Through the dark ✓©® Ganadora Watts 2005

capitulo 40

 Seis largos meses.

Fruncí el ceño y tomé algunos trapos para seguir limpiando. Estaba molesto... Sinalguna razón concreta para estarlo. Logan se acercó hasta donde estaba,mirándome con cierto tipo de confusión.

-¿Vas a dejar que él te gane? –Seguía limpiando, haciendo parecer que no loescuchaba-. ¡¿Vas a permitir que él te gane?! –Me tomó por loshombros, haciéndome ver su rostro totalmente serio.
-No hay nada que yo pueda hacer –Le dije, quitándome sus manos deencima.
-¡¿No hay nada que no puedas hacer?! ¡Puedes trabajar duro paraverla!
-No, no puedo. Cuando yo termine de juntar todo el dinero que necesitoseguramente ella ya estará con el otro idiota.
Suspiro-. Quizás nunca admitas que la quieres, te gusta y quieres quitara Eric de tu camino cuanto antes. Pero yo sé que se quieren y me viene valiendoun reverendo pepino si tú me contradices con algo que sabes que es verdad.Ahora... -Se hincó a un lado mío y me palmeó la espalda-. Sé que tú quieres verlamás rápido que yo, a ti te urge más –miró hacia el suelo, para luego posar suvista una vez más en mí-. Lo que a mí me den de sueldo, te lo daré a ti.
-Pero...
-Cállate, no he terminado. No acepto un no como respuesta, si trabajamosduro o quizás con tiempo extra podremos hacer rendir el dinero y así vayas averla. Ahora... Yo podré esperar, sé que cuando vayas para allá ella volverá asentir algo hacia ti. Quizás sea algo duro, eso dependerá del tiempo que tardesen ir a verla –suspiré, apretando mis puños-. Pero confío en ti, viejo.
-¿Por qué me dejas todo el trabajo duro a mí?
-Porque estar enamorado es duro.
-Yo no...
-Cierra tu pico y dame las gracias.
-Gracias, supongo.
-No, no supones. Solamente di gracias hermoso Logan.
-Gracias.
-¿Y lo otro?
-No lo diré ni en un millón de años.
-Tú te lo pierdes.
-Cállate, mariposa.
-Al menos no soy un ogro.
Reí-. De verdad... gracias.

(...)

Annie-.

-No me recuerda mamá –Le dije, haciendo una mueca-. ¿Qué tal sí ya no lovuelvo a ver nunca más?
-Deberías dejar de pensar en eso si ya le dijiste que sí a Eric.
-Ahora pienso que no estuvo bien haber aceptado.
-¿Y por qué aceptaste Annet? No está bien lo que hiciste.
-¿De qué otra manera puedo olvidarme de él?
-De cualquier otra forma, menos usando a un muchacho tan bueno como Eric–Se levantó del sofá-. Tengo que ir a trabajar –Asentí-. ¿Vas a salir?
-No lo creo, Eric no me ha dicho nada –Suspiré, acurrucándome en elsofá-. Vete con cuidado.
-Bien –se acercó a mí, depositando un beso en mi frente-. Nos vemos enla noche cielo –Se despidió, saliendo por la puerta segundos después.

"Veía la televisión, mientras que el portón de casa sonó fuertemente. Melevanté asustada, tratando de averiguar qué era lo que pasaba. Aún con mis ojoscerrados, acariciaban mi rostro con una total ternura provocando que fruncierael ceño. Traté de abrir lentamente mis ojos y poco a poco... Noté aquel hermosorostro que tanto extrañaba.

-James... -Susurré.
-Shh –colocó su dedo índice en mis labios, provocando tantas ganas deaventarme a sus brazos y suplicarle que no se fuera -. ¿Por qué me abandonastede esa manera?
-Perdóname yo...
-Nunca dejaste de pedirme perdón... -Rio bajito-. ¿Cómo sigue tu brazo?–Me preguntó, acariciando mi rostro nuevamente con aquella ternura que nunca enmi vida había sentido de su parte.
-Mejor, pero... Aún falta un poco más para que me lo quiten.
-¿Me perdonas tú, por causarte mucho daño?
-Tú no...
-Sí, yo causé que regresaras y necesito que vuelvas conmigo, porfavor.
-No tiene caso, siempre será lo mismo.
-He dejado a Elisa por ti –Mi corazón se paralizó por un momento-.Vuelve...
-¿Qué? –Le pregunté, tratando de enderezarme pero él no me lo permitió-.Necesito levantarme... -susurré, mientras que su rostro cambio drásticamente-.James... -Le dije ya asustada. Su mano acorralo mí rápidamente mi cuello,provocando que mi cuerpo reaccionara de una increíble manera. Con mi manoderecha trataba de empujarlo, desgraciadamente era mucho más pesado que yo.
-¡Te quiero ver muerta! –Me gritó, con un gran resentimiento-. ¡Muérete!
-James... -Alcancé a decir débilmente. Cerré los ojos y lo primero quellegó a mi mente en ese momento fue... Hazte la muerta y quizás el caerá en tutrampa, haciendo que se vaya de aquí.
Así fue, por unos segundos se quedó un silencio en la sala provocando yjuntando miles de nervios en mi interior. Podría pasar que abriera los ojos yme encontrará con un James esperando a que cayera en mi propia trampa, pero esono sería así. Escuché la puerta de casa sonar e inmediatamente abrí los ojos,para lo cual él aún seguía ahí, pero con un cuchillo en mano. Corrí direccióncontraria, subiendo las escaleras rápidamente con él persiguiéndome por detrás.

-¡Déjame en paz! –Grité.
-¡Te dije que te quería ver muerta!

Entré hasta mi habitación, sin éxito de cerrar la puerta por atrás demí. Tenía aquel cuchillo, el cual me aterrorizaba totalmente. Camine lentamentepasos hacia atrás, sin ninguna salida.

-Aquí será tu hora... Estoy harto de ti y de Logan. Solamente vine abuscarte por eso... Vas a pagar lo que me has hecho.
-¡Yo no te hice nada! –Grité totalmente asustada, pero sorprendentementesin lágrimas en el rostro.

Corrió hacia mí, encajando aquel filoso cuchillo en mi estómago.

-Te quiero... Querida –susurró en mi oído, mientras caía al suelo."

-¡No! –Grité, provocándome casi brincar en el sofá. Eric tomó mi rostroentre sus manos, refugiándome con un fuerte abrazo-. ¡Dios, estoy harta desoñarlo!
-¿James de nuevo? –Asentí-. Eso es porque todo el tiempo lo tienes en lamente.
-Ayúdame por favor...
-¿Qué soñaste?
-Soñé que... Me asesinaba –limpié el sudor acumulado en mi frente conpesadez, había sido el peor sueño de todos.
-Annie... Si tan solo dejaras quererte por mi tan solo una noche.
-¿A qué te refieres?
-No me dejas tomar tu mano, no me dejas besarte...
Suspiré-. No sé si ha estado bien decirte que sí sabiendo que no helogrado superarlo.
-Cuando estés conmigo solamente imagina que no hay nadie más...
-Eso intento, pero pareciera que mi mente me repite que tengo a alguienesperando por mí, sabiendo totalmente que no es así.
-¡¿Cómo pretendes olvidarlo si solamente te la pasas recordándolo?! -Megritó de nuevo con esos ojos los cuales me aterrorizaban. No respondí. Bajé mimirada y tomó mi mentón para que pudiera observar sus ojos-. Yo te quiero...-susurró.
-Yo también...

(...)

James-.

Al día siguiente después de la escuela, de nuevo era hora de trabajar.No podía aguantar para ir a limpiar baños ajenos junto con Logan. En unos díasmás nos darían nuestro primer sueldo, el cual era de mil cada uno. Así que...Tendría dos mil pesos a penas, cuando ocupo más de cincuenta mil parahospedarme el tiempo necesario.

-Yo no pienso limpiar ese regalote... ¿Acaso aquí no hay higiene nunca?
-No me culpes a mí, culpa a las personas –se excusó, mientras limpiabalos espejos.
-A veces pienso si esto realmente me está pasando a mí.
-Son los gajes del oficio... -rio, al igual que yo.
-Creo que es raro el hecho de que hace unas semanas yo... Te odiaba.
-No te preocupes, estabas celoso.
-¡Yo no estaba celoso!
-Bien, pero ahora sí.
-Claro que no ¿Por qué habría de estarlo?
-¿Te explico el por qué? –me quedé callado por unos segundos-. Bien,estás a un mundo de distancia de Annie, donde su vecino la puede tocar, besar yhacer reír, en pocas palabras... Puede curar esas heridas que tú le hicistecuando estaba aquí y aun así te quería.
-A veces solamente pienso que te encanta restregármelo en la cara.
-Disfruto hacerlo, porque sabes que es verdad. Ahora... ¿Ya revisaste lainformación de hoteles cercanos a su casa?
-Sí, no esta tan barato como pensé.
-Por eso es que estamos trabajando horas extras también ¡Duh! Perobueno, en medio año juntaremos treinta mil pesos.
-Medio año... -suspiré-. Viejo... Mejor hay que dejar esto así.
-Por nada del mundo dejaré que te rindas, ¿Entendido? ¡Tienes que ir!
-¡Yo no iré solamente a interrumpir su jodida relación!
-¡Ella te espera maldición! ¡Ella te quiere! ¿No crees que quisieraverte parado frente a su puerta? No seas imbécil... No puedes rendirte ahora.
-Son seis meses viejo... No se sabe que pueda pasar en ese tiempo.
-Puede que no, pero puedes intentarlo.
-¿Qué tal si no alcanzo con esos treinta mil?
-Tendrás que dormir en un hotel que tenga una estrella al menos, vas averla a ella... No de paseo.
Suspiré-. Creo que un largo camino nos espera –Le dije, mientras seguíalimpiando.

Espérame por favor...