fin

5.9K 309 25
                                    


  Me siento frente al espejo acomodando mi cabello y dándome alguno que otro retoque en mi maquillaje. James me ha dicho que tiene una sorpresa para mí el día de hoy, lo cual es algo extraño... ya que él no acostumbra a hacer muchas sorpresas. La mayoría de ellas las hace porque algo ha hecho mal. Ya a mis veintidós años de edad me doy cuenta de que sigo con él. Con aquel chico que conocí en la escuela. Hace dos semanas quizá tuvimos una discusión, algo... fuerte. James se puso celoso de un chico que trae leche a casa. Sí... James se puso celoso por el lechero. Él juraba que aquel chico quería tener algo conmigo porque dejo dos litros de leche... y el segundo fue gratis. A veces pienso que es bastante ridículo —y lo es —, lo cual me hace pensar mucho en mi mejor amigo.

«James ama el drama» Sonrío en cuanto logro recordarlo, porque es un bonito recuerdo de Logan. Escucho el claxon de un coche y me levanto enseguida. Ha llegado del trabajo y se me revuelve el estómago al pensar en aquella "sorpresa" misteriosa.
Al abrir la puerta de casa, James baja de su auto y abre la puerta del pasajero. Suelto una risita y levanta una ceja, se cruza de brazos y frunce el ceño.

— ¿Qué? —Murmura de repente y sonrío —. Tú me dijiste que querías que abriera tu puerta siempre.
—Y luego... cuando lo haces, siempre me dices que lo sientes porque se te olvida recordarlo, James.
—Pero esto es diferente... esto es... ah... Vamos, Annet. Sube —rueda los ojos mientras sonríe y entro al auto. Segundos después está a mi lado, muy... muy apuesto. Tiene unos jeans oscuros con una camisa de vestir roja que resalta sus ojos considerablemente. Me doy cuenta que luzco algo o tal vez demasiado arreglada para la ocasión. No tengo idea que tenga en mente pero sea lo que sea, no puedo evitar sentirme nerviosa. Tengo mis manos entrelazadas en mi regazo mientras observo por la ventana las calles de Sídney.
— ¿Por qué estás tan callada? —me pregunta y volteo para verlo. Tiene el ceño fruncido con una mano en el volante, pero al verme me sonríe de lado y relaja su mirada.
— ¿Debería de preocuparme de lo que sea que tienes en mente? —susurro y levanta sus cejas más que confuso.
—Creo que haberte dado betabel fue un error, quedaste traumatizada de por vida —suelto una risita y le achico los ojos con desprecio. Aún recuerdo todo perfectamente, hasta cuando discutimos ese mismo día en el hospital. Se me pasa por la mente cuando quería dejarme sola y siento una punzada en el pecho, realmente no quiero recordarlo. Nuestro comienzo no fue muy agradable para mí—. Voy a llevarte a un lugar... al cual espero no arrepentirme.
— ¿Está muy lejos?
—No. No realmente —carraspea su garganta y asiento. Trato de imaginarme a donde me llevará... ¿Quiere que vayamos a comer? ¿Quiere llevarme a algún lugar secreto? Dios.
— ¿A comer?
—Mira, vaya que han pasado años de estar juntos y no dejas de preguntar cosas —ríe y niega—. No, no iremos a comer. Bueno... sí, pero no a un restaurante.
—Hmm... haré todo lo posible por quedarme callada, James —le sonrío y extiende una mano, con la palma extendida. Mi sonrisa se amplía y nuestras manos se entrelazan fuertemente.
—Te amo. Muchísimo —me sonríe y da un apretón a mi mano. Mis mejillas comienzan a arder y me doy cuenta sin siquiera verme en un espejo. De un segundo a otro tengo mucho calor por lo mismo.
—Yo también te amo, pero creo que un poco más que tú —le presumo y abre su boca en una perfecta O—. Tengo pruebas.
— ¿Cuál es esa prueba? Según tú.
—Tu actitud —suelta una carcajada y también comienzo a reír con él. James se detiene frente a una casa algo grande... y ahora estoy confundida. Giro mi rostro para verlo y tiene una gran sonrisa. Suelta mi mano y baja del auto para abrir mi puerta. A penas pongo un pie fuera del auto... una chica de quizá veinte años sale de aquella casa acompañada de una señora y un señor. Dirijo mi mirada hacia donde está James y me toma de la mano para llevarme en dirección a esa casa. Aquella chica corre hacia mí y me abraza fuertemente. Cuando se separa para verme, logro reconocerla. Es su hermana... ¡Me trajo a conocer a su familia! Aquellos señores mayores —los cuales creo que son sus tíos—, caminan hacia mí y me abrazan fuertemente también. Miro hacia atrás y está James recargado en el coche con una sonrisa de lado.

Through the dark ✓©® Ganadora Watts 2005Donde viven las historias. Descúbrelo ahora