capitulo 19

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Actuando.

Sin decir nada caminamos hacia nuestra primera hora, deseando que el profesor Diego no nos juntara en el aula para avanzar el trabajo de los poemas que teníamos pendiente. Cada paso que daba era tembloroso e inseguro, no quería verlo pero sabía que de todos modos me lo encontraría en algún lugar de la escuela, mi suerte es tan mala que podría jurar... este día lo veré más que nunca, pero no me importa. Bien... en realidad sí. Me senté detrás de Logan, ignorando completamente a mi corazón diciéndome y ordenándome que me sentara donde realmente es mi lugar pero mi orgullo me obligaba a estar lo más alejada posible aun así yo no quisiera estarlo. Saqué mi libreta sin mirar atrás.

-De nuevo te está viendo ese imbécil –suspiré-. Pero ahora tiene algo distinto.
-¿Una sonrisa?
-No, cara de perro mojado –reí desanimada.
-Quiero que me hable ¿Sabes?
-Por lo que más quieras, no lo mires... tienes que actuar.
-Logan quiero verlo...
-Actúa Annie.
-¡No puedo! -grité, inconscientemente levantándome de mí asiento.
-¡Shh! –hizo sentarme-. Cállate.

Guardé silencio y me dirigí hacia la parte trasera de mi libreta, desahogándome. Es extraño como de un día para otro pueden cambiar las cosas, ayer... estaba tan feliz y hoy... quisiera dormir absolutamente todo el día. La clase transcurría y yo solamente quería largarme de aquí en cuanto antes.

-

-Es hora del almuerzo Ann –me dijo Logan-. Come algo de chatarra para curar tus penas –reí-. Te notas muy apachurrada.
-¿Enserio? –Asintió-. Necesito mi litro de nieve.
-Cuando llegues a tu casa compra más.
-Tengo qué, el idiota se comió mi nieve favorita.
-Sonríe.
-¿Qué?
-Que sonrías, rápido.
-¿Pero qu...?
-Annie –se escuchó la voz tan conocida para mí y que no quería escucharla en este momento-. ¿Podemos hablar? –miré a Logan-. A solas.
-Sí –me levanté-. Pero...
-Cállate y ven conmigo –me tomó de mi brazo-

Estúpidas mariposas, váyanse al demonio.
De nuevo me llevaba detrás de los salones, tomando mi brazo. Después de una dura batalla con mi mente para zafarme del agarre de James, lo hice a duras penas.

-¿Y bien? –Pregunté, tratando de ocultar mis nervios-
-Tenemos que avanzar con el proyecto, iré a tu casa hoy –Vamos Annie, dile que no.
-Está bien, te espero ahí –Perdí contra mi orgullo.
-Pero... ¿Podría llevar a Elisa? Es que... saldré con ella y no quiero que haga doble camino.
-Sí... no importa –sonreí, forzadamente.
-Bien, gracias –sonrió-. Iré después de clases.
-No puedo, hasta las cuatro –mentí.
-No me importa, iremos saliendo.
-¿Qué te sucede? Ya te he dicho que no.
-Y yo ya te dije que sí, así que más vale que aceptes.
-Bien... -suspiré, solo porque quiero verte más tiempo...-. Logan también iría a casa hoy.
-¿Por qué?
-Porque yo quiero que vaya.
-Como sea...
-¿Es todo?
-Sí ¿De qué otra cosa más tendría que hablar contigo?

No le respondí giré para buscar de nuevo a Logan, entré a la cafetería y él aun estaba ahí esperándome. Llegué... agitada y con los ojos aguados.

-Irás a mi casa hoy.
-Ohh... Claro –sonrió-. ¿Por qué?
-James llevará a Elisa hoy, quiere avanzar con el proyecto y ella estará presente, si estoy sola me sentiré... tu sabes.
-Te salvaré el pellejo, amiga.
-Estoy nerviosa, mucho.
-Se nota, yo también estuviera nerviosa si fuera tú –sonreí a medias.
-Es hoy después de clases ¿Bien?
-Me parece bien, en tu casa llamaré a mi mamá para avisarle que estoy contigo.
-Sí, pero por favor... ve.
-¿Cómo te lo dijo?
-"¿Podría llevar a Elisa? Es que saldré con ella y no quiero que haga doble camino" –Le dije arremedando su voz, el rio.
-Es un idiota, ¿Cómo se atrevió a decirte eso?
-No sé, tiene cemento en el cerebro.
-¿Te dolió, cierto?
-Sí, pero tenía que actuar.

-

-Estoy nerviosa... -Le susurré a Logan mientras esperábamos a que James y piernas largas llegara.
-Sí vez algo que no te gusta solamente ignóralo y sigue apuntando en tu libreta ¿Bien? –Asentí, temblorosa.

El timbre de casa sonó, corrí hasta mi habitación dejando a Logan solo en el sofá.

-¡Abre, por favor! –Grité, susurrándole desde mi habitación.

James-.

Llegué con Elisa a casa de Annie, tomado de su mano. Recuerdo este escalón... perfectamente. Toqué el timbre con el dedo tembloroso, Elisa estaba pegada a mí olfateando detalladamente mi cuello. Abrieron la puerta, el idiota de Logan.

-James –susurró, saludándome levantando su cabeza.
-Logan –devolví el saludo-. ¿Dónde está Annie?
-En su habitación, ya no tarda –sonrió, mirando a Elisa-. Pasen.
-Espero que esa...
-Annie, se llama Annie –me recalcó, imbécil.
-No nos importa como se llame –hablo Elisa.
-Hola –salió ella de su habitación, con su nariz roja... podría jurar que estaba llorando, que raro en ella.
-¿Qué estabas haciendo? Era para que ya estuvieras aquí teniendo todo listo –ataqué, molesto.
-¿Podrías solamente callarte y sentarte? Ah... hola, Elisa –mi novia no respondió.

Annie se sentó en el suelo junto con Logan, mientras que yo los imité y Elisa se mantenía de pie.

-Siéntate, anda –la tomé de la mano para que se sentara, pero ella la endurecía.
-No, terminaras rápido ¿No es así? Ya me quiero ir.
-Elisa...
-Ya me quiero ir –me dijo mientras hacía un puchero.
-No nos tardaremos, te lo prometo –sonrió de lado, sacando su libreta apuntando mientras veía la computadora.

Annie-.

Continuaba anotando. Elisa se rindió y se sentó al lado de James tomándole su mano y olfateando su cuello. Sí eso hacían frente a mí... no quisiera imaginarme lo que hacían solos, tan solo pensarlo me quedaba sin habla.

-Ya anoté diez, son pequeños pero son poemas de todos modos, ten –le extendí la libreta-. Apúntalos.
-¿Y el osito nuevo del que me habías contado? –Me peguntó Logan, me paralicé.
-En mi habitación –mire a James-. ¿Por qué?
-Curiosidad... ¿Quién dijiste que te lo había regalado? –Logan cierra la boca por favor, suplicaba en mi mente.
-Mi madre –lo miré y suspiró.
-Oh... ¿Puedo verlo? –Me pregunto, vaya sin vergüenza.
-¿Para qué quieres verlo? Eso es ridículo.
-Solo ve por el –me ordenó la pálida.

Me levanté, en busca de Pablito.
En cuanto lo tomé se lo aventé con rabia.

-¡Que grosera! –me dijo su... novia y reí.
-Es bonito... -sonrió James, mirándolo.
-Gracias, es el único recuerdo bonito que me recuerda a ella.
-... -continuaba mirándolo-. Vámonos, Elisa.
-¡Por Fin!
-¿Podrías esperarme en el auto? No tardo, tengo que ir al baño.
-Seguro –sonrió, saliendo por la puerta.
-Ya vuelvo Annie, iré... por agua –me dijo Logan, casi saliendo disparado de ahí.
-Annie... ¿Por qué mentiste?
-No quiero causarte problemas –suspiré.
-Me alegra que aun conserves a Pablito.
-No planeo tirarlo, por si tenías la duda.
-Haz lo que quieras con él, ya me voy... Elisa me espera.
-Que te vaya bien –me miró durante unos segundos, fijamente-. ¿Qué?
-Nada... es que... -sacudí la cabeza-. Nada –reí-. Olvídalo.

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Through the dark ✓©® Ganadora Watts 2005Donde viven las historias. Descúbrelo ahora