Capítulo 34: Hospital

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Naruto Uzumaki

Esa noche no dormí bien y es que estaba muy nervioso, habría sido capaz hasta de irme en pijama en plena noche sólo por ver a mi hermano, me daba igual que él no pudiera escucharme ni verme, yo quería estar allí con él, quería conocerle, quería que supiera que estaba aquí a su lado, pero el horario de visitas en el hospital era estricto y tocaba respetarlo, no podía irrumpir allí en mitad de la noche, ni siquiera a Itachi le dejaban quedarse y eso que era su esposo.

Por la mañana Sasuke preparó el desayuno aunque yo quería irme hasta sin desayunar para no perder tiempo, pero él me obligó a sentarme y comer algo con tranquilidad antes de irnos, supongo que se preocupaba por mi salud mientras yo sólo pensaba en llegar cuanto antes, estaba impaciente y ese era mi carácter, me hacía bien la tranquilidad y la calma de Sasuke.

Cuando llegué al hospital prácticamente subí los peldaños de dos en dos hasta finalizar toda la escalera, quería llegar cuanto antes pese a que Sasuke sonreía tras de mí y trataba de calmarme, pero yo no podía, quería verle, necesitaba ver a mi hermano, a ese que por tantos años estuve buscando.

Llegué al pasillo y no había ni rastro de Sasuke, le había dejado atrás hacía un rato. Yo no podía aguantar las ganas así que tampoco me importó mucho, ya llegaría la tortuga esa, yo tenía mucha prisa, había perdido demasiados años sin saber de mi hermano y no estaba dispuesto a perder ni un segundo más. Quería parar el resto de mi vida a su lado, ser su hermano, su apoyo, convertirme en su familia, en esa unida que jamás debió separarse.

- ¿Dónde está? – pregunté con preocupación a Itachi cuando le encontré en el pasillo y él me detuvo de los hombros unos segundos sonriendo.

- Cálmate Naruto, está en esa habitación. Vamos, te acompañaré a verle.

Entré en la habitación para ver a mi hermano allí tumbado enchufado a múltiples aparatos y me preocupé. Sabía que estaba en coma pero aún así, esperaba haberle visto algo mejor de lo que estaba realmente. Supongo que me afectó un poco y me quedé paralizado en la entrada.

Sasuke me sacó de allí bastante rápido al verme tan paralizado con la escena y nos quedamos en la cafetería hablando del tema. No me daba miedo acercarme a mi hermano, era más bien que me había quedado estático al no esperar que estuviera tan mal. Creí que estaría tumbado, durmiendo, pero... todos aquellos aparatos que pitaban y lo mantenían con vida no lo esperé.

Ese día no me dejaron volver a subir, prefirieron esperar a que se me pasase un poco el impacto de la primera visión pero al día siguiente yo insistí en volver, estaba preparado para lo que iba a ver y quería estar con mi hermano. Ese día fui capaz de entrar y me senté tocándole la mano. Permanecí allí hasta que los médicos entraron para llevárselo a hacerle más pruebas.

Yo no entendía nada cuando hablaban, Itachi era quien se ocupaba de todo y me sentía un poco idiota aquí sentado sin hacer nada más que cogerle la mano a mi hermano. De todas formas vine todos los días sin falta y estuve aquí todo lo que podía entre mi trabajo de niñero y las horas permitidas de visita.

Pasé una semana con esta rutina y al final Sasuke preocupado por mí me obligó a ir a casa a descansar como dios manda. Supongo que llevaba días aquí sin pegar ojo y necesitaba de verdad un buen descanso. Estaba completamente dormido cuando sonó el teléfono y pegué un manotazo a la mesilla de noche tirando una lámpara al suelo.

- ¿Qué haces Naruto? – me preguntó Sasuke asustado por el golpe de la lámpara, pero yo no me moví.

- Apaga eso – le dije medio dormido.

El Sendero de la Vida (Naruto. Sasu-Naru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora