Capítulo 36: Juicio

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Naruto Uzumaki

Me sentía idiota y utilizado. Sabía que Sasuke era abogado, que mentía, me lo demostró desde el primer día pero yo fui tan idiota de creer en sus palabras, supongo que pensar que yo siempre decía la verdad me llevaba a la idea errónea que la gente podría hacer lo mismo y ser como yo, no era así, cada persona era un mundo, algo diferente y que yo no mintiera no quería decir que los demás se comportasen como yo.

No quería ver a Sasuke y sé que el dolor que sentía en este momento no desaparecería. Tenía novia y había jugado conmigo, fingió ser mi novio únicamente para que su familia pudiera utilizarme como carnada, para que pagasen su desilusión conmigo al no ser alguien importante, alguien que mereciera estar con su hijo... yo viví las bromas de sus primos, les hice frente, me gané a su familia y estuve al pie del cañón haciendo todo lo que estaba en mi mano para caerles bien, pero Sasuke no quería que les cayese bien, buscaba lo contrario, quería humillarme para que luego vieran a su novia con mejores ojos de los que me verían a mí. Yo sólo fui su juego.

No quise delatarle, ya lo haría él solito así que aquel mismo día llamé a Mikoto por teléfono para comentarle que no podía seguir trabajando allí, le informé que ya no estaba con su hijo así que toda mi relación con esa familia terminaba aquí. Lloré en mi habitación y es que les echaría de menos, fue la única familia que yo había conocido y les extrañaría, les había cogido cariño a todos ellos, desde a Mikoto y Fugaku hasta a los primos de Sasuke, pero ya no había vuelta atrás. Sólo bajé a comprar un periódico para empezar a mirar ofertas de empleo. Al final acabé en lo de siempre, camarero en un lujoso restaurante del centro, tenía la entrevista en unos días.

Para ir a ver a mi hermano tenía que tener veinte ojos y es que no quería cruzarme con Sasuke, sólo pensar en él me provocaban ganas de llorar. Aquel día llegué al hospital y me senté en la camilla viendo como Deidara se comía una insulsa sopa de hospital sin sal. Se quejaba de lo mala que estaba y era verdad, cuando la probé estaba muy mala. Los dos sonreímos pero a mí se me notaba la tristeza.

- ¿Qué te ocurre Naruto? – preguntó preocupado.

- He roto mi relación con Sasuke... o lo que se supone que teníamos, ya no estoy seguro de si alguna vez llegó a quererme, creo que sólo fui un juego para él.

- ¿No puede ser que ese chico se enamorase de ti de verdad? – me preguntó.

- No – le dije – es un gran mentiroso y yo caí como un idiota en su juego. En realidad fue mi culpa, no debí enamorarme de él, sabía que esta farsa tarde o temprano debería acabar, no podíamos estar juntos pero supongo que no esperé que tuviera novia y no me contase nada en tanto tiempo. Yo no me habría acercado a él si lo hubiera sabido.

- Naruto... él se va a perder más que tú – me dijo Deidara limpiándome las lágrimas – eres un gran chico y un día se dará cuenta lo que ha perdido si es cierto que no te amaba.

- Por un momento... pensé en todos ellos como mi familia – le dije sonriendo con tristeza – supongo que sólo te tengo a ti, ya no me queda nadie más.

- Ven aquí – me dijo agarrándome con fuerza para llevar mi rostro hasta su pecho dejándome llorar – yo siempre voy a estar contigo Naruto, no pienso abandonarte, eres mi hermanito y seguro que esa familia va a echarte de menos porque has tenido que dejarles huella.

- No creo, sólo he sido el chico pobretón como decía Sasuke.

- Tú nunca serás un pobretón Naruto, tienes lo más importante... tienes todo lo que le falta al ricachón de Sasuke – me dijo intentando consolarme limpiándome las lágrimas – ahora te quiero ver sonreír, tú eres más fuerte que todo esto y si necesitas ayuda para levantarte yo estaré aquí contigo.

El Sendero de la Vida (Naruto. Sasu-Naru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora