Capítulo 3: Decisiones

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Sasuke Uchiha

Menudo día había tenido hoy. Ese crío rubio había osado lanzarme un café a mi elegante camisa y tenía un juicio importante. Mi compañero de trabajo Neji, me comentó que me cambiase en la oficina por otra. Menos mal que yo era precavido para las cosas y siempre traía ropa de repuesto por si acaso sucedía algún imprevisto.

Volví a la oficina y me cambié en mi despacho mientras pensaba en cómo iba a lograr que despidieran a ese chico. Estaba enfadado, no podía negarlo. Mis padres siempre se quejaban de lo rancio que era... que si era muy serio, muy frío, muy borde... que si no tenía vida social... al final siempre me mareaban con lo mismo y estaba cansado de escuchar los mismos discursos una y otra vez.

De joven había llevado a alguna chica a casa y entonces sonaba otra canción. "Qué si ella no es para ti", "Qué si no vale la pena" "Que si es igual de aburrida que tú" total... nunca les gustaba nadie para mí. Esta vez había pensado un plan infalible para disgustarles tanto como ellos me disgustaban a mí con sus tonterías cuando llevaba a alguien que me importaba a casa, llevaría a un chico ¡! A un chico. Fingiría ser homosexual durante un tiempo y darles el disgusto de su vida, sólo tenía que encontrar a un idiota que hiciera un poco el teatro conmigo. Si ninguna chica les gustaba... esto les gustaría menos, al final tendrían que aceptar a alguien... o eso pensaba.

Quizá si les demostraba que era homosexual, dejasen ya por fin de meterse en mi vida y al parecerles tan mal la idea, tomarían de mejor grado a la chica que decidiese llevar en el futuro, esa era mi idea y para ello necesitaba a un chico que no valiera en absoluto la pena, que no fuera nadie importante, que no tuviera estudios a ser posible, alguien a quien mi familia jamás aceptaría. Eso podía parecer fácil, pero lo complicado venía ahora... necesitaba a alguien completamente diferente a mí para que no me vieran tan antisocial, ni antipático, que creyesen que tenía una vida social, a alguien con una gran vitalidad, un fiestero, eso sería complicado de encontrar.

Fui al juicio y lo gané, eso era evidente. Yo vivía exclusivamente para el trabajo, eso era mi vida, no tenía tiempo que perder en fiestas ni en nada extraño. Puede que mis padres tuvieran razón, era muy serio pero es que había nacido para trabajar, en mi agenda no había ni un segundo de disfrute, quería ser el mejor abogado del Estado y para ello... tenía que trabajar y esforzarme. Estaba a punto de conseguir ser socio en el buffet, ser respetado como uno de los mejores y lo iba a lograr costase lo que costase.

Neji decidió acompañarme tras el juicio a la cafetería de esa mañana para hablar con el gerente o el dueño, quería que despidieran al incompetente de él. Le conté a Neji mi plan maestro para enfadar a mis padres y se reía, me llamaba inmaduro por hacer esas cosas en vez de decirles abiertamente lo que sentía, pero es que él no conocía a mi familia. Necesitaba demostrarles a la fuerza que mi vida era solamente mía, ellos no mandaban. Llevándoles lo que tenía pensado, creo que aceptarían cualquier cosa después con tal de que no me fuera con alguien tan... vulgar.

Al llegar a la calle, me encontré con el revuelo que se había montado. La gente se agrupaba y entonces me enteré de lo que había ocurrido con aquel chico. Supongo que me dio un poco de lástima y decidí entrar para ayudarle, aunque claro... al ver en la comisaría que no podría pagarme, le recomendé que contratase un abogado de oficio.

El chico sonrió, me agradeció el esfuerzo de antes y yo me decidí a salir de allí. Era un chico muy raro. Le estaba dando esquinazo pero él sonreía, yo abandonaba su caso y él me agradecía que le hubiera ayudado antes en la calle. Al salir del despacho para ir a por un café de esa espantosa máquina me encontré a Neji.

- ¿Qué haces aquí? – pregunté.

- Me dijeron que estabas en la comisaría ¿Vas a ayudar a ese chico?

El Sendero de la Vida (Naruto. Sasu-Naru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora