Enseñanza fallida.
Me encontraba en mi sofá arreglada para la visita de James, no me había dicho la hora pero de él no se podía esperar nada, solo dijo que vendría en la tarde. Comencé a pensar en los poemas que teníamos pendientes, ya casi era la fecha de entrega y no teníamos más de sesenta. Ni siquiera alcanzábamos los treinta, tenemos que apresurarnos si no queremos dejar literatura. Veía los padrinos mágicos en la televisión y el timbre de casa sonó para lo cual una sonrisa apareció, fue porque hoy es sábado.
Me levanté rápidamente y acomodé mi coleta, suspiré y abrí la puerta. Ahí se encontraba él, tan... bonito.
-Hola –saludé-. Pasa si quieres.
-¿Qué estabas haciendo?
-Veía tele, los padrinos mágicos.
-Qué asco –cerré la puerta y suspiré-. Nunca creí que diría esto pero... quiero que me enseñes a usar la bicicleta.
-¿Hablas enserio? –Me senté a su lado.
-O sea... si te lo digo es por algo –rodó los ojos-. ¿Sí o no?
-¡Sí! –Sonreí ampliamente-. Voy por mi bicicleta no te muevas.
-Ni que este lugar fuera tan grande.
-¡Solo quédate ahí!
-¡Apúrate!
-¡Sí, si ya voy!
Corrí rápidamente al cuarto del fondo donde tenía mis pertenencias, ahí estaba mi bicicleta. Caminé con ella hasta la sala y él se encontraba viendo ese programa que según él era asqueroso.
-¿Listo para aprender? –sonreí.
-No, pero ciento curiosidad aprender.
-Bien... primero te sujetaras de mis hombros y estarás de pies al costado de las llantas, daré una vuelta por la colonia. Luego yo iré sujetándome de tus hombros y me darás una vuelta ¿Bien?
-¿Qué tal si me caigo?
-Obvio tendrás que darte uno que otro golpe, pero será parte del aprendizaje.
-Bien, pero que sea rápido.
Salí con la bicicleta y James me seguía por detrás con las manos en sus bolsillos. Me subí a la bicicleta y él me miró.
-Sube.
-Estoy nervioso maldición, espérate.
-¿Nervioso? –Reí-. ¿Por qué?
-No te importa, ya cállate –me tomó por los hombros-. Ya anda, dame una vuelta.
Reí hacia mis adentros y comencé a hacer en marcha el paseo que le daría. Él estaba sujetando fuertemente mis hombros y eso me hacia sonreír un poco, estaba demostrando que tenía miedo y nervios a la vez. En una curva pude sentir que James ya no tomaba más mis hombros, volteé hacia atrás y él se encontraba en el suelo, decidí bajarme rápidamente.
-¡Dios! ¿Te caíste?
-¡Ay no como crees solo decidí besar el suelo! Quítate, me las pagarás.
-¡Yo no tengo la culpa!
-¿Quién está conduciendo?
-¿Conduciendo? Es una bici –reí-. Yo pero...
-Silencio, ya te dije que me las pagarás.
-Exagerado ¿Quieres intentarlo?
-No –se levantó.
-Déjame ayudarte.
-Yo puedo solo.
-Bueno... ¿Quieres ir a comer a casa?
-Sí, tengo hambre.
-Creo que podría cocinar algo rico –sonreí-. ¿Te paso algo cuando te caíste?
-Me hice una herida en el codo, pero no es nada grave.
-Te raspaste, ahorita te pondré una crema para que no se te infecte ¿Bien?
-No.
-¿Por qué no quieres?
-Por qué no y ya.
-No me interesa, igual la pondré –él bufó-. Vamos es momento de regresar.
James no me dirigía la palabra en todo el camino para llegar a casa, aun así no estábamos tan lejos, creo que estaba molesto por haberse caído de la bicicleta pero... no fue mi culpa. Llegamos y abrí la puerta, dejé mi bicicleta afuera y entramos. Él se sentó en el sofá y yo me dirigí directo a conseguir la cremita para su herida y una pequeña venda.
-Ven déjame curar tu codo.
-¡No!
-James no seas terco.
-No me dejaré.
-¡Anda!
-¡No quiero!
-Una...
-Dos...
-No respondo a la tercera.
-¡Tres! –dijo él, provocándome.
Tomé la crema entre mis manos y salté hacia él. Corrió hasta mi habitación y lo recosté en la cama colocando mis rodillas alrededor de su cintura para que no se moviera. Sin haber pensado, esta era una situación demasiado incomoda.
-Déjame curarte.
-¡No, hazte a un lado!
-¡No!
Tomé su codo y comencé a untar la cremita en él, su cara era de dolor.
-Ya estarás mejor con esto.
-Más vale que te quites si no quieres provocar un accidente.
-¿Qué me vas a hacer?
-Niña, soy hombre.
-¿Y qué?
-¡Estas encima de mí! Vas a despertar algo indebidamente.
-Oh... –me ruboricé al instante-. Lo siento –me separé de él.
Avergonzada me dirigí a la cocina, tenía que prepararle algo... pero no tenía idea qué, no sabía que le gustaba, no sabía que no le gustaba... ya saben, complicado. A los pocos segundos él se sentó en el ante comedor observándome.
-¿James...?
-¿Eh?
-¿Qué quieres comer?
-¿Qué sabes hacer?
-Mmm...
-¿Nada?
-Sí sé –me crucé de brazos-. Sé hacer... Hot dog, quesadillas...
-Quesadillas.
-Bien –él se levantó-. ¿Qué haces? –pregunté mientras el abría el refrigerador.
-¿Voy a servir el agua...?
-Oh...
-Puede que sea un amargado, pero tengo valores.
-Entiendo –sonreí-. Gracias.
-
James-.
Ya estaba obscureciendo. Nos sentamos en el piso de la sala, las quesadillas que ella había hecho me habían gustado. Trataba de no pensar en la estúpida escena que pasó hace unos momentos en su habitación, pero solo fui sincero con ella... era hombre y podría tener un accidente se no se me quitaba de encima. Ella no me miraba a los ojos y era mejor que no lo hiciera, cada que lo hacía se le juntaban tanto que parecía estar bizca.
-Creo que tenemos que seguir con los poemas –habló ella.
-Sí lo sé, ya no tarda en terminarse el asqueroso proyecto.
-Lo sé... Oye –me miró-. ¿Quisieras aprender otra vez con la bicicleta?
-No.
-¡Ándale!
-No quiero.
-¿Por qué no quieres?
-Por qué no Annie –ella suspiró, su rostro se tornó a un color durazno-. Cambiaste de color ¿Qué te pasó?
-Nada es que... me gusta cuando me llamas por mi nombre, no lo sé... es lindo.
-Por favor... no te pongas cursi.
-No lo soy... solo soy sincera.
-Cuando yo soy sincero no sueno tan cursi.
-Eso es porque no te has visto ebrio –susurró-. Pero en fin... si no quieres aprender, está bien.
-¿Ebrio? Yo me controlo ebrio.
-Lo que digas –se levantó.
-¿Qué insinúas?
-Nada, nada en especial –sonrió.
-Niña loca –me levanté-. Ya me voy de aquí.
-¿Por qué?
-No soy recibido –tomé mis cosas-. Nos vemos el... ¿Mañana?
-Sí –sonrió.
-Bien mañana vendré a la hora de la cena, quiero cocinarte mi especialidad. Llego en la noche, adiós.
-Adiós James –me tomó por el brazo y depositó un beso en mi mejilla-. Gracias por querer venir.
Salí de su casa imaginándome algunas cosas en mi mente. No se imagina que prepararé mañana, pequeña tonta.�������������������������������������������=�S�����ެ��ެ��ެ��ެ��ެ��ެ��ެ����=�S�����������������������������
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Through the dark ✓©® Ganadora Watts 2005
Fanfictionsiempre se ha dicho que las personas nos enamoraros de quien menos lo imaginamos .... a través de la oscuridad es una historia basada en el amor mutuo de una chica hacia un odioso chico que a pesar de no quererla terminara enamorado