chico perfecto, ese con el que quería pasar toda mi vida y no podía estar con él, no quería verme y sabía que era mi culpa, no podía hacer nada para remediarlo. Ahora tenía una gran duda... ¿Debía o no seguir con mi novia? ¿Debía volver a mi vida anterior sabiendo que nada volvería a ser igual sin Naruto? Decidí que prefería dejarlo por mucho que me costase aguantar esta soledad que sentía.

Cuando llegué al parque Tenten estaba allí y vino hacia mí algo enfadada. Sé que llegaba algo tarde pero para mí era más importante esperar a Naruto y tratar de arreglar las cosas con él que intentar fingir que Tenten y yo estábamos bien, no lo estábamos, algo había cambiado entre nosotros y sabía perfectamente que ese algo tenía nombre propio, Naruto Uzumaki.

El Sendero de la Vida (Naruto. Sasu-Naru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora